Plebeya expulsada de Windsor Por qué odia Carlos III a Angela Kelly, la estilista de Isabel II que se convirtió en la mejor amiga de la reina (y la cuidó en sus últimos días)

Angela Kelly fue la estilista, confidente y mejor amiga de la reina Isabel II durante años. Ahora, Carlos III ha traicionado a su madre y la ha expulsado de palacio. Pero, ¿cómo nació esa amistad?¿y ese odio?

Angela Kelly, junto a la reina Isabel II y Anna Wintour en la London Fashion Week. / getty

Elena Castelló
Elena Castelló

Angela Kelly parecía haber conservado el privilegio de residir en uno de los apartamentos de Windsor por indicación de la reina Isabel , mientras que el resto de su equipo tuvo que abandonar sus residencias en un mes. Sin embargo, seis meses después del fallecimiento de Isabel II, Kelly deberá también dejar su residencia por orden de Carlos III , dispuesto a ahorrar en todo lo que haga falta y a no consentir más asignaciones de vivienda, a menos que se trabaje para la corona.

Angela Kelly era la asistente personal, consejera-estilista y responsable de la joyería, las condecoraciones y el guardarropa de Isabel II desde hacía 20 años. Pero, además se había convertido en la confidente y consejera más próxima de la reina, una especie de dama de compañía fuera de la nobleza, mano derecha indispensable.

La relación de la reina Isabel II y Angela Kelly y la gran traición de Carlos III

La relación entre la reina y su asistente era algo fuera de lo común, tratándose de Buckingham. Kelly obtuvo, por ejemplo, la autorización de la reina para cerrar un trato de tres libros autobiográficos con una editorial londinense, de los cuales publicó dos. En ellos contaba detalles del día a día de la monarca, de su vestidor y de su entorno más cercano. Unas revelaciones «autorizadas» que a otros les costaron el puesto.

El tercer tomo de las memorias de Kelly está en camino. No se puede parar esa publicación, pero ella ya no tiene acceso a fotografías, joyas, prendas y otros elementos del vestidor de la reina. Sus puertas están ahora cerradas.

Además del puesto de gran confianza que ocupaba Kelly, la relación personal entre ambas mujeres era muy cercana. Según fuentes de palacio, era habitual encontrar a Kelly sentada junto a la reina, charlando y riendo con ella, especialmente en los últimos tiempos en que su movilidad era reducida. Hablaban de sus series favoritas y de sus familias.

Angela Kelly, junto a la reina Isabel II en la London Fashion Week. Foto: Getty.

Kelly formó parte de la llamada «burbuja de la reina» durante la pandemia y también estaba allí tras el fallecimiento de su esposo, el duque de Edimburgo. «La ayudé a quitarse el abrigo y el sombrero y no cruzamos ninguna palabra», cuenta Kelly en un extracto de su nuevo libro, publicado por la revista Hello!. «Entonces la reina caminó hasta su cuarto de estar, cerró la puerta y se quedó a solas con sus pensamientos».

Isabel II visitaba a menudo el apartamento de Kelly para charlar con ella y tomar una taza de té, cuando estaba en Windsor. «Voy a dar una vuelta», decía, y ya todos sabían a quién iba a ver. Y, a medida que su salud fue decayendo, Kelly estuvo siempre a su lado, hasta en sus últimos meses de vida.

Angela Kelly en el funeral de Isabel II. / getty

Isabel II pidió que instalaran a Kelly en unas habitaciones contiguas a las suyas, una intimidad que sorprendió ya en su momento al rey Carlos. Pero, la reina siempre dejó claro que Kelly era una persona muy cercana y que cuidaría de su futuro. Carlos III ha decidido no mantener las promesas de su madre. Son otros tiempos y Kelly ya no tiene ningún lugar en palacio. Camilla tiene su propio equipo de estilismo.

Cómo surgió la amistad de la reina Isabel II y Angela Kelly

Pero, ¿ cómo se forjó esta peculiar amistad entre la hija de un estibador de Liverpool, católica, y la reina de Inglaterra, cabeza de la Iglesia anglicana? Mary Angela Bradley, su nombre de soltera, es la mediana de cinco hermanos, y entró al servicio de Isabel II en 1994, convirtiéndose en su estilista senior en 2002.

Angela Kelly stuvo casada tres veces y se divorció otras tantas, y tuvo tres hijos. Fue madre soltera, con 18 años, en 1971, de su hijo Frank, y se casó un mes después con Frank Wylie. Luego llegaron Paul y Michelle. El matrimonio se rompió en la década de los ochenta y Kelly se marchó a Alemania y dejó a sus hijos –algo muy inhabitual en aquella época– al cargo de su padre.

Trabajaba en el catering del ejército británico. Entonces se casó con un alemán y se volvió a divorciar, antes de volverse a casar en 1992 con el sargento irlandés Jim Kelly. Volvieron a Inglaterra, pero a los tres años llegó otro divorcio. Entonces ya trabajaba en el equipo de la reina y viajaba con ella, lo que la mantenía lejos de casa durante muchas semanas seguidas.

Kelly nació en 1952, dos meses después de que Isabel II ascendiera al trono. Su familia tenia una fuerte ética del trabajo y de la disciplina y era muy religiosa. Su padre trabajaba en el puerto, su madre era enfermera y el dinero no sobraba en casa. Kelly dejó el colegio antes de terminar sus estudios y nunca tuvo una formación profesional. Pero su carácter era fuerte y resistente, con un gran sentido de la lealtad y la honestidad. Aprendió a coser y a hacer sus propios patrones con telas que compraba en los mercadillos. Se vestía de forma impecable con poco dinero.

Mientras trabajaba en Alemania, como ama de llaves del embajador en marzo de 1991, la reina madre hizo una visita al país y ella se ocupó de preparar todos los detalles de su estancia. Trabó una cercana relación con la estilista de la reina madre, Betty Leek. Cuando terminó su visita le dijo a Kelly: « Siempre tendrás un puesto en Inglaterra». Pocos meses después, en octubre 1992, llegaron la reina y al duque de Edimburgo, para una visita oficial.

Angela Kelly, estilista y confidente de la reina Isabel II.

Así empezó su camino en la corte, con una devoción absoluta hacia su trabajo. Lo que le faltaba en formación lo suplía con ambición, discreción, lealtad y una inteligencia natural para analizar situaciones. Parece que siempre había querido trabajar para la reina y sacrificó lo necesario para conseguirlo. Hasta que llegó a lo más alto. Diseñaba y confeccionaba algunos de los vestidos de la reina. «Provengo de una familia humilde y espero seguir siéndolo, me gustaría que la reina y yo envejeciéramos juntas», dijo en una entrevista en 2007.

Parece que Kelly también intervino en las cuestiones de vestuario de otros miembros de la familia real. Por ejemplo, el príncipe George vistió un vestido de cristianar confeccionado por ella, una réplica del de raso y encaje realizado para la hija mayor de la reina Victoria, en 1841, y que fue utilizado por casi todos los recién nacidos de la familia real. Kelly también aconsejó a la entonces duquesa de Cambridge que utilizara pesos en sus dobladillos para evitar que el viento levantara su falda, como hacía la reina.