harina y huevos, manual de uso

Los trucos para que tu bizcocho quede esponjoso, jugoso y salga bien a la primera

Disfrutar de un dulce ideal para el desayuno o la merienda es más fácil de lo que parece con estos consejos que te van a ayudar a que sea perfecto.

Elaborar un bizcocho que quede esponjoso y jugoso es sencillo con estas recomendaciones. / dr

Aloña Fdez. Larrechi
Aloña Fdez. Larrechi

Amantes como somos de la buena repostería , en esta época del año apetece más poner las manos en la masa y elaborar postres y dulces en casa . Y entre ellos está un clásico de nuestra cocina, que ya elaboraban nuestras abuelas, y las abuelas de nuestras abuelas, y que es ideal para disfrutarlo en el desayuno o en la merienda, el bizcocho . Y para que quede esponjoso, jugoso y salga bien a la primera, te traemos los trucos que necesitas para conseguirlo.

Tan antiguo como la humanidad, porque ya los romanos lo consumían, el bizcocho puede tener muchos nombres, y algunas variaciones en su receta, pero está presente en todas las cocinas del mundo. Porque aunque los ingredientes se adapten a cada territorio, y el resultado sea más o menos dulce, se trata de una elaboración que gusta a todo el mundo en cualquier momento del día, ya sea para acompañar una bebida o consumir solo.

Así que si eres de las que les gusta afrontar un lunes desayunando un delicioso bizcocho, o invitar a merendar a tus amigas y compartir tus habilidades reposteras de la forma más jugosa posible, no te pierdas estos trucos que te van a ayudar a elaborar un bizcocho para chuparse los dedos.

Huevos y harina, ingredientes clave

Lo más importante a la hora de planificar la preparación de un bizcocho es el molde que vamos a utilizar y que determinará su tamaño, así como los pasos que debemos seguir. Por lo que, si queremos un bizcocho alto, el molde deberá serlo, porque la levadura hace su trabajo, pero no milagros. Sea cual sea su altura, la masa nunca deberá llegar hasta más de tres cuartos de molde, es decir, habrá que dejar, como mínimo, un par de dedos de distancia entre el borde y la masa.

Harina y huevos dos de los ingredientes esenciales del bizcocho, tienen un uso particular para la que la elaboración sea exitosa. / Mart Production/ Pexels

Dos factores clave a la hora de elaborar nuestro bizcocho y que salga perfecto son la harina y los huevos. Con la primera, fundamental en la receta, es esencial tamizarla para que al realizar la mezcla esté suelta, aireada y sin grumos. Para ello podemos comprar un tamizador (es algo muy asequible) o, con un poco de paciencia, pasarla por un colador, vertiéndola poco a poco sobre él mientras la movemos y le damos ligeros golpecitos con la otra mano. Si nuestro bizcocho lleva polvo de cacao tamizaremos ambos ingredientes juntos.

En cuanto a los huevos, el truco que nos ayudará a que nuestro bizcocho sea más esponjoso comienza separando las claras de las yemas. Con ambas partes separadas en sendos boles, procedemos a batir las claras hasta que blanqueen (que la mezcla adquiera un color blanquecino) y añadimos poco a poco la mitad del azúcar marcado en la receta.

Seguimos batiendo, siempre con una batidora de varillas, hasta que se monten y queden a punto de nieve. Es decir, hasta que la mezcla es firme y se forman picos en las varillas que, al retirarlas de la mezcla, no se desprenden y quedan rígidas.

Montar las claras a punto de nieve es esencial para conseguir un bizcocho esponjoso. / Cristian Rojas/Pexels

A continuación, y en un bol más grande porque tendremos que añadirle las claras montadas, batimos las yemas con el resto de ingredientes de la receta. Cuando todo esté bien mezclado, y con una espátula grande, añadiremos poco a poco las claras montadas, realizando movimientos envolventes, desde el fondo hacia arriba y desde un lateral del bol hacia el centro.

Si además, mientras movemos la mezcla vamos girando el bol, ayudaremos a que todo se integre mejor. En este paso es importante hacerlo suavemente, para no perder el aire que hemos introducido en las claras y que será fundamental para que nuestro bizcocho sea esponjoso.

Otros detalles a tener en cuenta con tu bizcocho

Antes de llevar la mezcla al molde, este deberá estar preparado, ya sea con mantequilla en las paredes para que no se pegue, o con papel de horno en la base y los laterales, en el caso de que apostemos por un molde de clip. Para facilitar que el papel se fije es recomendable poner también un poco de mantequilla derretida en ambos lados. Y si preferimos algo más sano que la mantequilla siempre podemos comprar spray desmoldante, tanto si vamos a utilizar papel como si no.

Para que la cocción de nuestro bizcocho sea la correcta convierne echarle un vistazo de vez en cuando y si a mitad de la cocción detectamos que se puede quemar, taparlo con albal. / DR

Una vez llevada la mezcla al molde, lo introducimos en el horno precalentado a la temperatura que nos indica la receta. Lo ideal es que no abramos la puerta del horno pero, en el caso de que veamos que a mitad del tiempo de cocción recomendado nuestro bizcocho está demasiado «moreno» y cabe la posibilidad de que se queme, lo sacaremos, para cubrir la parte superior del molde con papel albal. Si usamos un molde con agujero central, lo mantendremos en el albal agujereándolo antes de reintroducirlo en el horno.

Para saber si nuestro bizcocho está listo es recomendable conocer muy bien nuestro horno, ya que a veces nuestra elaboración está en su punto antes de que se cumpla el tiempo indicado. Para corroborar que estamos en lo cierto introducimos un palillo en tres o cuatro puntos del bizcocho, pero si se trata de un molde alto, siempre conviene tener a mano los palillos largos que se utilizan para hacer brochetas y que podemos encontrar en el supermercado.

Si el palillo sale con restos húmedos de mezcla, devolvemos el bizcocho al horno (que no habremos apagado hasta comprobar que hemos terminado la cocción) en periodos cortos de tiempo, 5-7 minutos, y volveremos a comprobar. Repetiremos hasta que el palillo salga limpio.

Disfrutar de un bizcocho esponjoso y jugoso es un placer a la hora del desayuno o la merienda. / Tatiane Herder / Pexels

Una vez concluido el tiempo de cocción y comprobado que está hecho por dentro, colocaremos el molde sobre un salvamanteles y dejaremos que se enfríe durante diez minutos, tiempo que también nos servirá para que el bizcocho se asiente. Encogerá levemente y se separará de las paredes del molde, lo que nos ayudará en el desmoldado. Una vez pasado ese tiempo, desmoldamos y dejamos que se enfríe. Lo deseable es elaborarlo de un día para otro. Si puedes resistirte o no, eso ya queda al gusto del repostero. Que lo disfrutes.