El 26 de abril de 2002 fallecía en su finca Mas mañanas de San Feliu de Guíxols a los 81 años y en compañía de su quinta y última esposa, Carmen 'Tita' Cervera , el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza de Kaszon. La causa de su muerte fue una insuficiencia cardiorrespiratoria por probable tromboembolismo pulmonar, que provocó un paro cardiaco irreversible. El aristócrata, descendiente de una de las familias más ricas de Alemania y dueño de la colección privada de arte más importante del mundo, era uno de los hombres más acaudalados de Europa, con una fortuna estimada en más de 3.000 millones de euros.
Cuando Heini, como se le apodaba cariñosamente, heredó de su padre, Heinrich, una vasta colección de cuadros, pensó que «ya había demasiados. Estaba seguro de que nunca tendría que comprar otra obra de arte mientras viviera». Pero cuando el testamento de su progenitor fue impugnado ante la ley suiza por sus otros tres hijos, y la colección fue dividida, el joven barón se obsesionó con la necesidad de recomprar cuadros de sus hermanos y añadir más y más obras de arte a su cartera. La colección original de 400 maestros antiguos se convirtió en una de casi 600, mientras que Thyssen adquiría otras 900 obras más modernas.
En los últimos años, dedicó la mayor parte de su tiempo a negocios relacionados con el arte. Su única rival en escala de posesiones era Isabel II de Inglaterra , «pero», como observó tajante el barón en cierta ocasión, «creo que la Reina no es, quizá, realmente una coleccionista».
Al igual que coleccionaba casas y obras de arte, Thyssen coleccionó también una larga listas de esposas. Se casó en cinco ocasiones con la princesa alemana Theresa de Lippe, la modelo inglesa Nina Dyer, la modelo escocesa Fiona Campbell-Walker, la heredera brasileña Liliane Denise Shorto y la antigua Miss España, María del Carmen Rosario 'Tita' Cervera Fernández .
Hans Heinrich nació en Scheveningen, cerca de La Haya, en 1921, siendo el cuarto y menor de los hijos de Heinrich von Thyssen, un rico industrial alemán, y Margit Bornemisza, una aristócrata húngara. El imperio familiar, basado en la construcción naval, el carbón, el acero y el hierro, había sido iniciado por el abuelo del barón, August, que en 1926 legó su fortuna a sus dos hijos, Fritz y Heinrich.
Su abuelo no fue un coleccionista a la escala de su hijo y su nieto, pero era un admirador de Rodin, a quien encargó un conjunto de seis esculturas de mármol, que siguen siendo una de las joyas de la colección. Las relaciones entre los hermanos eran feroces, ya que Fritz simpatizaba y apoyaba económicamente a los nazis, pero sus intereses industriales acabarían constituyendo la base del grupo Thyssen-Krupp.
Heini tuvo una infancia muy solitaria. Rara vez veía a sus padres, que se divorciaron cuando él tenía ocho años, pero, según contaba él mismo, nadie le habló de la ruptura hasta tres años después. Su madre se volvió a casar, con un diplomático húngaro, y su padre se trasladó a Villa Favorita, en la ciudad suiza de Lugano.
En aquella época empezó a trabajar en un banco propiedad de su familia en Rotterdam, pero cuando los alemanes invadieron Holanda en 1939 fue llamado por su padre a Suiza, donde estudió Derecho y Economía en Friburgo y Berna. A la muerte este en 1947, heredó el título de barón y el amor de su padre por el arte, el dinero y las mujeres, no necesariamente en ese orden.
A los 26 años, el joven aristócrata empezó a reconstruir el imperio familiar, alejándose del hierro y el acero para concentrarse en intereses tan diversos como la construcción naval, la banca, una participación en la próspera fábrica de cerveza Heineken en Holanda, la industria manufacturera y el sector inmobiliario en Norteamérica y la cría de ovejas en Australia. El Grupo Thyssen-Bornemisza, dirigido desde Mónaco y aún controlado por la familia, llegó a emplear a 14.000 personas en todo el mundo.
Los ritmos de los negocios internacionales, el comercio de arte y la agitada vida social de la jet-set sintonizaban con la naturaleza inquieta del barón. En 1946 se casó con la princesa Theresa de Lippe, con la que tuvo un hijo, Georg Heinrich. Heini celebró la boda sin la presencia de su padre, que se oponía a la boda porque le veía demasiado joven para casarse y además opinaba que la royal nacida en Viena era poco adecuada para él.
