Los planes de futuro de Clara Galle tras el estreno de A través de tu mirada en Netflix: «Me apetece tirarme al barro, hacer locuras»

El día ha empezado con un disgusto para Clara Galle (Pamplona, 2002). Nada más despertar, un capricho del destino ha querido que se rompiera su amuleto, el collar con una caracola que llevaba colgado al cuello desde hace 12 años. «Se me ha caído al suelo, se ha partido y he gritado», cuenta ahora con esa ligereza infantil tan agradable que ha imprimido en Raquel, el personaje que la ha lanzado a la fama en la trilogía de películas de NetflixA través de mi ventana , A través del mar y A través de tu mirada. Puede parecer una tontería, pero ese collar ha acompañado a Galle en un viaje fundacional que ahora culmina con el estreno de la tercera entrega en la plataforma de streaming, el 23 de febrero.

Cuando oye que la caracola está rota, el representante de la actriz asoma su rostro preocupado desde la otra habitación. «No sabes el nivel de obsesión –explica–. A veces lo guardo yo durante alguna sesión y ella siempre me pregunta preocupada: «Tienes tú el collar, ¿verdad?». Galle ríe divertida y risueña, calmando los ánimos: «Sé que puedo arreglarlo con pegamento, no pasa nada». La despreocupación que muestra sorprende a su agente: «Que hagamos ese análisis hoy quiere decir que estamos evolucionando». Es lo que tiene trabajar con una intérprete tan joven: inevitablemente la verás madurar y crecer a pasos agigantados.

La carrera de Clara Galle explotó al protagonizar el fenómeno adolescente de Netflix basado en las exitosas novelas de Ariana Godoy, cuya primera entrega se estrenó a principios de 2022. Pero su sueño de ser actriz llevaba mucho tiempo en su cabeza. «De pequeña me encerraba en mi cuarto y representaba las películas de Tim Burton enteras delante del espejo», recuerda. Una niña de Pamplona, en una familia llena de biólogos y médicos. Quizá por ello tampoco se tomaba muy en serio su sueño. «Era muy empollona, y quería estudiar... pero tenía una voz que me susurraba por dentro, y siempre ganó el destino, que me llevaba por cosas relacionadas con el arte. Además, por muy práctica que quiera ser, soy muy emocional e intuitiva».

Galle cree fervientemente en las energías que nos guían, aunque quizá sea una forma mística de llamar a eso que su generación pone tanto en práctica: la introspección. «Me fijo mucho en si siento que en ese momento está vibrando algo bueno o está vibrando algo que no tiene que estar ahí. Creo que todos estamos conectados con algo así. Si somos capaces de escucharnos de esa manera, podemos descubrir muchas cosas que igual mentalmente no hemos captado. Muchas veces tu cuerpo ha tomado decisiones que tú todavía no has tomado conscientemente, y eso lo vas sintiendo. Y cuando tomas la decisión dices: «Ah, ya sé por qué tenía insomnio desde hace tres semanas». Creo que, en el día a día, es muy importante escucharse a uno mismo».

Sin duda, estaba escuchándose a sí misma cuando, a los 16 años, tecleó en un buscador 'representante actrices Madrid'. «Pinché en el primer resultado y le mandé unos selfies que me hacía entonces con una aplicación llamada Retrica, con filtros azules... Todo fatal». En cualquier caso, esas fotos fueron suficiente para convencer al primer representante con el que se puso en contacto, y pronto empezó a trabajar en el mundo de la publicidad.

Sus padres la animaron a perseguir su sueño, aunque «con cabeza». Por eso, mientras trabaja, estudia a distancia Historia del Arte matriculándose en algunas asignaturas sueltas, las que puede abarcar entre rodaje y rodaje. «Ahora estoy estudiando el arte de Egipto y Mesopotamia, que no es lo que a mí más me entusiasma. Me gustan mucho más las vanguardias, el arte moderno, incluso el Renacimiento. Pero la verdad es que hace poco estuve en el British Museum en Londres y nunca antes se me habían puesto los pelos de punta al entrar en un museo».

La dulzura y la amabilidad de Clara se mezclan con su capacidad para estar presente en el momento y, si es necesario, tomar las riendas de la situación. Se sabe desde el primer momento los nombres de los que estamos trabajando esta mañana en la sesión de fotos y nos trata con una cercanía que se percibe como absolutamente natural. Celiaca y vegetariana, no pide más que un café solo, que se tomará a sorbitos durante la entrevista.

Se sienta para que la maquillen y peinen, pero tiene en mente que lo primero de todo para ella es contestar a la entrevista antes de ponerse a hacer fotos. Al rato, me ve esperando en un rincón del espectacular apartamento del edificio de Torres Blancas donde tiene lugar la producción y exclama: «¡Pestañas y lista!». Es todo entusiasmo, profesionalidad y buen talante, incluso cuando tiene que posar con poca ropa en el balcón sobre un banco de azulejos en una de las mañanas más frías de enero. Entre foto y foto se ríe con cualquier detalle, juega con la falda que le han puesto. Parece como si la Milla Jovovich de El quinto elemento se hubiera vestido de novia rockera.

Cuando mira en el monitor las imágenes que le han tomado, se muestra de repente algo pudorosa. « Soy una persona muy tímida, así que a la hora de hacerme fotos tengo mis formas de refugiarme y de sacar la parte más segura de mí, que es por medio de la interpretación», explica cuando le pregunto si hay similitudes entre un rodaje de ficción y una sesión como modelo.

