Corren tiempos complicados para los reyes más longevos de las monarquías europeas. Una caída en la nieve de la estación de esquí de Lech-Zürsa ha provocado que la octogenaria princesa Beatriz de Holanda , ex monarca de los Países Bajos, haya tenido que sufrir una operación de urgencia en una de sus muñecas.
Casualmente el accidente ha tenido lugar en la misma estación de squí en la que se produjo el terrible accidente que acabó con la vida del príncipe Friso de Holanda .
La ex monarca holandesa ya se encuentra ya recuperándose en el castillo de Drakensteyn, pero como si de una plaga se tratara la suya ha sido la primera de todas las operaciones a las que los monarcas más senior de las monarquías europeas se van a asometer esta semana.
El lunes 20, Carlos Gustavo de Suecia pasó por quirófano para someterse a una cirugía cardíaca, y el miércoles 22 lo hará la reina Margarita de Dinamarca , para poner remedio a sus constantes problemas de espalda, que han empeorado en las últimas semanas.
La realeza europea, al igual que sus súbditos, está pendiente de estas dos operaciones quirúrgicas de envergadura. Todos estos monarcas rondan los ochenta años y una intervención a esa edad puede acarrear severas complicaciones.
¿Deberían quizá abdicar los que aún no lo han hecho, siguiendo el ejemplo de Beatriz de Holanda, que dejó el trono hace casi una década y le cedió el testigo a su hijo Guillermo? Es difícil saberlo. Los reyes mueren reyes y, salvo una situación muy escandalosa o compleja, no abdican. Beatriz de Holanda , hoy princesa, es una excepción.
Carlos Gustavo lleva en el trono desde el 15 de septiembre de 1973. Tiene en la actualidad 76 años y suspenderá su agenda entre este lunes 20 de febrero y el 3 de marzo. Palacio insiste en que goza de buena salud y que, hasta el momento, desarrolla sus actividades con normalidad, como una reunión virtual con la Fundación Scout Mundial, una reciente visita al condado de Jönköping o una reunión en la Academia de Arte.
La operación, que se realizó ayer por laparoscopia, ha sido un éxito según la nota oficial de la Casa Real que aseguran que ele stado del monarca es bueno y que descansa acompañado de sus tres hijos, la princesa heredera Victoria, la princesa Magdalena (que ha abandonado Miami por unos días) y el príncipe Carlos Felipe, así como de su esposa, la r eina Silvia.
Esta importante operación se ha producido en un momento especialmente importante para la Corona sueca, cuando el rey cumple 50 años en el trono.
Carlos Gustavo Folke Hubertus nació el 30 de abril de 1946 y es el séptimo rey de la Casa Bernadotte y el monarca con el reinado más largo de la historia sueca, aunque es uno de los soberanos con menos poder de Europa.
Es jefe de Estado, pero su función es, sobre todo, ceremonial. Su padre, el príncipe Gustavo Adolfo, nunca accedió al trono sueco, porque murió en un accidente aéreo cuando Carlos Gustavo tenía solo nueve meses. Y él fue educado por su abuelo, Gustavo VI Adolfo. Conoció a su esposa, la azafata Silvia Sommerlath, en los Juegos Olímpicos de Munich, en 1972, y tienen tres hijos –la princesa Victoria, el príncipe Carlos Felipe y la princesa Magdalena– y ocho nietos.
El rey ha sido objeto de críticas, en el pasado, por sus noches de juerga en conocidos bares de Estocolmo y por sus infidelidades, dos temas que Carlos Gustavo reconoció de forma vaga asegurando que su familia «había pasado página». Sin embargo, el rey no ha dejado de verse envuelto en algunas otras polémicas, la más reciente la provocada por unas declaraciones sobre la abolición de la Ley Sálica, que permitió a Victoria ser la heredera al trono.
Carlos Gustavo aseguró en sus declaraciones que era un «error» haber suprimido esa ley, porque se hizo de forma retroactiva, cuando el príncipe Carlos Felipe ya había nacido y era el heredero. «Fue un cambio que lo dejó sin nada, fue bastante extraño», reflexionó. Más tarde, matizó sus palabras y aseguró que confiaba «plenamente en su hija Victoria como heredera», pero hay quien se pregunta si este rey, que llegó en su momento al trono como un soplo de aire fresco, es ya más cosa del pasado que del futuro.
La reina Margarita de Dinamarca, que no aparece en público desde el funeral de Constantino de Grecia, y se ausentó de la inauguración de una importante exposición en el Museo Nacional de Copenhague, será operada dentro el 22 de febrero, a sus 82 años, de la espalda, de la que sufre desde hace tiempo. Pero estos problemas se han agravado recientemente. Su salud le está impidiendo ejercer sus obligaciones como querría y ha decidido enfrentarse a la situación, según el comunicado de la Casa Real.
La intervención tendrá lugar en el hospital público más grande de Copenhague, el Rigshospitalet, donde permanecerá ingresada un tiempo «largo» tras la operación, para someterse a un proceso de rehabilitación. Su agenda quedará suspendida –también sus vacaciones de invierno en Noruega– y la asumirán, en parte, otros miembros de la familia real. La anunciada visita de Estado, la primera a Dinamarca, de don Felipe y doña Letizia a Dinamarca, prevista para los próximos meses, también se vera afectada, pero todavía no se sabe si será suspendida.
Las cosas parecen complicarse para Margarita, tras cumplir cincuenta años con la corona, una celebración que se vio alterada por la pandemia. La noticia de esta complicada operación llega poco después de la polémica sobre la retirada d elos títulos de los príncipes a los cuatro vástagos de su segundo hijo, el príncipe Joaquín, Nikolai, Felix, Henrik y Athena, los dos que tuvo con su primera esposa, Alexandra Manley, y los dos que ha tenido con su segunda esposa, Marie Cavallier.
Su hijo, su nuera y su exnuera expresaron un profundo malestar por la decisión y aseguraron que los niños « estaban siendo maltratados». Joaquín y Marie han hecho planes incluso de trasladar su residencia a Estados Unidos, según la prensa danesa, aunque de momento no ha trascendido si la decisión está tomada. La familia escenificó una reconciliación en la gala de Año Nuevo, a la que asistieron sus dos hijos y sus esposas y sus ocho nietos.
La reina admitió que no había valorado lo suficiente su papel de madre y abuela, aunque no se arrepentía de la decisión. Su objetivo es, como en otras casas reales, «adelgazar» la nómina de miembros activos de la familia, para adaptarse a los nuevos tiempos y, especialmente, a los nuevos presupuestos. Es una decisión de futuro.
Pero, ¿quizá ha llegado ya el momento de que descanse y pase el testigo a la nueva generación, su hijo Federico y su esposa, la princesa Mary? Ambos están más que preparados y su paso al frente supondría un refresco para una monarquía que lleva muchos años con su reina. Es la única mujer reinante en la actualidad y la más longeva del continente, tras el fallecimiento de Isabel II, pero los cambios quizá también requieran una monarquía renovada.
20 de enero-18 de febrero
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