Es tal el torbellino de acontecimientos, declaraciones y movimientos en torno al beso no consentido de Luis Rubiales a Jennifer Hermoso , que cuando vea la luz esta entrevista a la periodista Danae Boronat muchas de sus declaraciones puede que suenen a premonitorias, como lo fue su libro 'No las llames chicas, llámalas futbolistas. Del maltrato al reconocimiento: La lucha por la igualdad en el fútbol' (Libros Cúpula). Un trabajo periodístico que nació con una pretensión y que se encontró con una realidad muy distinta a la que creía que iba a retratar. Por eso no se muestra extrañada del devenir de los acontecimientos desde el triunfo de la selección femenina en el Mundial.
«A mí no me ha sorprendido, la verdad. Sé cómo tratan a las jugadoras en la Federación . Me sabe muy mal decirlo, pero creo que ha venido muy bien que pasara esto. Por una parte me he alegrado para que todo el mundo vea una de las cosas por las que se quejaban, el trato que reciben. Ellos normalizan este tipo de actuaciones. Para ellos decir y hacer cosas como estas no está fuera de lugar, no es inadecuado. Para ellas, evidentemente lo es. Viven en una cultura machista, es una estructura totalmente masculina y masculinizada», nos cuenta.
El antecedente de la situación que estamos viviendo estos días y que está removiendo los cimientos del fútbol, del deporte femenino, y de la prensa especializada del ramo se remonta a julio de 2015. El anterior seleccionador nacional, Ignacio Quereda, presentó entonces su dimisión después de la publicación de una carta abierta firmada por 23 jugadoras, tras 27 años en el cargo. Una salida que supuso la llegada del ahora también cuestionado Jorge Vilda , no sin antes un comunicado de la Federación en la que se ponderaban los logros del técnico saliente por sus «sobresalientes resultados que culminaron con la clasificación de la absoluta para el primer Mundial de su historia«.
Lo que Danae Boronat se encontró cuando comenzó a elaborar este libro que vio la luz en 2021 iba más allá de los cuestionamientos que hacían las jugadoras a Ignacio Quereda en su comunicado, que se ceñían fundamentalmente a «malas formas», «métodos arcaicos» y «falta de preparación». «En la época de Quereda, tuve que insistir bastante para que las jugadoras me respondieran a ese tipo de cuestiones. Ellas habían llegado al punto de normalizar insultos, vejaciones públicas, pellizcos. Intentaban que no les afectase e interpretaban que eso pasaba en todas partes, que tenían que callar, aguantar y tragar. Aguantaron hasta que hicieron reclamaciones tanto deportivas como humanas a través de un mail, pero nadie las escuchó. Ni siquiera Rubiales , pese a que alguna capitana se reunió con él», asegura.
El segundo punto de inflexión de esta historia llega en septiembre de 2022 cuando 15 jugadoras de la Selección envían un correo electrónico denunciando su situación, con el siguiente planteamiento: «Por la presente les informo que debido a los últimos acontecimientos acaecidos en la selección española y la situación generada, hechos de los cuales son ustedes conocedores, están afectando de forma importante a mi estado emocional y por lo tanto a mi salud. Debido a todo ello, actualmente no me veo en condiciones de ser jugadora seleccionable para nuestro equipo nacional y por este motivo solicito no ser convocada hasta que esta situación no sea revertida». La Federación, presidida por Rubiales, no movió ficha y estas jugadoras, algunas, entre las mejores del mundo, se quedaron fuera de la convocatoria del Mundial.
«Rubiales le quitó importancia a todo, dijo que Jorge Vilda era un gran entrenador y por tanto menospreció sus sensaciones, sus sentimientos y la petición de profesionalidad. Conociendo todo el background no me ha sorprendido lo sucedido y creo que ha venido muy bien para que los políticos, la opinión pública y toda la gente de fuera del fútbol sepan lo que han sufrido estas mujeres. Deportistas que han demostrado que tienen un nivel altísimo, tanto como para ganar un Mundial, pese a que lo que han recibido todo este tiempo han sido constantes faltas de respeto en todos los sentidos, a nivel verbal, a nivel de trato, profesional…», relata la periodista deportiva.
¿Encontró Danae Boronat presiones antes de escribir el libro, que incluye declaraciones, entre otras jugadoras, de la propia Jenni Hermoso? La respuesta es elocuente: «No recibí presiones, para nada. De hecho, en el libro entrevisto a Jorge Vilda y a muchas jugadoras, de antes, de ahora… Al hacerlo me encontré con esa otra realidad, porque lo que el libro pretendía era reflejar el contexto del fútbol femenino en España. En realidad lo que pretendía era ser útil para dar a conocer su historia, porque veía que estaban pasando muchas cosas y estábamos en un momento muy importante a nivel deportivo».
