ENTREVISTA

Faith G. Harper, psicoterapeuta: «Tú no puedes controlar lo que hacen las personas que se comportan como niños»

Decir «no» tiene mala fama. Pero no empequeñece nuestro universo, sino que lo expande. Así nos lo explica la psicóloga Faith G. Harper, autora de Respeta mis p*tos límites. Afirma que «los límites son los pilares de nuestras relaciones y nuestra existencia».

Hay niños más adultos que los adultos, y personas que se comportan como niños, según la dra. Harper. / COTTOMBRO EN PEXELS

Ángeles Castillo
Ángeles Castillo

Lo que ha escrito la doctora americana Faith G. Harper es «un método provocador para construir mejores relaciones a través del consentimiento y la comunicación». No solo es el título, un iconoclasta Respeta mis p*tos límites (Temas de Hoy), sino el lenguaje descarado con el que está escrito. Muy de tú a tú y sirviéndose de una prosa muy directa sin atisbo de palabrería. Además, por si la teoría no fuera suficiente, viene con un cuaderno de ejercicios. Es práctico a más no poder.

Harper ya se convirtió en un fenómeno editorial con Calma tu p*ta cabeza y ahora ha vuelto a hacerlo con esta defensa a ultranza del poner límites . El saber decir no de toda la vida. Proclama que, aunque no lo parezca, los límites expanden nuestro universo y nos acercan a los demás. Hasta tienen su propio campo científico dentro de la neurociencia : la neuroética.

Como en su consulta, la psicóloga quiere saber si estás agotada , si no se tiene en cuenta tu opinión, si te encargan más y más tareas y no sabes ni dónde meterte, o si ya te harta priorizar las necesidades de los demás. «Si has respondido sí a alguna de estas cuestiones, necesitas urgentemente establecer unos límites», diagnostica Faith G. Harper. Hay un remedio, prescribe, que es mano de santo: «Al decir basta con asertividad construimos una base sólida en nuestras relaciones».

Esta sexóloga, que ejerce también de coach y nutricionista, piensa que «todo parte de que vivimos en un mundo incierto en que la salud mental está constantemente en peligro». Obviamente, «no puedes controlar lo que hacen las personas que se comportan como niños».

Por el contrario, «sí puedes tomar decisiones saludables para ti y controlar cómo comunicas tus necesidades para sentirte más libre y feliz que nunca», aconseja. Esas necesidades de las que, dicho sea de paso, «deberíamos hablar tan a menudo como hablamos de fútbol, los líos de los famosos o los videojuegos, y con la misma naturalidad».

Por qué es tan importante poner límites

La autora pone el decir no en el centro de todo. Pero los límites están mal vistos, y no digamos quien los pone. «En la cultura moderna, lo más habitual en cuanto a límites es no decir nada. Y como nunca hablamos de ese tema, es como si asumiésemos que no merece la pena hacerlo», certifica. O sea, «que los límites no importan. Que lo que queremos, necesitamos o deseamos no importa. Y, poco a poco, este mensaje va calando en todas nuestras interacciones».

La psicóloga, sexóloga y nutricionista Faith G. Harper. / / CORTESÍA

Así es como los límites terminan hechos añicos. La mayoría de las veces se rompen «por los problemas de jerarquía social en general, los tipos de apego jodidos, las personalidades extremadamente conflictivas y la perpetuación del control coercitivo». Pero ¿por dónde empezamos a trazar esas líneas rojas? La doctora de Texas nos responde: «Por reconocer nuestros patrones de comunicación en torno a los límites y cómo interactuamos en nuestras relaciones».

Algunas ideas clave sobre los límites

Estas son algunas ideas claras que la Dra. Harper quiere transmitir sobre los «put*s límites», que en el fondo son una bendición:

● Los límites nos ayudan a sentirnos más seguros en un mundo que suele ser de todo menos lo que parece.

● Los límites son los pilares de nuestra existencia y de nuestras relaciones. El territorio fronterizo entre lo que nos pertenece a nosotros y lo que es de otros.

● Todas las relaciones tienen normas. «Si casi nadie respeta tus límites, es hora de que los analices. Puede que no los estés comunicando tan eficazmente como pensabas», nos dice.

● Los límites rigen nuestras interacciones, nuestra manera cotidiana de expresar el consentimiento y el espacio donde se desarrollan nuestras relaciones y comunidades.

● Tener unos límites sanos significa ser capaz de distinguir cuándo necesitas espacio y cuándo necesitas que te apoyen. Y comunicar estas necesidades a tus íntimos.

Por qué nos cuesta tanto decir que no

A su juicio, nos cuesta decir que no «porque queremos complacer a los demás y agradarles. Nos han educado para no meternos en problemas, así que consentimos habitualmente». Es más: «Muchas personas temen que expresar sus límites aleje a los demás o los fuerce a actuar en contra de su propia voluntad». Sin embargo, sostiene, «lo habitual es que suceda más bien lo contrario». Es decir, «si no establecemos y mantenemos nuestros límites, acabaremos resentidos y alejándonos de nuestras relaciones , y eso es precisamente lo que acabará provocándonos un colapso nervioso».

La «prueba del no», creada por el experto en violencia doméstica Rob Andrew, se muestra muy eficaz para anticiparse a los hechos. Se puede poner en práctica con un jefe, un nuevo amigo o tu última ilusión sentimental. Consiste simplemente, explicita Harper, en evaluar cómo responde alguien cuando le dices no por primera vez. Se trata de «buscar alguna señal de control en su respuesta». Su eficacia está probada: «Cuando interiorizamos nuestro derecho a decir que no , es mucho menos probable que nos responsabilicemos de cómo responden los demás ante nuestros límites»

Aprender a decir que no es un paso adelante en el bienestar. / / VITALY GORBACHEV EN PEXELS

Estrategias para reaccionar si te dicen no

Estas son algunas estrategias de la doctora que pueden ayudarte a mejorar tus relaciones y convertirte en la personificación de un espacio seguro. Si te dicen no...

1. Sé compasivo. Si nos guardamos nuestros sentimientos, acabaremos reventando al cabo de un tiempo. No pasa nada por pensar: «Vaya, esto me ha dolido… Me hacía mucha ilusión».

2. Pon el no donde le corresponde. «Normalmente, cuando alguien te está diciendo no, está rechazando tu oferta, no a ti como persona».

3. Identifica el límite que has rozado y aprende de la experiencia: «Si una persona te da una negativa, está estableciendo un límite. Eso te da mucha información sobre ella y vuestra relación».

4. Comunica que lo has entendido. No insistas ni trates de convencer a tu interlocutor.

La cultura del consentimiento, según Faith G. Harper

Necesitamos, asegura Harper, una cultura del consentimiento, que es «nuestra manera de expresar los límites». La define como «la normalización de pedir el consentimiento a los demás antes de interactuar con ellos». Abunda en este tema, cómo no en tiempos del #MeToo : «Si la cultura del consentimiento estuviera en su máximo esplendor, no nos parecería raro ni vergonzoso poner límites y respetarlos». Insiste la psicoterapeuta en que «pedir permiso es la norma estándar de comunicación, en lugar de suponerlo. Es un concepto sencillo, pero radicalmente diferente de cómo lo vive la mayoría de la gente».

No tardamos en llegar a la meditación . La Dra. Harper se queda con la atención plena «como una forma de vivir claramente en el momento presente». En cuanto a alcanzar la felicidad , nos confiesa que no tiene la receta. Tampoco el medidor para saber si realmente estamos obsesionados con ella: «Lo que queremos es tener vidas con sentido, que es un viaje individual para cada uno de nosotros. La felicidad viene por el camino».