EN CARNE VIVA

Desclasificamos la vida de Encarna Sánchez con Juan Luis Galiacho: exilio forzoso, matrimonio de conveniencia y sus dos amores

Juan Luis Galiacho y Pedro Pérez son los autores del libro Encarna. En carne viva (La esfera de los libros), en el que desmenuzan la vida privada y profesional de Encarna Sánchez

Encarna Sánchez fue una de las comunicadoras más influyentes de la radio. / gtres

Juanra López
Juanra López

El pasado 5 de abril se cumplieron 27 años de la muerte de Encarna Sánchez y su figura sigue rodeada de muchas sombras sobre las que arrojan luz los periodistas Pedro Pérez Hernández y Juan Luis Galiacho, que tan de cerca conocieron a la controvertida periodista. Encarna: en carne viva (La esfera de los libros) es un exhaustivo trabajo en el que diseccionan a una de las figuras más emblemáticas de la radio española en el siglo XX.

Juan Luis Galiacho se muestra satisfecho de este trabajo conjunto y nos explica las razones: «Encarna, en carne viva aporta bastantes datos novedosos de quién es Encarna Sánchez. Hasta ahora se le había juzgado de una manera muy subjetiva, sobre todo porque eran periodos muy cortos de su vida. Este libro ahonda y permite conocer a Encarna desde que nace hasta que muere y cada uno puede sacar la conclusión que quiera. Ese es el gran éxito de este libro», explica el autor.

«Por primera vez hemos hecho un libro de gente que ha estado muy cerca de Encarna. Pedro estuvo 20 años y yo cinco como su jefe de investigación. Nadie ha conocido a Encarna porque su círculo era muy cerrado. Tardé dos años en penetrar en el círculo de ella y mira que sacaba temas que eran directamente de ella», apunta.

Una infancia difícil después de que su padre fuera asesinado

«Hay un hecho fundamental para conocer a Encarna Sánchez, fue una chica proscrita desde su nacimiento. Toda su existencia es una vida de traiciones. Con cuatro años su padre fue fusilado por el simple hecho de ser carabinero, de ser leal a la república, al Gobierno de entonces en España. Con cinco años se va a un orfanato. Como eran una familia muy humilde y eran cinco hermanos su madre decide meterla en el Hogar Canario de Almería. Allí sufre malos tratos y abusos que la marcan durante toda su vida», relata Galiacho.

«Cuando su madre es consciente de que Encarnita, que es así como la llamaba, estaba sufriendo esos malos tratos, la lleva a vivir con ella a uno de los barrios más humildes de Almería, el barrio de Las Perchas, donde no había agua ni luz ni gas. Eso marca su compromiso social con ese periodismo que llegó a hacer. Luchaba contra las chabolas y la desigualdad», asegura el periodista y economista.

Galiacho tiene muy claro el lugar que ocupa en la historia Encarna Sánchez y por qué tenía un carácter tan bravo: «Fue la comunicadora más influyente del siglo XX. Como la habían traicionado tanto, cuando te contrataba te pedía lealtad, te lo puedo asegurar. También te pedía trabajo. Encarna fue tantas veces traicionada que le provoca estar siempre a la defensiva. No ataca por atacar. Atacaba cuando se le atacaba. Es evidente que a veces sus ataques eran desmedidos, pero eran defensivos cien por cien. No se metía con nadie por meterse. El único arma que tenía era el micrófono. Decía que si no se defendía a sí misma quién la iba a defender».

Son muchos los personajes que fueron víctimas de durísimas diatribas por parte de Encarna Sánchez, una de ellas, Rocío Jurado , sobre quien emitía juicios de valor que en muchos casos no se corresponden con la realidad: «Encarna y Rocío Jurado eran muy amigas en los años 60, cuando Rocío llegó a Madrid y trabajaba en Los canasteros bailando. Encarna tenía el programa líder de la noche en Radio España, era una diosa, y Rocío empezaba a despuntar. Eran muy amigas, se iban de cena con Rafael Farina y otras personas. Su amistad se fue acrecentando. En un momento determinado le dicen a García Vernetta, su pareja de entonces, que Encarna estaba detrás de su novia. Vernetta cogió el coche desde Valencia, donde vivía, y se plantó en Madrid».

