Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana, una pareja rota. /
Si mal salió el primer matrimonio de Arantxa Sánchez Vicario con el periodista Joan Vehils , porque acabaron divorciados, no existen calificativos para definir cómo terminó el segundo, con el empresario Josep Santacana . De hecho, este miércoles, 17 de enero, la jueza de Barcelona que llevaba su caso ha comunicado a las partes la sentencia, en la que estaba en juego, especialmente, si había pena de prisión.
Finalmente el juzgado de lo penal 25 de Barcelona ha dictado una sentencia condenatoria para ambas partes, aunque no es firme, sino recurrible. Arantxa Sánchez Vicario ha recibido una pena de dos años de cárcel, mientras que Santacana ha sido condenado a una pena mayor: tres años y tres meses. Ambos deberán indemnizar al Banco de Luxemburgo con 6,6 millones de euros.
Sánchez Vicrio y Santacana han sido condenados por un delito de alzamiento de bienes, pero la diferencia de las penas estriba en que la es tenista ha reconocido el delito y la responsabilidad aparejada al mismo. La jueza ha ordenado la suspensión de la ejecución de la pena durante dos años (siempre que no cometa otro delito). No así la de su todavía marido, aunque todo parece indicar que no se solicitará su ingreso en prisión al no ser muy alta la pena.
Josep Santacana siempre ha clamado por su inocencia y en una entrevista publicada por El País en septiembre del año pasado, manifestaba sentirse un chivo expiatorio de la situación. Según el ex de la que ha sido la mejor tenista española de todos los tiempos, la situación que ella describía era para dar lástima en el juicio. Mantenía que su ex mujer vivía en un apartamento de 200 metros cuadrados en Miami.
Las acusaciones de Santacana hacia Arantxa Sánchez Vicario eran graves. Afirmaba que la deportista mantenía un patrimonio oculto y que nunca había administrado ni conocido el patrimonio real de su pareja. La Fiscalía, por el contrario, mantenía que sí daba consignas a su todavía mujer para que se deshiciera de inmuebles una vez que el banco de Luxemburgo reclamaba la deuda contraída.
Hasta el momento de que se hiciera llegar a las partes la sentencia, lo que sí se había producido era un acuerdo entre el Banco de Luxemburgo, la Fiscalía y la tenista, que asumía el delito y pagaba la deuda contraída, a cambio de evitar la prisión. Este movimiento por parte de Vicario y su equipo legal era clave porque también podía influir para que hubiera una sentencia condenatoria hacia Josep Santacana.
Mientras tanto, el proceso de divorcio prosigue en Florida. El hecho de que se dirima allí también influye en la situación de ambos, pues deben acreditar su realidad financiera ante el tribunal. De esta manera, Arantxa Sánchez Vicario pretendía demostrar lo que Santacana negaba: que gestionaba su fortuna.
Arantxa Sánchez Vicario, en una imagen reciente. /
La vida de Arantxa, sin duda, ha dado un quiebro desde que apareció en su vida Josep Santacana. La relación de la pareja contó en todo momento con la oposición frontal de los Sánchez Vicario. Supuso un auténtico cisma, que partió a la familia por dos. Por un lado, quedaban la tenista y el que todavía es legalmente su marido, Josep Santacana, con quien ha tenido dos hijos, y por el otro, el resto del clan.
El momento más duro que escenificó esa fractura fue la publicación del libro ¡Vamos! Memorias de una lucha, una vida y una mujer, en el que Vicario vertía acusaciones muy graves contra su familia, que lo vivió con enorme estupor. Esos momentos tan bajos de los Sánchez Vicario quedaron reflejados en las lágrimas de la ex tenista cuando compareció ante la jueza en Barcelona el pasado otoño.
Aunque finalmente se han tendido ciertos puentes y Arantxa Sánchez Vicario ha recuperado en cierta medida el apoyo de su familia, uno de los momentos de máxima tensión se produjo cuando murió su padre Emilio , en 2016. Entonces tuvo lugar un desencuentro muy incómodo cuando la gran campeona se acercó a despedirle al tanatorio y se enfrentó a sus hermanos.