Charlène y Alberto de Mónaco vuelven a compartir gestos de complicidad. /
¿Dónde está aquella princesa de mirada huidiza e insegura y siempre rígida ante los fotógrafos? Parece que las cosas han cambiado en Mónaco y Charlène y Alberto están viviendo la mejor parte de su matrimonio, tras desmentir numerosas veces, el pasado año, la supuesta crisis entre la pareja . El complicado año que pasó la nadadora sudafricana en su país, recuperándose de una cirugía nasal, ha quedado atrás y hoy los gestos entre la pareja , poco dada a efusiones en público, cuentan una historia muy distinta ante las cámaras.
Cómplices, relajados y prodigándose gestos de cariño, como agarrarse por el brazo, Alberto y Charlène han asistido a numerosos eventos en las últimas semanas, solos o acompañados de sus hijos y de parte de la familia Grimaldi –aunque no de Carolina–, y han puesto de relieve que están enamorados o, al menos, bien avenidos y, lo que es más importante, que Charlène está a gusto en su papel de princesa y está deslumbrante.
En el posado, a la llegada a la cena de gala de la 81ª Edición del Gran Premio de Mónaco (celebrada la semana pasada), Charlène cogió del brazo a Alberto, en un gesto cariñoso que es infrecuente entre los royals. Para esa noche, escogió un elegantísimo diseño de Louis Vuitton, en color rojo y lentejuelas en la parte superior, que deslumbró a todos. Minutos antes, Alberto la había agarrado de la cintura.
Este gesto se repetía horas antes en la celebración de la Carrera de Fórmula I, a la que Charlène acudió con un mono en azul añil que le sentaba como un guante. Durante toda la convocatoria, charlaron y rieron de forma natural y Charlène también mantuvo una divertida conversación con Carlota Casiraghi, que acudió al evento con su hermano Pierre y Beatrice Borromeo.
Vídeo. 6 cambios de looks más sorprendentes de Charlène de Mónaco /
El año de los Grimaldi empezó con una tarta para Charlène, que cumplió 46 años el 25 de enero y lo celebró junto a Alberto y sus hijos Jacques y Gabriella, en un popular mercado monegasco. Luego llegó la celebración de Santa Devota y, de nuevo, los gemelos acapararon la atención prendiendo fuego a la tradicional barca. Charlène escogió un elegante abrigo blanco y se mostró encantada. Su elegancia destacó también en la misa que clausura las festividades de la patrona de Mónaco, para la que escogió un sencillo conjunto de chaqueta y pantalón en azul marino.
Charlène de Mónaco con sus hijos en la celebración deSanta Devota /
Con su discreta joyería –perlas y diamantes–, la prensa internacional destacó el lujo silencioso que ha impreso a su guardarropa en los últimos meses. Una estampa que nada tiene que ver con la de la celebración de 2023, a la que Charlène acudió sola, porque Alberto tenía Covid. El príncipe se unió a su familia en el balcón de palacio. Más lejos aún queda la ausencia en 2022 de Charlène, que se recuperaba en una clínica fuera de Mónaco, y la inesperada presencia de Nicole Coste, madre de Alexandre Grimaldi , segundo hijo Alberto de Mónaco.
En marzo, en el Baile de la Rosa, estrenó nueva imagen con una corta melena desfilada y causó sensación con un mono plateado de lentejuelas, atendiendo a la temática de la celebración: la música disco. En abril, la vimos disfrutar de la final del Masters 1.000 de Montecarlo, junto al príncipe y el pequeño Jacques. Optó por un cómodo conjunto de pantalón blanco y chaqueta en azul marino con doble botonadura. A su lado, estaban también Pierre Casiraghi y su esposa, Beatrice Borromeo.
Charlène y Alberto, con sus hijos, los pequeños Jacques y Gabriella. /
Pero, sobre todo, destaca la buena cara de la princesa de Mónaco. Ni un ápice de tensión o incomodidad, siempre disfrutando del momento. Quizá los 15 meses que pasó apartada de sus compromisos por la infección otorrinolaringológica que la retuvo en Sudáfrica , su país natal, y, más tarde, por el tiempo de reposo en una clínica suiza, le han ayudado a encarar su papel con verdadero optimismo.
Desde que el 12 de marzo de 2022 el Principado anunciara de manera oficial el regreso de la Princesa a Mónaco, aunque todavía tardó varias semanas en retomar su agenda, Charlène ha ido ganando en seguridad e, incluso, ha respondido a sus críticos, «los que están empeñados en romper mi matrimonio», como declaró en una entrevista.