proclamación federico x
Mette Frederiksen y su marido Bo Tengberg. /
«Es difícil entender que el momento ha llegado para un cambio en el trono. La reina Margarita es la personificación de Dinamarca y a lo largo de los años ha puesto palabras y sentimientos a lo que somos como pueblo y como nación». Poco después de que la soberana danesa anunciara en Nochevieja su abdicación en favor de su hijo, el príncipe Federico , la primera ministra del país, Mette Frederiksen, expresaba su gratitud en un comunicado oficial que servía para despedir a la soberana de 83 años.
Y este domingo, Frederiksen será una de las protagonistas de la proclamación de los nuevos reyes Federico X y Mary de Dinamarca . Aunque los fastos serán relativamente discretos (no se esperan mandatarios extranjeros ni miembros de otras casas reales europeas) la proclamación se hará efectiva durante una reunión del Consejo de Estado con la presencia de la reina Margarita, el príncipe Federico, el príncipe Christian y los miembros del gobierno, con la primera ministra a la cabeza. El momento más esperado de la jornada tendrá lugar cuando Federico X y la reina Mary hagan su aparición en el balcón del palacio acompañados por la primera ministra, que proclamará públicamente la ascensión al trono en un instante icónico que, sin duda, contribuirá a elevar su perfil gobal.
Frederiksen siempre quiso dedicarse a la política, incluso cuando apenas tenía seis o siete años. De padre tipógrafo y madre profesora, siendo una niña participaba en iniciativas para preservar las selvas tropicales, proteger a las ballenas o denunciar el apartheid. En la universidad estudió Ciencias Sociales, pero también Estudios Africanos, y con 24 años ya ocupaba un escaño en el parlamento danés.
Después de ocupar dos carteras diferentes (fue ministra de Trabajo y, más tarde, de Justicia) heredó el liderazgo del partido socialdemócrata de Helle Thorning-Schmidt, la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra en la historia Dinamarca. Entonces, se distinguió por un discurso muy beligerante contra la inmigración, pero también muy poco habitual para una líder socialdemócrata europea que, desde el poder, ha ido moderando.
Nada más ganar sus primeras elecciones en 2019, se hizo un hueco en la agenda global cuando Donald Trump expresó su interés por comprar Groenlandia, ella desechó públicamente la ocurrencia y el errático presidente americano decidió cancelar la visita de estado a Dinamarca prevista para unos días más tarde. Frederiksen llegó al cargo solo seis meses antes de que estallara la pandemia y, desde entonces, ha demostrado su habilidad para gestionar crisis de todo tipo. Además de lograr contener una de las tasas de mortalidad más bajas del mundo, Dinamarca fue el primer país europeo en declarar el fin de la emergencia sanitaria en febrero de 2022.
La primera ministra también ha tenido un papel muy activo en la labor diplomática relacionada con la guerra en Ucrania y demostró buenos reflejos políticos cuando en 2022 convocó elecciones anticipadas para evitar una moción de censura y consiguió revalidar su mandato pese a la polémica que suscitó en el país el exterminio ilegal de 15 millones de visones como parte de las medidas anti covid-19. Muy combativa en cuestiones de igualdad (es una comprometida abolicionista de la prostitución) en 2019 prometió reducir en un 70% las emisiones de carbono del país para 2030 demostrando que la agenda verde es una de las prioridades de su gobierno.
De estilo carismático y proactivo, ha conseguido construir un perfil tan influyente que llegó a rumorearse que podría dirigir la OTAN y en mayo ocupó los titulares de la prensa global cuando después de pronunciar un discurso ante el parlamento, reconoció que el texto había sido escrito en parte por ChatGPT para ilustrar lo «fascinante y aterradora» que puede llegar a ser la inteligencia artificial .
Frederiksen, que tiene dos hijos de un primer matrimonio con Erik Haar, se casó en 2020 con el cineasta danés Bo Tengberg después de seis años de relación. La boda se canceló hasta en tres ocasiones antes de celebrarse. La primera, porque la fecha coincidió fortuitamente con las elecciones que la convertirían en primera ministra. La pandemia tuvo la culpa de la segunda cancelación y la tercera fecha tuvo que ser pospuesta de nuevo por una reunión inaplazable del Consejo de la Unión Europea.
Por fin, en julio de 2020, la pareja se dio el sí quiero en una ceremonia religiosa de apenas 40 minutos y a la que solo asistieron 90 invitados en una pequeña aldea donde la pareja tiene una residencia vacacional. Desde entonces, es habitual que la primera ministra comparta fotos de su marido en Instagram, donde en Navidad felicitaban juntos las fiestas. Tengberg suele ser su acompañante en eventos como la inauguración anual de las cortes, la celebración del jubileo de la reina Margarita o las visitas oficiales, como la que hicieron a Madrid en 2022 con motivo de la cumbre de la OTAN.
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