En 1953 Thyssen inició un romance con Nina Dyer, una modelo anglo-india a la que llegaría a regalar una isla caribeña, dos coches deportivos con las llaves de contacto chapadas en oro, una pantera negra y una fortuna en joyas. Finalmente se divorció de Theresa y se casó con Nina en 1954. Para ello, el barón y la princesa suscribieron un acuerdo que le obligaba a él a dejar en herencia a su primogénito un 25% más de bienes que al siguiente sucesor que pudiera tener.
Pero pronto se supo que Nina amaba a un actor francés venido a menos. «Parece una tontería», diría el aristócrata años después, «pero odio divorciarme. Es una operación de lo más desagradable». La pareja no tuvo hijos y se divorciaron tras apenas dos años de matrimonio. Ella se daría el 'sí, quiero' poco después con el príncipe Sadruddin Aga Khan se acabaría suicidando en 1965.
Pese a declarar que tenía intención de «permanecer soltero durante algún tiempo», ese mismo año se casaba de nuevo con otra modelo inglesa: Fiona Campbell-Walter. Su tercera esposa le dio otro hijo, Lorne, y una hija, Francesca, que en 1993 se casó con el archiduque Karl von Habsburg, nieto del último emperador de los Habsburgo.
Pero este matrimonio tampoco funcionó y se divorció de Fiona en 1964. Su siguiente esposa fue Denise Shorto, hija de un banquero brasileño, que permanecería con él 17 años y le daría otro hijo, Alexander. Su cuarto divorcio sería el más agrio. Denise interpuso una demanda ante el Tribunal Supremo para demostrar que el patrimonio disponible de Thyssen era al menos tres veces superior a los 500 millones de euros que había declarado. Él respondió amenazando con cargos penales alegando que ella no había devuelto reliquias familiares por valor de varios millones.
Tras cuatro años de disputas, el caso fue sobreseído al demostrar Denise que uno de los objetos en litigio -un diamante de 107 quilates engastado en un collar de 2,5 millones de euros- había sido creado especialmente para ella, con una nota adjunta de Thyssen que decía: «Querida, perdón por todas mis faltas».
En 1981 Thyssen conoció a su quinta esposa, Carmen Cervera, durante unas vacaciones en la Costa Esmeralda de Cerdeña. Pero el matrimonio tuvo que esperar hasta 1985, cuando se resolvió finalmente la batalla legal con su cuarta esposa. Las relaciones entre el 'barón Heini' y sus hijos mayores se agravaron tras su boda con Tita, a la que Francesca llegó a describir como «la madrastra malvada».
Carmen, 22 años menor que él, había sido Miss España 1961 y era actriz de cine y pintora aficionada. Si su esposo aportaba cuatro ex al matrimonio, ella traía otros dos: Lex Barker, actor estadounidense de cine conocido por su papel de Tarzán, y el productor venezolano de cine Espartaco Santoni .
El enlace se formalizó en un juzgado inglés y a la fiesta posterior para celebrar las nupcias acudió lo más granado de la jet-set del momento como Gunilla von Bismarck, Ira von Fürstenberg y el matrimonio Spencer, los padres de la princesa Diana de Gales. Tras la boda, el barón adoptó al hijo de Carmen, Borja Alejandro .
Cuando en 1986 la colección del arte del barón había desbordado Villa Favorita, pidió a las autoridades suizas que financiaran una ampliación de su museo, pero las negociaciones no llegaron a buen puerto. Tanto el príncipe Carlos como Margaret Thatcher volaron a Suiza para presentar una oferta para que las obras se instalaran en Gran Bretaña, el presidente Mitterrand presionó por Francia y la Fundación Getty ofreció varios millones de dólares para que viajaran a Estados Unidos.
Pero en 1988, Tita negoció con el Gobierno español que fuera aquí donde las obras se instalaran definitivamente. Ese año, como agradecimiento a su contribución cultural, el rey Juan Carlos I le concedió la gran cruz de la Orden de Carlos III al barón y la Banda de dama de la Orden de Isabel la Católica a su esposa. Ahora, a sus 81 años, Carmen Cervera sigue custodiando con uñas y dientes el legado del barón Thyssen.
20 de enero-18 de febrero
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