La vedette Bárbara Rey vuelve a la actualidad gracias a la serie Cristo y Rey. /
Ha llegado el gran día: preparen sus entradas porque Antena 3 abre las puertas de un gran circo televisivo que tiene a Bárbara Rey y Ángel Cristo como jefes de pista. Se estrena este domingo, 15 de enero, la serie Cristo y Rey, una producción de Atresmedia que cuenta con Belén Cuesta y Jaime Lorente como protagonistas.
La historia de amor, leones, payasos y escándalos entre la que fuera la vedette más famosa de España (con permiso de Norma Duval ) y el domador más conocido del circo patrio, se trasladan a la pequeña pantalla.
Fueron nueve años de relación en el que el dinero, la fama y el lujo conformaban el día a día a día de la pareja: portadas, posados, la llegada de sus dos hijos, el joyerío, los cochazos…, pero también los excesos, las infidelidades, la droga... Fue una de las etapas más complicadas en la vida de Bárbara, pero no la única.
Se llama María García García, aunque cuando llegó a Madrid sin rozar aún la mayoría de edad y se fue encaminando hacia la corona de pionera del destape, se hacía llamar Marita.
Bailaba como gogó en JJ, una de las discotecas de moda en aquel madrid de los años 60. Por aquel entonces, se la relacionó con algunas figuras conocidas como Paquirri o Alain Delon. En el caso del actor galo, Rey logró en alguna ocasión que la prensa se los encontrara, digamos, por casualidad.
Poco a poco, fue ascendiendo hasta donde quiso, pudo o la dejaron, porque algún tropezón tuvo. Por ejemplo, cuando conoció a Rexach, jugador del F.C. Barcelona, con el que tuvo una aventura al tiempo que el deportista preparaba la boda con la que acabaría siendo su mujer, Silvia Itoiz.
Bárbara Rey se convirtió en una de las reinas del destape y fue considerada durante décadas un icono sexual /
Pero la prensa, y sobre todo los paparazzi, tienen las patas largas y ojos y orejas en todas partes, así que acabaron pillándoles comiéndose los morros en una discoteca de Madrid. El escándalo se hizo público y la relación entre ellos voló por los aires. Sin embargo, ella siempre diría de él que fue uno de los tres grandes amores de su vida. ¿Quiénes fueron los otros dos?
Dio la campanada en 1980 al casarse con el domador de leones Ángel Cristo bajo una carpa de circo en Valencia. Al principio, como estamos a punto de recordar gracias a la serie, todo eran vino y rosas tanto en la caravana de lujo en la que vivían cuando andaban de gira con el circo por España, como en su chalet de La Moraleja.
Poco a poco, las cosas empezaron a torcerse: Bárbara le cogió el gusanillo a los casinos y a Cristo le dio por acompañarla. Años después, en Sálvame Deluxe, la vedette llegó a confesar: «Con el juego estás completamente sola, estás en tu mundo y te crees que todo el monte es orégano. Yo mentiría si dijera que no soy adicta al juego».
La pareja empezó a palmar pasta, el dinero se fundía y empezaron los verdaderos problemas. Comenzaron también los problemas del domador con la droga, los malos tratos y el descenso a los infiernos.
Bárbara y don Juan Carlos se conocieron gracias a la mediación de Adolfo Suárez . Hay quien va más allá y dice que el que fuera presidente de España en la Transición conocía bien los gustos del entonces monarca y sabía que la vedette encajaba en ellos.
La relación entre ellos se extendió desde los años 80 hasta 1994, cuando el emérito le explicó que la historia había llegado a su fin. Pero ella no estaba dispuesta a renunciar a las asignaciones económicas e intentó negociar. Grabaciones y material gráfico a cambio de contratos de televisión y dinero.
Lo que ha trascendido después es que, en una primera negociación, ella logró volver a la televisión en 1994 tras años de ausencia, pero que cuando el CESID trató de destruir el material que comprometía al jefe de Estado, las cosas acabaron por torcerse.
La historia de Bárbara Rey y don Juan Carlos fue secreto a voces durante años. /
El contrato televisivo terminó y Bárbara denunció robos y asaltos a su propiedad. La denuncia fue silenciada, pero rey (la actriz no el monarca) hizo una llamada al programa Tómbola donde dejaba caer que había censura por parte de la Casa Real. Aquella historia se saldó con un pago de 500 millones de pesetas (3 millones de los actuales euros) por la compra de todo el material.
Durante años la aventura amorosa de la vedette con don Juan Carlos permaneció en la sombra, hasta que reventó de forma inesperada en el programa de máxima audiencia Crónicas Marcianas. En el año 2000, Sofía, la hija de Bárbara y Ángel, entraba en directo por teléfono para defender a su madre de Ángel Cristo, que estaba en plató.
Sofía puso una grabación en la que se escuchaba a sus padres discutiendo y cómo Cristo insulataba a Rey. Lo llamativo de aquello no fue la grabación sino el comentario del domador: «Si esta señora ha sido capaz de chantajear a uno de los hombres más importantes de nuestro país, cómo no va a tratar de destruir a un pobre y humilde hombre de circo como yo».
Es probable que Sofía no supiera que aquella grabación acabaría desembocando en semejante escándalo, pero su voluntad fue la defensa de su madre, una mujer a la que quiere y admira a pesar de lo difíciles que se han puesto las cosas en algunos momentos.
Sofía Cristo y Bárbara Rey tienen una relación muy especial. Sofía siempre estuvo del lado de su madre en los tiempos difíciles. /
Bárbara Rey tuvo que ver cómo su hija caía en la misma adicción que su padre: las drogas. Durante años se han peleado, se han abrazo y han conseguido salir adelante. Bárbara está muy orgullosa de su hija y de la fortaleza que ha demostrado para superar su adicción. Aunque su hija la adora, hay un sentimeinto de culpa que sobrevuela sobre la madre: la de no haber vigilado más a una niña de 16 años con un acceso y una exposición a las drogas muy superior a la de cualquier chaval de su edad.