Galle se ha visto obligada a aprender a convivir con su desnudez en público. A través de mi ventana y sus secuelas tienen un alto componente erótico y ella ha grabado muchas secuencias de sexo junto a su co-protagonista, Julio Peña. No siempre estuvo muy cómoda con la idea de quitarse la ropa delante de extraños, especialmente tras una adolescencia llena de inseguridades y complejos.

« Viví muchos años condicionada por mi cuerpo. Mis emociones variaban según cómo me veía. Cuando estaba decidiendo que quería ser actriz, una amiga de mi madre me contó que su sobrino había tenido que representar una obra desnudo en su escuela de interpretación. Yo enloquecí: «¡Pero cómo va a ser eso! ¡No voy a ir a una escuela y me voy a desnudar!». Pero algo cambió con los años. «Poco a poco fui curando eso. Irme a Madrid, vivir sola y tener espacio para reconocerme y mirarme sin miedo, vivir cosas, conocer gente con diferentes mentalidades... Y empezar A través de mi ventana, que me obligó a exponerme en un punto en el que todavía no había hecho las paces conmigo misma... Podría haber sido negativo, pero fue lo contrario, como una revolución. Pensé: «Vale, me tengo que querer. Tengo que agradecer estas piernas que son las que corren por mí 10 kilómetros, estos ojos que pueden ver, esta boca que puede hablar».

Como resultado, la actriz no tiene problema descubriendo su figura en sus redes sociales, donde comparte imágenes íntimas y naturales de sus viajes y su día a día. «Creo que me siento tan bien conmigo misma, que tengo la necesidad de que la gente también se sienta bien. Yo lo he pasado tan mal por una cosa tan social, tan cargada de presión externa, que quiero dar el mensaje contrario. Tengo mis días, pero mi cuerpo me parece precioso, he aprendido que soy parte de la naturaleza. No tengo que avergonzarme de él».

Vuelta al final del viaje que ha supuesto A través de..., ¿gustará el desenlace a los fans? «Mucho. La tercera película es mi favorita, y también la de Julio. Es la más madura. Lo que me gusta de esta trilogía es que empieza con una parte muy cursi, muy adolescente, incluso en la estética, y con un argumento que puede ser un poco infantil, ese amor platónico y esas dinámicas tóxicas. Pero en la segunda va cogiendo ese punto de realidad, y en la tercera vamos a ver ese amor bastante más adulto». Quizá como un signo de los tiempos que vivimos, el personaje de Galle no es sólo una chica enamorada, sino que tiene la ambición de ser escritora: «Eso me gusta mucho de Raquel: le gusta escribir. Está enamorada de un chico pero también de una afición. No todo gira en torno a la historia de amor».

Curiosamente, la actriz comparte esa afición con su personaje: «Escribo desde que tengo uso de razón. Siempre he visto a mi madre leer, y me volví adicta a leer y escribir desde que era pequeña». Los últimos libros que le han encantado son Los naufragios del corazón, de Benoîte Groult («Una novela de los años 80 escrita por una mujer y muy revolucionaria»), Nada es verdad, de Veronica Raimo («Una novelita pequeña y sarcástica pero muy dura»), y The Power of Strangers, un ensayo de Joe Keohane que compró en Londres y lleva aún en la mochila. «Habla de que vivimos en una sociedad hiperconectada, pero en realidad todos somos extraños, nadie habla con nadie en la calle. Dice que, cuando te atreves a conectar con alguien que no conoces, puede ser maravilloso y favorable».

«Tengo un plan, pero no muy planificado», responde cuando le pregunto por los siguientes pasos en su carrera. En los últimos meses ha rodado la tercera temporada de The Head, un thriller que en cada edición aborda una historia en un espacio aislado diferente, y la serie Ni una más (Netflix), que cuenta la historia de unos supuestos abusos sexuales en un instituto. «Trata temas sociales, pero exponiéndolos, no queriendo enseñarte qué hay que hacer. Te pone la realidad en la pantalla y, como espectador, tienes que tomar decisiones, reflexionar», adelanta. Protagoniza la serie junto con otras jóvenes actrices con las que comparte el entusiasmo por los temas que trata: Nicole Wallace, Aïcha Villaverde y Teresa de Mera. «Creo que va a ser muy importante, porque va más allá del entretenimiento, aunque a la vez tiene ese punto ligero. Todas teníamos en común este pensamiento activista y nos tomamos muy en serio lo que estábamos hablando».

Lo siguiente para esta jovencísima actriz será una película de ciencia ficción, Penumbra, dirigida por Pablo Maqueda (La desconocida) y que llevará a Galle a una historia que se desarrolla en el espacio exterior. «Pablo es muy raro y muy especial, y me apetece un montón hacer este proyecto. Me interesa que se vea que me apetece tirarme al barro, hacer locuras. No me niego a nada nuevo». Con esa actitud, es probable que Clara no necesite arreglar su amuleto: la suerte está de su parte.

CRÉDITOS:

Maquillaje y peluquería: Erika Sánchez (Cool).

Asistente de estilismo: María Monreal.

Asistente de fotografía: Sandra Angstadt.

Agradecimientos: Studio Noju.