SE FUE LLORANDO

La reina Margarita se viste para desaparecer: por qué eligió este precioso traje rosa para despedirse del trono de Dinamarca

La expectación era máxima para ver el look de despedida de la reina Margarita, la monarca que ha lucido los vestidos más espectaculares del último medio siglo royal.

El momento en el que la reina Margarita firma la abdicación del trono de Dinamarca frente a los miembros del Consejo de Estado. / GETTY IMAGES

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Unas campanas anunciaban el paso de la comitiva real por las calles de Copenhague, atestadas de gente deseosa de despedirse de su reina más querida. Margarita de Dinamarca es una conocida amante de la pompa y la circunstancia: sabe que la espectacularidad es fundamental para una Corona cuya influencia se ve limitada parlamentariamente. Cabía esperar que eligiera un look fabuloso para abdicar . Al fin y al cabo, estamos ante su última foto como monarca. Pero no. Su indumentaria fue, en el fondo, un regalo para su hijo.

Margarita de Dinamarca llegó al palacio de palacio de Christian IX, en el complejo de Amalienborg, envuelta en uno de sus múltiples abrigos de piel y adornada con joyas discretas. Apenas vimos unos pequeños pendientes de diamantes y rubíes y su proverbial moño, peinado con absoluta discreción. Claramente, la reina saliente apostó por el minimalismo para cumplir con el último acto de servicio a su país y a la monarquía: abdicar en favor de su hijo, el príncipe Federico.

Lo que en otro tiempo hubiera sido un despliegue de grandes joyas y un deslumbrante traje lleno de color y brillo, se tornó discreción y minimalismo. La reina Margarita se sentó en la mesa del Consejo de Estado, con su hijo Federico y su nieto Christian a su derecha, para firmar los documentos de abdicación vestida con un sencillo traje de chaqueta y falda midi de color rosa. Un rosa casi fucsia.

No se nos escapa la significación de este alegre color, aunque el acto de abdicación reveló que más que una expresión del estado de ánimo de la reina Margarita, funcionaba de trampantojo. Visiblemente emocionada y sin soltar su bolso, la monarca firmó, se levantó, cedió la silla a su hijo y, tras una indicación del personal de protocolo y recoger su bastón, salió de la estancia y, de alguna manera, de la Historia. Lo hizo prácticamente llorando.

La reina Margarita de Dinamarca lució el traje rosa que llevó en la abdicación en el décimo octavo cumpleaños del príncipe heredero Christian, este mismo año. / dr

Contra todo pronóstico, insistimos, la reina Margarita de Dinamarca quiso vestirse para eclipsar lo menos posible a su hijo, el ya rey Federico X , vestido con el espectacular uniforme de gala. De hecho, el traje rosa que eligió para llevar a término su abdicación no solo es de lo más minimalista, pues no lleva más adorno que unas pinzas en la cintura para dibujar la silueta, sino que lo hemos visto ya en varias ocasiones.

Margarita de Dinamarca lució ese mismo traje, un diseño sin firma, como tantos otros del armario de la monarca danesa, en la celebración del Jubileo de Oro, sus 50 años en el trono, en 2022. También en el décimo octavo cumpleaños de su nieto mayor, el príncipe heredero Christian , este mismo año.

Margarita abdicó luciendo joyas muy sentimentales

También fue muy significativa la elección de las joyas, pues Margarita de Dinamarca optó de nuevo por piezas muy discretas, pero con un enorme valor sentimental. La monarca danesa llevó unos pendientes regalo del fallecido príncipe Enrique en 1990 como único aderezo. Solo sumó en el cuello de la chaqueta un broche regalo de su padre, Federico IX, cuando fue nombrada heredera en 1953.

La reina Margarita lució su traje rosa favorito tamibén en las celebraciones de su Jubileo de oro: sus 50 años en el trono, celebrados en 2022. / d.r.

Se trata de una pequeña herradura de rubíes que la reina Margarita tambi´n quiso llevar el día de su proclamación, un 14 de enero de 1972. Entonces, salió al balcón del Palacio de Christiansborg vestida de riguroso luto por el fallecimiento de su padre, el rey Federico IX. En su caso, no ha sido la muerte la que ha precipitado su abdicación, sino su salud menguante y, probablemente, los escándalos de su hijo, el ya rey Federico X.

Si había alguna duda acerca de los sentimientos de la reina Margarita al respecto de esta abdicación sorpresa, quedaron despejados durante el breve acto de abdicación. Sus lágrimas al firmar y ceder su sitio a su hijo demuestran su pesar por abandonar el trono como ningún monarca desea hacerlo. Su sencillez en el vestir, sin embargo, desvela un alto sentido del deber al pasarle el testigo, con total humildad, a su hijo. Al final, antes madre que reina. Otra rareza de una reina que será, seguramente, muy añorada.