Marta Ortega entró en 2024 con su familia ampliada: dio a luz a Manuel, su tercer hijo , el 16 de diciembre. Días antes, se encontró con la sorpresa de su designación como la mujer más poderosa de la moda mundial , en la lista que realiza cada año el diario británico Evening Standard. No está nada mal para la heredera de un imperio que comenzó inventando la moda rápida y, ahora, parece querer liderar la mutación del textil en un planeta cada vez más crítico con el consumo por el consumo. Lo anunció, entre líneas, poco antes de cumplir 40.
Como sus entrevistas son raras, la presidente Marta Ortega va dejando pistas sobre sus planes para Zara e Inditex en sus contadas declaraciones y, sobre todo, en sus comunicaciones con la plantilla de la compañía. Este año, la felicitación de Navidad que dirigió a sus 160.000 empleados fue tremendamente reveladora:
«Para nosotros, para ti, el trabajo bien hecho es el que no se conforma con superar retos y dificultades de forma brillante, sino que quiere hacerlo de la forma más responsable y comprometida con el mundo que nos rodea, con las personas y comunidades, con el planeta en el que vivimos. Y esto empieza por cuidarnos mutuamente día a día», escribió.
El reto que asume la hija pequeña de Amancio Ortega no es menor: presupone al menos una transición suficiente o total a materiales reciclados y una mejora general en toda la cadena de producción de prendas. Eso por no hablar del reto del decrecimiento que afecta necesariamente a la cantidad de ropa que compramos, una causa en la que está embarcada hasta la reina Letizia .
Liderar una compañía de moda como Inditex, con marcas tan influyentes como Zara a nivel global y en esta coyuntura climática, es más que complicado. Requiere ambición, valor y, sobre todo, buenos resultados empresariales que permitan arriesgar lo mínimo a los inversores. De momento, Marta Ortega parece tenerlo todo.
A lo largo de la década que ahora estrena, en estos diez años de tránsito por la cuarentena que inicia, Marta Ortega está llamada a afianzar su propuesta de modelo de negocio para Zara de cara al nuevo mundo. En esta ímproba tarea le acompaña, al menos, la estabilidad familiar, pues su matrimonio con Carlos Torretta parece hecho de acero . La pareja parece haber encontrado la fórmula que redunda en la productividad profesional y la felicidad personal. Aunque si fuera al contrario difícilmente trascendería: su día a día está prácticamente fortificado.
Marta Ortega y Carlos Torretta llevanXcinco años casados y tiene dos hijos, Matilda, de tres años, y Manuel, recién nacido. /
Por lo que se filtra en las publicaciones gallegas que observan de cerca cada movimiento de la familia Ortega, Marta está reorganizando sus rutinas . Hasta la fecha hacía vida en su casa del paseo de la Dársena de A Coruña, a quince minutos de la sede de Inditex donde trabajan tanto ella como su marido, Carlos Torretta.
Su padre, Amancio Ortega, reside muy cerca, en un dúplex en la Marina de la misma ciudad con vistas a la playa de Orzán. Sin embargo, cada vez pasa más tiempo en e l Pazo de Drozo, situado a unos 17 kilómetros del centro de A Coruña, en Anceis. Allí celebró su boda con Flora Pérez en 2011 y se casó Marta con Sergio Álvarez Moya, su primer marido, en 2012.
En febrero de 2022, Marta Ortega adquirió un pazo muy cercano al de su padre, por alrededor de tres millones de euros: el Pazo de Aián, en Sigrás. Hasta la fecha no se había observado movimiento en esta propiedad que se remonta al siglo XVI, pero en septiembre comenzaron las obras para reformarlo y convertirlo en segunda residencia de la familia Torretta Ortega, destinada a pasar fines de semana y vacaciones.
Hablamos de una propiedad histórica de 16.000 metros cuadrados que incluyen tres edificaciones, con una vivienda principal de 1.000 metros cuadrados, y un majestuoso jardín con frutales, huerto y estanque. Por supuesto, tiene una enorme cochera. Y un grueso muro de piedra protege toda la finca de miradas indiscretas.
Una de las pocas imágenes de Marta Ortega con su padre, Amancio. /
Evidentemente, este movimiento inmobiliario de Marta Ortega está también motivado por el deseo de residir lo más cerca posible de sus padres y, sobre todo, de su padre. Recordemos que Amancio Ortega cumplirá el próximo 28 de marzo 88 años. Quizá sea el momento en el que la pareja cambie sus habituales fines de semana en Madrid, en su lujoso piso del barrio de las Salesas o en su ático en la Milla de Oro, por descanso familiar en el pazo, mucho más cerca del abuelo Amancio.
En 2023, Amancio Ortega volvió a convertirse en el hombre más rico de España y en el primero que amasa más de 100.000 millones de dólares, una cifra astronómica al lado de la fortuna que se le calcula a Marta, de alrededor de 80 millones de euros. En realidad, la presidenta no ejecutiva de Inditex vendió en 2001 alrededor de seis millones de acciones, casi todo el 1% que le había adjudicado su padre.
Por aquella operación, realizada el mismo año que Inditex salió a bolsa, Marta Ortega recibió unos 90 millones de euros. Hoy, la venta alcanzaría más de 1.000 millones de euros. A resultas, la participación de la hija menor de Amancio Ortega en Inditex quedó en un 0,0014% de su capital, mientras que su padre controla el 59,294%. Su sueldo como presidenta no ejecutiva ronda los 83.000 euros mensuales.
A diferencia de Marta, Sandra Ortega, su hermana mayor, nacida del primer matrimonio de Amancio con Rosalía Mera, ha amasado una fortuna de 7.100 euros que la convierte en la segunda persona más rica del país. Tiene que ver con el porcentaje de Inditex que quedó en sus manos tras el fallecimiento de su madre, algo más del 5%, y con las propias operaciones de inversión de su compañía.
Marta Ortega no posee una fortuna comparble a la de su padre, pero está llamada a heredar gran parte del imperio que ahora controla Amancio. /
Según Jesús Salgado, autor de 'De Zara al cielo' (La Esfera), Marta y Sandra se trataron en su momento, pero ahora no tienen contacto. Algo que seguramente va a pesar de cara a la aceptación y gestión de sus respectivas herencias, en caso de que sus intereses colisionen de alguna manera.
«Entre Sandra Ortega Mera y Marta Ortega Pérez, las dos hijas de Amancio Ortega, existe un abismo», escribe Salgado. «Y no solo se trata del socavón que se abrió entre la primogénita y su padre cuando, teniendo ella dieciséis años, se separó de Rosalía Mera. Ella se puso abiertamente del lado de su madre. Las diferencias entre ambas son palpables en su modo de estar, de entender la vida y sobre todo los negocios».
Esas diferencias han de estar, sin duda, en la mente de Amancio Ortega a la hora de repartir su inmenso legado, no solo integrado por Inditex sino por Pontegadea, la compañía desde la que realiza sus potentes inversiones inmobiliarias y energéticas. En el consejo de administración ya se sienta, además de Flora Pérez, Marta Ortega. Es ella la que, en los próximos años, está llamada a controlar el grueso del imperio familiar. Aunque ahora su fortuna resulte de lo más escurrida.