
historias sobre la hoja de chismes
historias sobre la hoja de chismes
Netflix estrena hoy la esperada tercera temporada de Los Bridgerton y ya queda menos para resolver si lo del personaje de Nicola Coughlan y Colin es un gran amor platónico o hay algo más ahí. Pero entre tiras y aflojas seguro que la buena de Penelope Featherington seguirá ocupándose de otra de las cosas que más le gustan en el mundo después del segundo hijo de los Bridgerton, los chismes. Y más concretamente su papel como Lady Whistledown, un personaje inigualable del que hemos encontrado sus posibles inspiraciones.
Porque aunque no hay que quitarle ningún mérito a la obra de Julia Quinn en la que se basa la serie de Netflix, lo cierto es que la hoja de chismes que añade enjundia a los tejemanejes amorosos de los protagonistas, y a sus vidas es tan antigua casi como el papel y la imprenta. Y nos han gustado especialmente dos perfiles que, de alguna manera, nos recuerdan a la entrañable Lady Whistledown.
Así que mientras devoramos la nueva temporada de Los Bridgerton y resolvemos la duda de si Colin y Penélope podrán ser felices juntos, vamos a echar la vista atrás para descubrir cómo de cerca están realidad y ficción en lo que a hojas de chismes se refiere.
Cuando se trata de poner un nombre a una mujer como Lady Whistledown una de las referencias ineludibles es Lady Charlotte Bury, Campbell de soltera. Nacida en 1775, durante su juventud Charlotte destacó por su belleza y encanto, lo que hizo de ella una de las mujeres más populares de la sociedad inglesa de la época. A los 21 años se casó con el coronel John Campbell con el que tuvo nueve hijos en tan solo quince años. Y decimos solo porque el hombre, que también desarrolló una breve carrera política, murió en 1809.
Tras enviudar, Lady Charlotte fue nombrada dama de honor de Carolina de Brunswick-Wolfenbüttel, princesa de Gales. Y nuestra protagonista, que ya había demostrado inquietudes literarias en su adolescencia y publicó varios libros a lo largo de su vida, decidió empezar a escribir un diario en el que registraba el día a día de la princesa, tanto en sus mejores momentos como en los peores, que fueron muchos, y de otros miembros de la corte.
Lady Charlotte Burry en un retrato de la época. / Creative -Commons - National Galleries
El diario no tardó en publicarse de forma anónima, y con la misma velocidad se desenmascaró a su autora, Lady Charlotte, de quién se rumoreó que recibió mil libras del editor que lo publicó. Aunque varios medios lo examinaron minuciosamente y concluyeron que la autora era ella, fueron varias las voces que pusieron en duda que el diario lo escribiese la novelista londinense. Y la principal razón para hacerlo es que, en dos de las páginas del diario, Lady Charlotte es mencionada.
Otros opinan que esto podría ser, simplemente, una maniobra de distracción de la autora. Porque no es menos importante que Lady Charlotte nunca negó ser la autora, y nunca apareció nadie más que afirmase haber escrito el exitoso volumen que revelaba los secretos de una corte en la que los príncipes de Gales se detestaban. Y acostumbraban a llenar el vacío sentimental con amantes que, en el caso de él, formaban parte de las damas de alcoba de su mujer.
Otra de las posibles inspiraciones de Julia Quinn, la autora de la saga de Los Bridgerton, podría haber sido la señora Crackenthorpe, el nombre tras el que se escondía un autor anónimo que publicaba en The Female Tatler. Una especie de periódico que solo se publicó durante dos años a comienzos del siglo XVIII en Inglaterra pero que, según los expertos de la época, era una joya satírica, notable por estar destinada a mujeres y que, aunque tenía el objetivo de educar, también dedicaba un espacio a los chismes.
En la era de la Regencia no había publicaciones que se dedicasen en exclusiva a los cotilleos de la alta sociedad y la hoja similar a la que escribe Penélope Featherington en Los Bridgerton era más propia del siglo XIX, tras el periodo en el que se ambienta la serie de Netflix. Por aquel entonces sí que era habitual encontrar periódicos que dedicaban unas páginas a la actualidad social.
Nicola Coughlan como Penelope Featherington en una imagen de la tercera temporada de Los Birdgerton. /
En alguna de estas publicaciones se escogía a la pareja de celebridades de moda, de los que no se revelaba su nombre pero sí se realizaba un retrato que se acompañaba del relato sobre sus vidas amorosas y sus escándalos. Un pseudo misterio que, según señaló la historiadora Catherine Curzon a Town and Country, garantizaba que fuesen los protagonistas de la hora del té y el salseo de moda hasta que se publicase el siguiente número. Algo similar sucedía con otros protagonistas de estas páginas, ya en solitario, de los que no se revelaban nombres pero sobre los que también se ofrecían pistas básicas.
Entre los personajes que eran diana habitual de los cuchicheos de los medios estaban la actriz Elizabeth Farren, que tuvo varios amantes que pertenecían a la aristocracia, o la también intérprete Mary Robinson, amante del Príncipe de Gales, el mismo que estaba casado con la mujer para la que trabajaba Lady Charlotte Bury. Y aunque la compra de la prensa no era algo al alcance de todos los bolsillos, los rumores y chismes llegaban a todo el mundo, ya que algunas imprentas exponían copias en su escaparate, como si de las revistas y la caja del supermercado de hoy en día se tratase.