MANUAL ROYAL DE INFIDELIDAD Cómo consiguieron salvar su matrimonio el rey Carlos Gustavo de Suecia y la reina Silvia (a pesar de las infidelidades)

No todos los reyes son eternamente fieles y respetuosos a su reina como Constantino de Grecia ni incapaces de pedir perdón a su esposa como el rey Juan Carlos. Existe un punto intermedio en los monarcas que consiguen esquivar la bala de la mala prensa a pesar de haber cometido graves errores como pareja. A ese grupo pertenece Carlos Gustavo de Suecia y su esposa la reina Silvia .

Aunque el precio que han pagado los veteranos monarcas por semejantes errores ha sido abrumador. Carlos Gustavo de Suecia , que es el claro ejemplo de que por la boca muere el pez (este mismo ha reabierto él mismo la polémica de su heredero), ha logrado que su matrimonio sobreviva al escándalo que él mismo creó con el cariño de su pueblo más o menos intacto. Un proceso que pasó por pedir perdón en público y en privado a los suecos y a su reina.

A pesar de sus esfuerzos, la pareja sobrevivió pagando un alto precio. Según la última encuesta del instituto «Novus» encargada por la emisora ​​TV4, dos tercios de los encuestados consideran que el rey debería abdicar ya, el 49% se tomaría un café con la princesa heredera Victoria , pero sólo el 19% con el actual monarca y apenas un 4% de los encuestados valoran a su reina.

Unos datos no muy halagüeños en un año importante y complicado a partes iguales para los veteranos monarcas, porque por un lado se celebran los 50 años de Carlos Gustavo en el trono, pero por otro acaba de ser operado de forma urgente del corazón. Una intervención que interrumpió abruptamente la gira por 21 condados de todo el país que la pareja real tenía preparada para festejar el Jubileo.

Un viaje que emprendieron juntos y en sintonía con el objetivo de «ver y comprender la evolución de la sociedad sueca» y que prometía convertirse en el espaldarazo a la imagen de la reina Silvia, a la que el rey deseaba dar más protagonismo. Un detalle más que muestra cómo ha conseguido ganarse el perdón y el apoyo de la mujer a la que le fue infiel públicamente.

El escándalo llegó en 2010 escrito negro sobre blanco en una biografía no autorizada que retrataba al monarca visitando locales de alterne y manteniendo una relación extramatrimonial con una actriz y cantante durante años.

Hasta entonces la polémica más peligrosa que había protagonizado el monarca consistía en saltarse el límite de velocidad y no abrocharse el cinturón de seguridad en su coche oficial. Pero esto era bastante más jugoso.

Ante los ataques de la prensa el rey reaccionó reconociendo su error en público y asegurando que todo aquello formaba parte del pasado y ya había sido resuelto. Un asunto privado que había gestionado en la intimidad del Palacio de Drottningholm con quién debía hacerlo: su esposa.

Y para dar ejemplo rey y reina se han mostrado desde entonces en público siempre juntos. El rey Carlos Gustavo de Suecia no volvió nunca a mencionar el tema. La reina no lo ha mencionado jamás, a pesar de que la amante de su marido aparece de vez en cuando en televisión concediendo una entrevista.

Como muchas antes que ella, la reina Silvia sobrevivió al escándalo buscando su propia fortaleza y haciendo el papel de hierática señora sonriente. Si para nuestra reina Sofía lo más importante ha sido siempre seguir el consejo de su madre y no dejar nunca de ser reina y madre del heredero al trono, para la reina Silvia la clave estaba en la familia.

Una familia formada por tres hijos y ocho nietos a los que deseaba proteger por encima de todas las cosas. El rey, por su parte, tras hacer examen de conciencia tenía solo una petición para alcanzar la felicidad conyugal: tener baños separados. Porque hay cosas que ni siquiera los reyes quieren compartir con sus reinas.

Además del compromiso de no volver a tropezar en la misma piedra, dejar de compartir el baño y aparecer siempre juntos, los monarcas buscaron un proyecto que entusiasmara a los dos por igual y lo encontraron volcándose por igual en causas medioambientales y todas aquellas que le permiten el contacto directo con su pueblo. Una estrategia que les sirvió para seguir juntos hasta ahora, pero que a la vista de las encuestas, no ha convencido a su pueblo.