El vino rosado se ha puesto de moda, y aunque es excesivo servirse las copas de dos en dos, sabemos que lo vas a disfrutar esta primavera. /
Durante mucho tiempo estuvo asociado a los paladares femeninos y, como todo lo que rodea a las mujeres, no era visto como algo de calidad. Ni tinto ni blanco , la popularización del lambrusco a precios irrisorios, tampoco ayudó, aunque muchas bodegas Navarras seguían haciendo un gran trabajo. Pero ha habido que esperar a 2024 para que este vino originario de la región francesa de la Provenza recuperase su honor. Ahora el rosado está de moda y te traemos los vinos perfectos para que los disfrutes esta primavera.
Porque el gran trabajo que han realizado en los últimos años muchas bodegas y el interés que han demostrado por recuperar un vino perfecto para esos encuentros gastronómicos en los que la variedad de platos se impone, o en los que la experiencia vinícola de los comensales es diversa, ha devuelto el color rosado a las vinotecas de los restaurantes y los botelleros de los más sibaritas.
Ideal para consumir en frío, y por lo tanto perfecto para maridar comidas y cenas en primavera y verano, hemos seleccionado seis propuestas para que te sumes a la moda de los vinos rosados y disfrutes de su versatilidad llevando nuevos sabores a tu paladar.
Julián Chivite López, undécima generación de una dinastía de bodegueros procedentes de Cintruénigo e hijo de Julián Chivite Marco, pionero en la elaboración de grandes rosados navarros, vuelca su experiencia en el mundo del vino y nos presenta un rosado elaborado en colaboración con Juan Mari Arzak. Un rosado sedoso, elegante y afrutado elaborado con uva garnacha, largo y ampuloso en boca, con el que podremos disfrutar de la tradición gastronómica mediterránea propia del verano. Se puede comprar por 15 euros.
Prueba de los nuevos tiempos que vive el rosado es este vino, el primer rosado Premium de Bodegas Riojanas, que lleva en el negocio vitivinícola desde 1933. Para hacerlo posible la bodega se ha decantado por el pequeño viñedo El Hierro, que se plantó en 1901 en Uruñuela (Rioja Alta) a 500 metros de altitud. Estas cepas centenarias aportan potencia, mineralidad y concentración a las uvas, y dan lugar a un vino de color rosa claro, aroma de flores y fruta fresca, de acidez equilibrada por las lías en las que permanece cuatro meses. Tiene un precio de 16 euros.
La tercera añada de este vino elaborado con viñedos situados a 850 metros sobre el nivel del mar, y con una edad media de 30 años, nace para reinterpretar y homenajear los históricos claretes de la zona. Elaborado con un coupage de albillo mayor y tinto fino 100% ecológico, se trata de un vino fresco, con identidad propia y el carácter de la Ribera de Duero, algo que le permite tener un perfil gastronómico versátil y redondo. Con matices de frutas rojas y de hueso, y toque amielados, en boca su jugosidad se entrelaza con una acidez vibrante. Tiene un precio de 15 euros.
De color piel de cebolla, este rosado compuesto en un 90% por uva de variedad garnacha y en un 10% de variedad viura es un vino profundo y sabroso. Sorprende por su personalidad floral y su finura envolvente, propias de su entorno de origen, las laderas enmarcadas por el ambiente agreste de Yerga y es ideal para acompañar aperitivos, pescados, verduras o sushi. Un rosado fresco con aromas cítricos y florales y una acidez que alarga los sabores. Tiene un precio de 30 euros.
Elaborado exclusivamente con las variedades autóctonas blancas de Albariño y Treixadura y las tintas Sousón o Pedral, de este vino rosado elegante en el que acidez y mineralidad se equilibran solo se producen dos mil trescientas botellas. Eso sí, todas ellas están cargadas del carácter atlántico de sus orígenes, fresco pero persistente, con notas afrutadas y un delicado fondo floral. Como no podía ser de otra manera dados sus orígenes, las Rías Baixas, es ideal para acompañar mariscos y aperitivos. Tiene un precio de 16 euros.
Desde la denominación de origen Méntrida-Toledo llega este rosado en el que la experiencia de la bodega y la presencia de la uva garnacha en su coupage, junto a syrah y merlot, hacen de él un perfecto representante de su origen y del trabajo de la bodega. De color rosa fresa, con aromas a guindas y flores blancas, en boca es fresco y aromático, a la vez que sutil y con cierta acidez. Su atractivo sabor y su carácter lo convierten en un imprescindible entre los rosados de su rango de precios. Cuesta 9,50 euros.