Esto es lo que Letizia y Charlène de Mónaco tienen en común: ambas proyectan sus pasiones en sus hijas

Resulta inimaginable que los Reyes Felipe VI y Letizia concedan una entrevista a una revista de sociedad para sincerarse y pronunciarse abiertamente sobre su matrimonio, pero el caso de la monarquía monegasca es otro cantar. Los príncipes Alberto y Charlène acostumbran a charlar de vez en cuando con la prensa y hasta responden preguntas personales, tal y como acaban de hacer en un reportaje publicado en Paris Match.

La entrevista de los príncipes de Mónaco en medios de prestigio franceses sirve a la Casa Grimaldi para recolocar la reputación de la pareja principesca cuando informaciones y rumores se van de las manos. Algo que, dada la opacidad de la comunicación en el Palacio Grimaldi es habitual. De ahí que, en sus últimas declaraciones, Alberto y Charlène no hayan cesado de asegurar que conforman una familia feliz y que la primera dama de Mónaco está perfectamente bien .

Otro asunto del que los príncipes de Mónaco no eluden hablar son sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella. Sin duda, los niños concitan cada vez más atención en los medios de comunicación, una tendencia que solo va a incrementarse en los próximos años. Si Felipe y Letizia intentaron sacar del foco y las fotos a Leonor y Sofía, Alberto y Charlène no tienen inconveniente en darles su espacio. Hasta los han incluido en viajes oficiales y publicaciones en redes sociales.

Fue poco, muy poco lo que supimos de las niñas Leonor y Sofía, de su personalidad, sus gustos y su rutina infantil. De hecho, aún hoy nos faltan esos datos para componer un retrato fidedigno de la sensibilidad, las inclinaciones y la manera de ser de ambas jóvenes. La reina tenía razón: proteger esa información resulta clave a la hora de extender tal protección en la juventud y edad adulta.

Pese a todo, el acercamiento a la maternidad de Charlène de Mónaco y Letizia de España no está tan lejos como podría suponerse. De hecho, algunas declaraciones más o menos indiscretas del entorno de las royals o de ellas mismas destapan un rasgo común bastante llamativo, que tiene mucho que ver con la importancia que ambas dan a la educación. No se puede decir que la reina española y la princesa monegasca no estén encima de sus hijos.

Recordemos aquellas declaraciones tan llamativas publicadas en la revista Tiempo, en la que se aseguraba que la princesa Leonor, entonces de solo 11 años, era aficionada al cine de Akira Kurosawa, sin duda un director japonés excelente, pero cuyas películas suelen consumirse en la edad adulta. Además, la revista desvelaba algunas de las lecturas de la futura reina: Lewis Caroll, el autor de Alicia en el país de las maravillas, y Stevenson, autor de La isla del tesoro, ambos dos clásicos más bien juveniles.

Sin duda, las lecturas y gustos cinematográficos de Leonor reflejan a la perfección la sensibilidad de la reina Letizia, conocida por su cinefilia y su inclinación por los grandes clásicos. No hubo confirmación desde Casa Real acerca de esta información de la revista Tiempo, pero podemos decir por el contexto que es absolutamente verosímil. No resulta ninguna locura imaginar a la monarca española sugiriendo esas lecturas a sus hijas ni viendo juntas clásicos de Kurosawa como Los siete samuráis (1954), que tanto influyó en Star Wars. De hecho, la infanta Sofía es una gran fan de la ciencia ficción.

Ahora, gracias a la entrevista de Charlène de Mónaco en Paris Match, sabemos que la princesa monegasca también ha traspasado a sus hijos su particular sensibilidad, en este caso en lo que se refiere al deporte. La vocación de la ex nadadora olímpica se ha trasladado a sus mellizos Jacques y Gabriella, como no podía ser de otra manera.

«Les animamos a hacer ejercicio, aunque es vital que prueben varias disciplinas antes de concentrarse en una en particular. Nadan y hacen gimnasia», desveló la princesa Charlène de Mónaco sobre la educación de sus dos hijos, de 9 años. «También se han iniciado en la esgrima, el tenis y el voleibol. Jacques practica taekwondo. Los valores del deporte son fundamentales».

La obsesión de Charlène por entrenar a sus hijos ha provocado momentos surrealistas, como el que relató en el documental ZDFroyal: Los hijos principescos de Mónaco una de las instructoras de natación que trabaja en la fundación de Charlène de Mónaco, dedicada a la seguridad de los niños en el agua. La princesa le pidió que enseñara a sus hijos a nadar lo más rápido posible: en diez días.

«Cuando puse el príncipe en el agua, inmediatamente empezó a llorar», cuenta Lizette Botha, la instructora, en el documental. «Entonces, un guardaespaldas me apuntó con su arma, como si fuera a hacerle daño a Jacques. Tuvo que intervenir Charlène para asegurarle que todo estaba bien. 'Ella sabe lo que hace', le dijo. Comprobé que cualquiera que haga llorar a los mellizos, lo va a pasar realmente mal».