El gran enfado del novio de Rocío Jurado con Encarna Sánchez

«Se va a la calle Cartagena, en Ventas, donde Rocío vivía con su madre, doña Rosario y se queda encerrado en la casa esperando. Cuando llega Encarna una de esas noches a las tres o las cuatro de la mañana cuando sale de la radio, abre la puerta García Vernetta, la empuja y le dice que no vuelva a entrar allí. Eso para Encarna fue una afrenta total, que la dejaran en ridículo y volvieran a sacar su sexualidad, porque ella lo llevaba muy íntimo. Marca un antes y un después con Rocío. Años más tarde se reconciliaron con la mediación de Paco Gordillo», concluye Galiacho, haciendo referencia al que fuera mánager de Raphael y María Jiménez, fallecido de un cáncer de pulmón en 2011.

Otra figura clave en la vida de la locutora es Isabel Pantoja : «Encarna si tuvo dos personas a las que quiso en su vida: su madre, doña Encarnación, y sin duda Isabel Pantoja. Fue muy feliz con Isabel desde que la conoció en Antena 3. Después del gag de Viva 91 de Martes y Trece empiezan a seguirla, le cambia el carácter, le llega el cáncer y los considera los causantes de su enfermedad. Se agria el temperamento de Encarna y afecta a su relación con Isabel . La cantante se va dando cuenta de que Encarna, en lugar de ayudarla la considera un escollo en su carrera. La Pantoja, cuando vio que Encarna ya no le servía, la dejó tirada. Hasta el último día se sintió traicionada, después de todo lo que había hecho por ella», afirma, contundente.

Una de las pocas fotografías en las que podemos ver juntas a Isabel Pantoja, Encarna Sánchez y la periodista Mila Ximénez. / / gtres

Es en esa época cuando salen las primeras fotografías de Isabel Pantoja con María del Monte, lo que daña profundamente a Encarna, según manifiesta Galiacho: «Encarna promociona a María del Monte con la canción Cántame. Contamos en el libro cómo ocurre todo, que María, a quien no conocía, fue a ver a Encarna y esta decide darle cancha en su programa. Encarna se siente traicionada por María, especialmente desde que salen unas fotos de ella con Isabel Pantoja en Caños de Meca, su playa idílica con Isabel, donde habían pasado sus grandes momentos».

Antes de morir, estalla el Caso Arny, en el que implican al hermano de María del Monte. Un caso infausto, como ha recordado recientemente un documental de HBO, sobre el que investigó el propio Galiacho: «Me iba a ir de vacaciones a Lisboa, pero me llamaron del programa diciendo que la jefa me pedía que me fuera a Sevilla. Me quedé tres meses allí investigando el Arny. Cuando conseguí la lista policial, donde aparecía el hermano de María del Monte , me dijo que la diera yo bajo mi compromiso. Ahí me di cuenta de que era otra Encarna, que le daba igual todo. No era lógico que me mandara tres meses para luego tirar la toalla cuando ya tenía la lista».

La controvertida amistad con Jesús Gil y la soledad en la cima

Encarna Sánchez hizo lo imposible para que no trascendiera nada sobre su estado de salud, que se deterioró muy rápidamente: «Ella quería que nadie supiera nada. Había vivido en un mundo de hombres y tenía que defenderse como única mujer en ese ámbito. Desde el franquismo, después en la democracia… Siempre había estado sola. En la Cope, había estado más sola que la una. Lo que intentaba era no dar nunca la sensación de debilidad. Siempre luchó para demostrar que no lo era. Consideraba que mostrando ese flanco podían atacar por ahí».

