SALUD FEMENINA
SALUD FEMENINA
Las estadísticas señalan que una de cada cuatro mujeres padecerá incontinencia urinaria en algún momento a lo largo de su vida, pero menos de la mitad busca ayuda médica para poner solución a este problema que puede afectar de forma notable en nuestra calidad de vida.
El tabú de la incontinencia urinaria, que acusan más las mujeres durante el embarazo, después del parto o en la menopausia, es real y esa necesidad constante de ir al baño puede alterar significativamente nuestra rutina diaria, afectando a la vida social, el ejercicio, el rendimiento laboral e, incluso, el bienestar emocional.
Las mujeres embarazadas y aquellas que han dado a luz están en mayor riesgo debido a los cambios físicos y hormonales que afectan el suelo pélvico y en la menopausia, aumenta el riesgo de padecerla debido a la disminución de los niveles de estrógenos, que puede debilitar los músculos del suelo pélvico. De hecho, el porcentaje de mujeres que la sufren se eleve al 50% a partir de los 65 años.
«El tipo de incontinencia urinaria más común difiere en función de la edad. Las mujeres premenopáusicas suelen padecer más las consecuencias del parto y es más habitual que presenten síntomas de incontinencia de esfuerzo. Por su parte, en las mujeres postmenopaúsicas es más frecuente la incontinencia de urgencia debido a los signos del envejecimiento«, explican desde el gabinete de prensa de ABEX Excelencia Robótica.
Y es que en función de estas causas, se pueden diferenciar tres tipos principales de incontinencia urinaria: la de esfuerzo, que ocurre cuando hay un aumento de la presión abdominal debido a actividades como toser, estornudar o levantar objetos pesados; la de urgencia, que se caracteriza por una necesidad repentina y urgente de orinar debido a la hiperactividad del músculo detrusor de la vejiga; o la incontinencia mixta, que combina síntomas de las dos anteriores.
«Los tratamientos convencionales a los que se puede recurrir para tratarla son muy diversos, sin embargo, es muy común que estos métodos no quirúrgicos no sean suficiente y no tengan efectividad a largo plazo», aseguran desde ABEX, lo que «afianza la creencia generalizada de que la incontinencia urinaria no tiene solución«.
Eso, unido al tabú y la vergüenza que muchas mujeres experimentan al padecer incontinencia, provoca que menos de la mitad de las afectadas busque ayuda médica. «En estas circunstancias, la cirugía robótica asistida por el sistema quirúrgico da Vinci se erige como la alternativa más eficaz y que reporta las mayores ventajas, tanto para el paciente como para el cirujano», aseguran desde la empresa.
El sistema da Vinci es una t écnica quirúrgica vanguardista y mínimamente invasiva en la que el cirujano no opera directamente sobre el paciente, sino que lo hace a través de una consola desde la que maneja virtualmente el instrumental quirúrgico con una visión en 3D que puede aumentar hasta 10 veces el órgano que se va a intervenir.
Entre las ventajas que ABEX señala de este método está la reducción tanto del riesgo de infección como de las lesiones accidentales de otros órganos, además de disminuir la posibilidad de complicaciones futuras. Además, con el sistema robótico da Vinci las incisiones son más pequeñas, se reportan mejores resultados estéticos, hay una menor necesidad de transfusiones, menor dolor postoperatorio y menor tiempo de estancia en el hospital. Para el cirujano, además, asegura una mayor facilidad de acceso a áreas anatómicas complejas.