Boronat descubre a través de las jugadoras que en la Federación parecía estarse siguiendo el postulado de El Gatopardo de Lampedusa, «que todo cambie para que todo siga igual». Por el contrario, los hechos son tozudos: «Al final, con lo que me encuentro es que por primera vez las jugadoras explican de forma abierta y sin miedo lo que sufrían, seis años después de que este entrenador se marchara. Se había contado muy poco porque nadie se había preocupado por ellas. Habían intentado pasar página y no quisieron hacer leña del árbol caído. Les habían quitado a ese hombre y ya estaba… De hecho, la llegada de Vilda la ven con muy buenos ojos. Era mucho más joven y cercano a ellas generacionalmente. No tenía ese tipo de prácticas, no las insultaba ni las faltaba al respeto de esa manera. Sí que supuso un avance, pero con el paso del tiempo se vio que no era suficiente».
Ponemos ahora el foco en la prospección que se hace en las imágenes de Jenni Hermoso después del beso no consentido de Rubiales con la clara intención de desacreditarla o deslegitimar su acusación: «Es muy grave lo que está pasando. Toda la gente que entiende de acoso sexual y de víctimas de situaciones de abuso sabe que no hay una víctima igual a otra y que cada una se comporta como puede. Lo más grave es que habiendo imágenes y que esté el testimonio de ella todavía se ponga en duda y se señale a la víctima, en lugar de intentar analizar qué ha pasado y si el sistema está mal, como es evidente. Intentar hacer cambios y evolucionar, o decidir si vamos a seguir anclados en el siglo pasado», manifiesta la periodista.
«Las jugadoras han sido tajantes , unánimes, todas a una, defendiendo y protegiendo a Jennifer Hermoso, dejando muy claro que no están de acuerdo con esa situación. Hicieran lo que hicieran en el autobús, en la celebración y en las vacaciones, evidentemente. Creo que estamos asistiendo a un caso típico de gente con poder que tiene la capacidad para influir a su alrededor y que les defiendan los que se han beneficiado de ellos. Generan esa resistencia a la autocrítica. La situación de la que estaríamos hablando ahora sería distinta si Rubiales hubiera admitido el error de forma firme, contundente y sincera, si hubiera planteado la opción de revisar si están haciendo las cosas bien internamente, porque ellas han cumplido al máximo nivel, han ganado», añade Boronat.
La reacción de Rubiales hay que analizarla en dos tiempos, primero cuando hace público un vídeo pidiendo disculpas con una serie de argumentos que parecen pretender lo contrario y después cuando comparece en la Asamblea General de la Real Federación de Fútbol y asegura desafiante que no va a dimitir.
«Cuando pasa lo que pasa su reacción es por mis cojones no dimito y ahora subo el sueldo al entrenador. Dice: 'Primero te persiguen a ti y ahora me persiguen a mí'. Demuestra que no están haciendo nada, que no están a favor de una igualdad real. Eso es lo que subyace. No están dispuestos a ceder, a hacer esas concesiones en pro del avance del deporte femenino. Se tienen que marchar. Celebro que haya pasado esto porque ha aflorado la verdad, el machismo estructural que hay en esta federación, en el deporte y concretamente en el fútbol femenino».
¿Veremos cambios estructurales en la Federación? ¿Será un punto de inflexión? ¿Cuál será el alcance final de este terremoto institucional y de valores? La periodista se muestra parcialmente optimista: «Tengo muchas dudas. Ahora mismo son días cruciales, pero dudo mucho que asistamos a un cambio radical. Lo que sí creo es que ya no hay marcha atrás. Porque todas las futbolistas, hasta las de generaciones anteriores, se han reunido en un comunicado para decir 'basta ya', que ya no van a permitir que se siga actuando de esta manera. Ha empezado el cambio, no van a consentir cosas que han consentido hasta ahora».
Boronat no alberga dudas, sin embargo, sobre un camino de no retorno que previsiblemente redundará en la reducción de las brechas existentes entre el deporte masculino y el femenino. También en el respeto por las mujeres y sus derechos conculcados.
«Han demostrado que profesionalmente están al máximo nivel, lo han dado todo. Ahora van a exigir que los que están ahí también lo den todo. Y eso significa empezar por respetar los derechos y la dignidad, todo lo que las mujeres exigen para que el talento que tiene el fútbol femenino español siga creciendo, para poder consolidarlo. Las mujeres no van a permitir que sus condiciones bajen de un determinado listón. A partir de ahí, van a seguir pidiendo lo que les pertenece. No van a pedir nada fuera de lugar. Va a costar mucho, porque esto viene muy de atrás y hay mucha gente que se ha beneficiado de que el sistema sea así de machista».
Desde antes que se produjera el beso que hizo saltar por los aires el status quo machista la prensa deportiva estaba siendo muy criticada en las redes sociales por dar en sus portadas el protagonismo al entrenador, Jorge Vilda, y no a las jugadoras. Los días siguientes, se vertieron comentarios en distintos espacios audiovisuales cerrando filas en torno a Rubiales, aunque conforme evolucionaban los acontecimientos muchos fueron entonando el mea culpa.
El último de ellos, el seleccionador nacional masculino Luis de la Fuente, por haber aplaudido con fervor a Rubiales en la asamblea de la federación. Unas declaraciones en las que admite no haber llamado a Jenni Hermoso para interesarse por su situación.
20 de enero-18 de febrero
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