Carlos de Inglaterra con Sarah Spencer, la hermana de la princesa Diana de Gales. /
En los años setenta, la prensa las llamaba « los ángeles de Charlie». Carlos se había prometido a sí mismo que se casaría al cumplir los 30 años y, tras perder a Camilla, que se había casado mientras él estaba con la Royal Navy en alta mar, se dedicó a disfrutar todo lo que pudo de la compañía femenina, mientras buscaba a la novia perfecta.
Entre sus parejas, figuran una Guinness, una Wellesley y la hermana de Diana Spencer. Fue su padrino, Lord Mountbatten, quien le aconsejó que disfrutara todo lo que fuera posible de las mujeres, antes de sentar la cabeza, y que escogiera para ello a una chica joven y maleable, y no a Camilla.
Diana apareció tras el fallecimiento de Mountbatten en un atentado del IRA, y Carlos pensó que la descripción de su tío abuelo se había hecho realidad. Pero antes de Diana, pasó por su vida una nutrida colección de jóvenes aristócratas, pero no tan jóvenes ni tan maleables.
Antes de conocer a Camilla, Carlos tuvo un breve romance con Caroline Longman, cuya madre, Lady Elizabeth Lambert fue una de las damas de honor en la boda de la reina Isabel II, en 1947. Emma es la madre de Rose Hanbury, marquesa de Cholmondley, intima a amiga de los actuales príncipes de Gales.
Después llegaría Davina Sheffield, prima de Samantha Cameron, la esposa del exprimer ministro conservador David Cameron. Aristócrata, con gran estilo y rubia, era una auténtica BBB (blonde, beautiful and blue-blooded), que traducido al español significa 'belleza rubia de sangre azul'.
Davina Sheffield, una de las novias de Carlos de Inglaterra. /
Su abuelo era un rico empresario, Lord McGowan. Muchos consideraron que era el alma gemela de Carlos. En esa época, tenía 24 años y estaba interesada en el piloto de barcos James Beard, pero acabó aceptando las propuestas de Carlos. El entonces príncipe de Gales era muy persistente. Sin embargo, su romance terminó cuando un periódico aireó que Davina no era virgen, algo que entonces se consideraba indispensable para convertirse en la princesa de Gales.
A comienzos de los setenta, también antes de que Carlos conociera a Camilla, la favorita de la corte inglesa como futura princesa era la hija del duque de Wellington, Lady Jane Wellesley. Su relación tuvo lugar entre 1973 y 1974. Los medios no los dejaban en paz, tratando de averiguar cuándo se haría público su compromiso.
Jane perdió la paciencia. «¿ Cree que de verdad quiero ser reina de Inglaterra?», le espetó a un periodista. Era guapa y con un pedigree impecable, la elección perfecta para el príncipe, pero no salió adelante por su excesiva franqueza.
En 1979, vivió un breve romance con la «it girl» del momento, Sabrina Guinness, heredera de la dinastía cervecera. Tras salir con Carlos se convirtió en la novia de moda: salió con Mick Jagger, Jack Nicholson y David Bowie y arrastró la etiqueta de «ex» de Carlos hasta que se casó en 2014 con el escritor Tom Stoppard.
Carlos de Inglaterra con Sabrina Guinness. /
En una maniobra quizá desesperada, Carlos trató de prometerse, a finales de los setenta, con su prima lejana Lady Amanda Knatchbull. La familia real estaba muy contenta con el posible noviazgo, pero Amanda no quería formar parte de «la Firma», prefería estar fuera de foco, tras el asesinato por el IRA de su abuelo, Louis Mountbatten, padrino y confidente de Carlos. Se casó con el novelista Charles Ellington.
Otra de las jóvenes a las que Carlos se declaró, y dos veces, sin éxito, fue Anna Wallace. Fue su última novia antes de Diana. Hija del rico terrateniente escocés Hamish Wallace, era una mujer de fuerte carácter y una gran cazadora. Se dice que Anna dejó a Carlos cuando éste la llevó al 80 cumpleaños de la Reina Madre y la dejó de lado durante todo el baile para disfrutar con Camilla, con la que se había reencontrado, tras muchos años. «No me habían tratado tan mal en toda mi vida», dicen que le dijo al príncipe. «Me dejaste sola toda la velada y ahora seguirás sin mí».
Luego llegaría Diana, pero no fue la única Spencer. A mediados los setenta hubo otra Spencer en la vida de Carlos, la hermana mayor de Diana, Lady Sarah. Ella fue quien presentó Diana a Carlos. Pero su idilio terminó porque ella habló con la prensa con total espontaneidad sobre sus problemas de alimentación, su adicción al alcohol y sobre los cientos de novios que había tenido. Cuando el príncipe terminó con ella, Sarah aseguró que nunca se hubiera casado con él, así fuera un limpiador o el propio rey de Inglaterra.
Pero quizá la más desconocida de todas, sea Lucía Santa Cruz, amiga de Camilla Parker-Bowles. Parece que fue la primera novia de verdad que tuvo Carlos. Se conocieron y empezaron a salir en 1971. La historia cuenta que Carlos y Camilla habían coincidido en un partido de polo e intimaron en la cena posterior, pero la realidad fue que Lucia los presentó, tras haber roto ella con el príncipe.
Lucía Santa Cruz era hija del embajador chileno en Londres, Victor Santa Cruz, durante el mandato del presidente Ricardo Lagos. La joven trabajaba como asistente de investigación y publicó un libro sobre las mujeres chilenas. Gracias a su publicación, pudo frecuentar a la alta sociedad británica, entre ellos Carlos, amante de la historia y del arte, con quien coincidió en Cambridge.
Carlos se la presentó incluso a su madre, la reina Isabel. Pero Lucía era católica, lo que era imposible de aceptar por la familia real. La joven se convirtió en catedrática de Universidad, trabajó para el Banco de Santander, escribió varios libros y se convirtió en la directora de la televisión nacional chilena. Se casó con el político Juan Luis Ossa, con quien tuvo tres hijos. Y, a pesar de la distancia, continuó siendo una gran amiga de Carlos y Camilla, hasta su muerte el 16 de marzo de 2019.