Mario Vargas Llosa y su ex esposa, Patricia Llosa / gtres

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Así fue el amargo y radical divorcio de Mario Vargas Llosa de su ex mujer (y prima carnal), Patricia Llosa, tras 50 años de feliz matrimonio

El matrimonio de Mario Vargas Llosa y su exmujer, Patricia Llosa, duró 50 años. Fue uno de los más admirados del mundo literario. Acabó por unas fotos de Isabel Preysler.

El 10 de junio de 2015 el mundo de Patricia Llosa se rompió. La portada de la revista española «¡Hola!» anunciaba el fin de su matrimonio con Mario Vargas Llosa, al destapar el romance del escritor con Isabel Preysler. Era la primera noticia que tenía.

Todo el mundo daba por hecho que su matrimonio seguía intacto. Su círculo se preguntaba cómo era posible que el escritor no hubiera hablado con su esposa.

El revuelo fue mayúsculo y Patricia emitió un comunicado, en el que pedía respeto para ella y su familia: «Mis hijos y yo estamos sorprendidos y muy apenados por las fotos que han aparecido en una revista del corazón. Hace apenas una semana estuvimos con toda la familia en Nueva York celebrando nuestros 50 años de casados y la entrega del doctorado de la Universidad de Princeton. Les rogamos respetar nuestra privacidad«.

En una entrevista posterior, con el escritor Santiago Roncagliolo, Vargas Llosa aseguraría que ese comunicado contenía falsedades. Hubo mucha gente decepcionada que tomó partido por Patricia, incluidos dos de sus hijos.

Mario Vargas Llosa y su esposa Patricia no solo llevaban toda una vida juntos, sino que Patricia era la columna vertebral del escritor, la que gestionaba las entrevistas y los viajes y organizaba toda la vida cotidiana para que Vargas Llosa solo se ocupara de escribir.

«Ella lo hace todo y todo lo hace bien. Resuelve los problemas, administra la economía, pone orden en el caos, mantiene a raya a los periodistas y a los intrusos, defiende mi tiempo, decide las citas y los viajes, hace y deshace las maletas, y es tan generosa que hasta cuando cree que me riñe me hace el mejor de los elogios: 'Mario, para lo único que sirves es para escribir'», reveló el escritor en el discurso de aceptación del Premio Nobel, en 2010.

Patricia y Mario son primos carnales y se habían casado en 1965. Se instalaron en Londres y, más tarde, en Barcelona. Tuvieron tres hijos: Álvaro, Gonzalo y Morgana. Su complicidad fue total durante medio siglo. Pero la vida amorosa de Mario Vargas Llosa había empezado rodeada de escándalo, antes de conocer a Patricia.

Cómo fue la relación de Mario Vargas Llosa y Patricia

Cuando se enamoraron, él estaba casado con su tía política, Julia Urquidi, que era la hermana de su cuñada. Pero, entonces, apareció Patricia, sobrina de Julia y prima carnal de Mario. Había ido a pasar una temporada a París con ellos. Era una chica consentida y rebelde. Al poco tiempo, las cosas entre Mario y Julia empezaron a discutir sin descanso por la niña.

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa.

Y un día se hizo evidente que los dos primos se habían enamorado, aunque todavía pasó un tiempo hasta que el matrimonio se separó. Mario y Patricia, que contaba 20 años, se casaron. Él era un hombre de gran cultura y fuerte personalidad. Ella, una joven de carácter levantisco, de gran atractivo y totalmente entregada.

Formaron un matrimonio de apariencia perfecta. Su ruptura fue un duro golpe para Patricia, que hoy tiene 77 años, y también el inicio de una batalla para repartir un extenso patrimonio inmobiliario: el autor se quedó con el ático que ambos adquirieron en 2002, en pleno Madrid de los Austrias, y con su piso de París. Patricia, por su parte, se recibió el apartamento de Nueva York situado en la calle 57 con la Octava Avenida, y con el domicilio familiar de Lima.

Vídeo. Isabel Preysler: todas sus historias de amor

Tres años después de la portada de ¡Hola!, parece que el exmatrimonio había iniciado un acercamiento. Su relación no ha sido buena, pero ambos asistieron a la graduación de una de sus nietas, Ariana, hija de su hijo Gonzalo, el más crítico con la nueva relación de su padre.

Morgana, otra de las hijas del Nobel, la compartió en su cuenta de Instagram. Los dos sonríen frente a la cámara. «Al principio el hecho de perderlo le afectó mucho, pero me ha sorprendido su extraordinaria capacidad para superar el drama, para no dejarse derrumbar y seguir adelante», contaba a hace un tiempo Gonzalo a la revista Vanity Fair, sobre su madre.

Patricia sigue viajando y leyendo incansablemente y, allí donde estuvo el despacho su ex, en su casa de Lima, ha instalado una sala de cine. Por su parte, el escritor declaraba a la revista peruana Cosas: «Poco a poco, he ido restableciendo una relación amistosa y cordial con buena parte de mi familia. No con todo el mundo, pero sí con buena parte. Eso es muy importante. Sobre todo, porque tengo cinco nietas y un nieto. No me los quiero perder».