El otoño madrileño ha llegado cargado de novedades culinarias y a la tendencia de la gastronomía efímera , el rooftop que también puedes disfrutar en esta época del año y la cita imprescindible del barrio de Malasaña se ha sumado el menú degustación y los cócteles que tienes que probar antes de que te lo cuenten. O lo que es lo mismo, HDDN.
Situado en la Plaza de Puerta Cerrada número 7, en pleno centro de Madrid, este espacio lleno de encanto se ha convertido en el lugar que tienen que visitar los amantes de la mixología y la alta cocina. Porque la incansable búsqueda de la excelencia de José Miguel Gutiérrez le ha llevado a crear una joya gastronómica en la que es posible vivir una experiencia exclusiva e íntima inolvidable.
Y es que la carta gastronómica de HDDN combina a la perfección con la mixológica, y en ambas se une el deseo de sorprender y agradar, de salirse de lo establecido y apostar por un producto de calidad y unas elaboraciones en las que el límite es la imaginación de sus creadores.
Con la cultura mexicana y gallega como punto de partida, en HDDN el comensal puede disfrutar de varios menús degustación, que van desde su versión más corta, Carpe Diem, compuesto por seis pases, hasta el recién estrenado Metamorfosis, con 16 pases y creado para mostrar «nuestras raíces para ofrecer el fruto en su máximo esplendor». Entre ambos está el menú degustación Origen, compuesto por 12 pases.
Y aunque el concepto de menú degustación pueda crearnos una imagen de algo caro, porque hay negocios que se han encargado de ello, en HDDN podemos disfrutar de un placentero festín de alta cocina a precios asequibles. Así, el primero y más corto tiene un precio de 60 euros por persona, mientras que disfrutar del más largo, Metamorfosis serían 130 euros, quedando el intermedio por 80 euros. En todos ellos es conveniente sumar su propuesta de maridaje mixológico, con un precio de 45 euros.
En su exquisita cocina encontramos productos de calidad que en el caso de los pescados y mariscos se compran cada mañana en una lonja gallega para estar cada noche disponibles para los clientes. En su barra, grandes clásicos de la mixología y creaciones personalísimas. En muchas de ellas, los protagonistas son ingredientes que se obtienen de una cuidada elaboración en la que cocina y coctelería se dan la mano, como el sake cordial de grelos, el cordial de palomitas o el mezcal picaflor de pulpo a la gallega.
Innovaciones que, lejos de ser extravagancias, conquistan a los paladares más experimentados en el mundo de la mixología y crean nuevos adeptos. Y por eso, el comensal que se acerca a HDDN para deleitarse con uno de sus menús degustación por el simple placer de paladear alta gastronomía de calidad se pregunte cuando podrá regresar para seguir disfrutando en su diversa y exquisita carta de coctelería.
Este personalísimo proyecto del gallego José Miguel Gutiérrez, que estudió Derecho y Administración de Empresas pero al que el gusanillo de la hostelería le llevó a introducirse en el mundo de la restauración, es una de las incorporaciones más interesantes a la oferta gastronómica de Madrid. Porque además de proponer creaciones líquidas y sólidas que se escapan de lo habitual, algo que se agradece, HDDN tiene como leit motiv la calidad y la satisfacción del cliente.
Y por ello trabajan con más de 20 pequeños productores y proveedores locales que priorizan productos ecológicos y de origen sostenible y respetan el medio ambiente durante todo el proceso. Así que además de apostar por la calidad y responsabilidad, contribuyen activamente al desarrollo de economías rurales y a la preservación de especies autóctonas y ecosistemas.
Su inolvidable sopa de cebolla, que no es líquida, su nabo en caldo de cocido gallego, que tampoco lo es, su almeja fina y alubias negras o su corzo con mole oscuro y setas escabechadas son algunos de los platos que tuvimos la ocasión de disfrutar en HDDN.
Los mismos que nos han llevado a escribir estas líneas, porque son elaboraciones que si amas la buena gastronomía tanto como nosotras y quieres disfrutar de una experiencia gastronómica inolvidable, tienes que disfrutar antes de que te lo cuenten. O de que, a final de mes, les cuelguen una estrella en la puerta y ya sea imposible reservar.
20 de enero-18 de febrero
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