Por qué los padres del príncipe Casimir zu Sayn Wittgenstein no fueron a su boda con Corinna Larsen: tensión, rechazo y un divorcio polémico

Corinna Larsen ha luchado por mantener su título de princesa. Sus suegros parecían anticipar que habría problemas, se negaron al compromiso desde que se casó en el 2000 con su ex pareja, el príncipe Casimir zu Sayn Wittgenstein.

Casimir zu Sayn Wittgenstein y Corinna Larsen. / getty

Claudia Vila
Claudia Vila

Un miembro de la realeza, el príncipe Casimir zu Sayn Wittgenstein, y una mujer acomodada, Corinna Larsen , se casaron en el año 2000 sin dejar rastro en ninguna foto. Eran ricos, atractivos, jóvenes y tenían un futuro prometedor, al menos eso pensaban entonces.

Para ella eran las segundas nupcias, a sus 36, y para el alemán, la primera vez, a sus 24. Fue una ceremonia civil, tal como se describe en la web oficial de la casa real. El idilio se conocería después como el compromiso que le dio a la amante del rey Juan Carlos I (reconocido por ella) el título de princesa.

Le quitó el privilegio, no el divorcio, sino la nueva mujer de Casimir, Alana Bunte, en 2020 (15 años después de la separación). Esta siguiente celebración fue más festejada internacionalmente, ¿el motivo? La familia del aristócrata sí había dado su visto bueno al romance con la modelo californiana de 31 años.

A la realeza le parecía una historia más inocente. Incluso en los detalles: Casimir salvó a Alana de la picadura de un mosquito en un cumpleaños en Italia, como contó en la revista Gala. Fue amor a primera vista.

En cambio, Alexander, el actual jefe de la casa, y su esposa, la condesa Gabriela de Schönborn-Wiesentheid se negaron a ir a la boda de su tercer hijo con la empresaria alemana que ya ha cumplido los 58 años. Según la revista Vanity Fair, sospechaban de la diferencia de edad entre su hijo y la novia.

Corinna Larsen, la primera mujer del príncipe Casimir.

Corinna le sacaba 12 años a Casimir (quien actualmente tiene 46 años). Además, tenía una hija con el empresario británico Philip Adkins, Anastasia. Ya habían pasado 10 años desde aquél compromiso cuando Corinna pasó de apellidarse Adkins a adquirir el zu Sayn Wittgenstein y su respectivo título.

Los motivos del rechazo de sus suegros, aunque opacos, pueden deberse también a sus tradiciones. El primer nombramiento de los Condes de Sayn fue en el siglo X, es innegable la antigüedad de la casa real alemana. Y Corinna se alejaba del ideal de la familia.

Por qué Corinna Larsen perdió el título de princesa

Quedan pocas imágenes de Corinna y Casimir. En una, aparecen en una fiesta del 2000: él con traje y sin su reconocida barba (por la que le llaman hipster) y ella con un vestido rosa y su pelo rubio recogido. En la otra, sin fecha, se miran con complicidad; él, con una chaqueta y su pelo rizado más largo, está embobado con una enorme sonrisa. Admira a una Corinna de pelo suelto, que se tapa la mano con la boca.

Dos años después de la boda nació Alexander Kyril, al que pusieron el mismo nombre que su abuelo. Quizás para limar asperezas y acercarse a ese ala real (sorpresa: fue en vano).

Parecían una pareja convencional, con salvedades por los títulos, los lujos y por el rechazo de los padres de él. El hechizo duró solo cinco años. Después, se llevaron bien durante un tiempo, pero los problemas salieron a la luz cuando ella se empeñó en seguir usando el título de princesa.

La ex familia política se plantó. En 2017 emitieron un comunicado para desvincular a Corinna de la familia. Al año siguiente, borraron todo rastro de ella en la web. Esta decisión coincidía con unas polémicas grabaciones sobre el rey Juan Carlos. No cabían dos princesas en un mismo título. Dejaron paso a Alana Bunte.

Cuál fue la gran tragedia de la familia Sayn Wittgenstein

Los Sayn Wittgenstein eran un clan. Los padres de Casimir tuvieron seis hijos: Heinrich, Alexandra, Casimir, Filippa, Ludwig, Sofía y Peter. Todos ellos son eternos príncipes, pues la nobleza alemana se abolió en 1919 (se quedaron sin reyes), y la jefatura la heredará el príncipe Heinrich cuando muera padre.

Sin embargo, el personaje más reconocido de la familia es, por la tragedia de su historia, la princesa Filippa. Murió en 2001, de la misma forma que Diana de Gales, en un accidente de tráfico en Inglaterra. Tenía toda la vida por delante. A sus 21 años trabajaba como ayudante del fotógrafo de moda Roberto Sisini (quien también falleció) y acababa de casarse en Florencia con el conde italiano Vittorio Mazzeti d'Albertis.

De esa desdicha sacaron su propia esperanza. El príncipe Alexander y la condesa Gabriella se toparon con unos diarios de su hija. Entonces, en homenaje a ella, los publicaron en un libro. El resultado fue un bestseller que triunfó en Alemania y una memoria que, más de dos décadas después, sigue despertando la curiosidad.

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