La nueva vida de Paloma Cuevas después de su divorcio de Enrique Ponce: así es su nuevo camino como diseñadora en la más absoluta discreción

La discreción ha sido la dinámica siempre de Paloma Cuevas y después del revuelo creado por su divorcio con el torero Enrique Ponce, triunfa como diseñadora.

Paloma Cuevas está centrada en sus hijas, sus padres y su trabajo como diseñadora. / instagram

Elena Castelló
Elena Castelló

Parece que la discreción no es la marca de la nueva vida de Enrique Ponce . Mientras su nueva pareja, Ana Soria , se lamenta sin cesar del trato que recibe en redes y medios de comunicación, el torero se ha convertido, una vez más, en protagonista de una portada del corazón, 'Diez Minutos' , donde anuncia sus planes de boda con Ana. «Estoy buscando el momento adecuado para pedir matrimonio a Ana, deseando», asegura.

Según las informaciones, Ponce estaría esperando a que Ana termine sus estudios de Derecho para ponerse a preparar su boda. El anuncio ha vuelto a sorprender a sus seguidores y al público, y, sin duda, a su exmujer Paloma Cuevas, que cumplirá 50 años el próximo mes de septiembre, y cuya divisa es la absoluta reserva, como ha demostrado desde su divorcio.

Quizá como respuesta, Paloma Cuevas ha publicado en su Instagram junto a uno de sus posados de moda, con sombrero cordobés y caballo, una alabanza de la gratitud: «Decía Cicerón que «la gratitud no solo es la más grande de las virtudes, sino que engendra todas las demás». Las personas agradecidas eligen quedarse siempre con lo positivo, ver lo mejor de otros y poner en marcha una memoria selectiva que genera paz», escribe. Parece que Paloma le ha pedido a Enrique en varias ocasiones que evitara las declaraciones intempestivas.

Por sus hijas pero también por su exsuegro, Victoriano Valencia , que tiene una salud delicada a sus 90 años. Y es que Ponce les debe mucho a los padres de Paloma. Sobre todo, a su padre, una de las personas más importantes en la carrera profesional del torero, junto con su abuelo Leandro, que le llevó, por primera vez, a una plaza con cinco años, y Juan Ruiz Palomares, que le acogió en su finca de las Navas de San Juan cuando estaba empezando. Paloma hace todo lo posible para que Victoriano Valencia no se sienta herido, porque no solo fue un gran consejero taurino, sino que trató a Enrique como si de un hijo más se tratara.

Fue Victoriano Valencia quien quiso que su hija conociera a Enrique Ponce. Parece que el torero y Paloma se conocieron cuando ella y su padre fueron a la plaza de Algeciras, donde toreaba Ponce. Este no tuvo su mejor tarde y fue Paloma la que le insistió a su padre para que le ayudase. Valencia se convirtió en su apoderado y ahí comenzó una estrecha relación familiar.

La boda de Paloma y Enrique, en 1996, fue un gran acontecimiento social, en Valencia y ante más de un millar de invitados, entre ellos Rita Barberá, la entonces alcaldesa. Tras el banquete, los novios partieron una tarta coronada por una plaza de toros. Paloma tenía 19 años cuando se casó con Enrique Ponce, y dejó por completo su vida profesional para apoyar al torero.

Tras 25 años de convivencia, para Paloma, su exmarido es sobre todo el padre de sus hijas. Fueron años felices, o al menos eso creyó ella siempre. Tuvieron a su primera hija, a la que llamaron igual que su madre, Paloma, en abril de 2008. A los cuatro años nació la segunda, Bianca. Hoy son, junto a sus padres, lo más importante para ella, y por eso Paloma extrema su discreción y no deja que las declaraciones del torero y sus decisiones la afecten en absoluto. Apenas hace comentarios personales en sus redes, donde únicamente se hace eco de sus logros profesionales.

Su matrimonio opacó la carrera profesional de Paloma y hasta que no llegó el divorcio, el pasado diciembre de 2021, poco se sabía de su talento como diseñadora y empresaria. Parecía que su vida se reducía a ser una madre modelo de sus dos hijas, Bianca y Paloma, y a los estilismos de Valentino o Ladrón de Guevara que lucía en la multitud de eventos sociales a los que acudía junto a su marido.

Paloma, sin embargo, ha sido diseñadora de joyas –algunos de sus pendientes los ha llevado la reina Letizia–, además de diseñadora de moda. Tiene una titulación en Administración de Empresas por una universidad de Boston. Paloma también se ha ocupado durante todos estos años del negocio aceitero que tenían en la finca La Cetrina, en Jaén, y ha ayudado al torero a poner sus finanzas en orden.

Paloma ha querido renovar su vida concentrándose en proyectos de diseño, como su colección cápsula de trajes de fiesta para Rosa Clará. En la única entrevista que ha concedido hasta ahora, Paloma Cuevas, dejó claro que ha empezado una nueva vida tras el divorcio de Enrique Ponce, con la que está muy ilusionada. «He optado por ser feliz», decía. «Mi vida sigue siendo muy parecida, porque siempre ha consistido en priorizar a mi familia y a mis amigos». Y añadía: «Ahora mismo no pienso en volver a casarme. Digamos que dejaré que la vida me sorprenda».

Tras la firma del divorcio, Paloma planeó mudarse de la casa que compartía con el torero en el centro de Madrid, en la calle Pintor Rosales, a la urbanización La Finca, en Pozuelo de Alarcón, donde Victoriano Valencia regaló al matrimonio en 2013 una lujosa casa de 645 metros cuadrados. Sin embargo, llegó la pandemia y todo quedó en suspenso. Ella sigue viviendo en la antigua casa familiar con sus hijas y sus padres, a los que cuida con mimo.

Y sigue compartiendo buenos momentos con Genoveva Casanova, Fiona Ferrer, Lydia Bosch, Patricia Cerezo, el exfutbolista Pedja Mijatovic y Aneta, Konstantin de Bulgaria y María García de la Rasilla, Estrella Morente y el torero Javier Conde, el cantante Luis Miguel, Luis Alfonse de Borbón y su esposa, Margarita Vargas, con quienes ha pasado algún verano en Sotogrande, o Laura Vecino y Rafael Medina .