Una de las amistades más cuestionadas de Encarna Sánchez fue Jesús Gil , pero Galiacho matiza esta afirmación: «Más que amistad, lo de Jesús Gil era puro interés, sobre todo por Isabel. Ella consideraba que Isabel quería quedarse en Marbella y por eso pone ese dique para que pueda bajar directamente a la playa. Después le sancionan Obras Públicas y más tarde se lo tapan Gil y Roca. Todo era para contentar a Isabel. La casa de La Gaviota la hace a toda prisa para fastidiar a Isabel. Una de las últimas broncas que tuvieron, como contamos en el libro, fue porque la cantante le dijo que para qué quería una casa tan grande si estaba ella sola. Eso le llegó al alma».

Encarna Sánchez desarrolló una parte muy importante de su carrera en América, pero no por voluntad propia: «Encarna se va a un exilio forzoso cuando doña Carmen Polo de Franco la invita a marcharse de España. Tiene que dejar a su madre, que era lo que le preocupaba. Hace un testamento a favor de su madre, pero el notario dice que debe incluir a una sustituta vulgar. Entonces ella considera que la persona que podía cuidar a su madre era Pilar Cebrián, cuyo nombre artístico era Clara Súñer. Cuando Encarna vuelve de México, a Clara Súñer, en el 78, ya ni la ve. A ella le pilló totalmente por sorpresa que le dejara su dinero».

«Creo que Encarna no le da importancia a ese testamento en el momento en el que muere su madre porque considera que una vez muerta, está finiquitado. Encarna creía que no existía. No hizo otro testamento porque no quería morir. Ella era muy supersticiosa para eso. Creía que si lo hacía era que tiraba ya todo. No hay nadie que se atreva a decirle que lo haga. Todos creen que no va a haberlo y que se iba a repartir a través de los administradores», explica.

Su complicada vida en México y su vuelta a España tras la muerte de Franco

«Quince días antes de morir, cede sus poderes a los administradores, que eran quienes tenían toda su fortuna. De hecho, cuando muere, van al registro de últimas voluntades y se encuentran con ese testamento que nadie conocía. Los administradores se ponen en contacto con Pilar Cebrián y es cuando se produce el conchabeo. A partir de ahí es muy fácil, para justificar todo lo negro, decir que te han robado, que se ha quemado…», asegura.

La vida de Encarna Sánchez fue complicada desde su infancia. Su vida sentimental fue compleja y su vida privada, un búnker. / gtres

Una de las etapas de la vida de Encarana menos conocidas fue el exilio: «En México las pasa también canutas. Se va a México porque no se puede ir a otro lugar, no hablaba inglés. Decidió irse allí porque Azcárrega (el magnate del grupo Televisa conocido como El Tigre) vino a España en el 78 y el taxista que le llevaba al Ritz llevaba a Encarnita puesta. Preguntó por ella. Al día siguiente le mandó un tarjetón con un ramo de rosas a Radio España en el que decía que si quería saber lo que era triunfar algún día fuera de España no dudara en llamarlo».

«Encarna Sánchez se fue a México, a un país más machista que el nuestro, con unos sindicatos que lo controlaban todo. Era mujer, española y le hacían la vida imposible. Parece ser que se enrolla con una hija de uno de los dirigentes del PRI y le mandaron unos matones para que saliera por piernas. Se tuvo que ir a República Dominicana y luego a Costa Rica, donde la engañaron, le hicieron un fraude por el que perdió todo lo que tenía», explica.

Y nos relata un episodio que ha tenido también poca trascendencia pública: «Luego en Los Ángeles se casa, en un matrimonio de convivencia, pero el marido, Miguel, la estafa también. Le cortó el grifo a los seis meses y se fue a Miami, con Olga Guillot. Allí es cuando muere Franco y decide volver a España».

La maternidad nunca entró en sus planes, sostiene Galiacho: « No quería ser madre. La responsabilidad era algo muy importante y por sus circunstancias y su vida no podía darle la vida que el niño se mereciera».

Y concluye valorando a Encarna Sánchez a nivel humano: «Era muy generosa con su gente, con la gente de la calle… Por eso pedía lealtad, que no recibió ni de su propia familia. Tuvo una vida muy árida, poco feliz. Era feliz en el micrófono, con sus oyentes. Decía que no tenía seguidores, que tenía una secta detrás. Se iba a París, le daban la quimio y al día siguiente estaba frente al micrófono»

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