Alberto y Charlène de Mónaco junto a los príncipes Jacques y Gabriella. /
La nadadora olímpica sudafricana Charlène Wittstock tenía 22 años cuando conoció a su príncipe azul, Alberto de Mónaco, en una competición de natación en 2000. La pareja hizo pública su relación en 2006, durante los Juegos Olímpicos de Invierno, y anunció su compromiso en 2010. Desde entonces, y entre constantes rumores de crisis , su vida no ha sido precisamente un cuento de hadas, pero si en algo están de acuerdo es en ser los mejores padres para sus gemelos Jacques y Gabriella, que hoy cumplen 10 años ya.
Convertidos con el paso del tiempo en mini clones de sus padres, la condesa de Carladès y el príncipe heredero de Mónaco, roban el protagonismo a Alberto y Charléne en cada una de sus frecuentes apariciones públicas. La última de ellas, muy sonrientes y juego con sus progenitores durante la inauguración del tradicional mercadillo navideño en Montecarlo.
«Está muy ansiosa por estar con los niños en todo momento. Se levanta con ellos a las seis y se los lleva toda la mañana. Todos los días», dijo el príncipe Alberto a la revista 'People' poco después de que nacieran Jacques y Gabriella, describiendo la faceta como madre de su esposa. «No creo que fueran tan sonrientes y felices como son si ella no fuera tan buena madre como es», añadía el hijo de Rainero y Grace Kelly.
Los príncipes de Mónaco, presentando a sus gemelos al pueblo. /
En 2019 era la sudafricana la que compartía algunos detalles de su vida familiar. «Cuando estoy sola con ellos, los niños se pelean por quién dormirá con mamá. Les encanta meterse en nuestra cama, de repente nos encontramos un poco apretados», confesaba a 'Point de vue'.
Desde entonces, los gemelos se han convertido en grandes favoritos de los fans del universo royal y el público en general adora cada nueva foto y aparición de los pequeños, rivalizando en el balcón de palacio con las travesuras del príncipe Louis , el hijo menor de Kate Middleton y el príncipe Guillermo.
A lo largo de los años, Charléne se dedicó a compartir tiernas fotos familiares de sus hijos en Instagram, donde recibía miles de comentarios cariñosos sobre sus gemelos. Aunque los escándalos han ensombrecido a menudo su matrimonio, los dos pequeños siempre han sido el símbolo de unión entre ambos.
Además de tener que lidiar con los rumores de divorcio constantes y los complots palaciegos , la princesa debió enfrentarse a una larga separación de Jacques y Gabriella. Primero cuando estuvo aislada en su país de origen por una enfermedad y posteriormente con su estancia en una clínica en Suiza para recuperarse. ¿Fueron suficientes las constantes videoconferencias y las dos únicas visitas que los mellizos realizaron a África para compensar la ausencia materna??
Tan solo unos meses después, y en una decisión sorprendente, Charlène decidía eliminar por completo su cuenta personal de Instagram, donde compartía con sus fans los recuerdos más entrañables junto a los pequeños. Sus fotos de cumpleaños y de Navidad o la travesura de la pequeña Gabriella cuando se cortó el flequillo con unas tijeras, se evaporaron ante el estupor de sus seguidores.
Entre las turbulencias en la vida monegasca por las acusaciones de Claude Palmero , la persona que manejaba los hilos de la Casa Grimaldi, sus siempre comentados cambios de look y los momentos cada vez más habituales que su esposo pasa con sus otros dos hijos mayores, Jacques y Gabriella siguen ocupando el centro de la vida de la sudafricana.
Como evidencia reciente, en una amplia entrevista concedida a la revista 'Gala', la princesa de Mónaco hablaba en detalle sobre cómo está siendo la crianza de los gemelos reales, su distinto carácter y los retos a los que se enfrentan.
La familia real monegasca en una imagen reciente. /
«Gabriella es muy curiosa», explicaba Charléne a la revista. «Le intriga mucho el mundo y la vida en general. Hace muchas preguntas y exige mucha atención». De su hijo, en cambio, dijo que «Jacques es curioso y observador. Es más reservado, es de naturaleza más tranquila».
Mientras los principitos se encaminan hacia la adolescencia, es natural que sus padres tengan algunas preocupaciones. «Ya nos podemos imaginar a qué se enfrentarán. El mundo de hoy es muy diferente de aquel en el que crecimos. Los niños están mucho más expuestos a los medios de comunicación y a la tecnología. Lo que ven y cómo procesan la información es muy diferente de lo que nosotros hemos conocido. Tengo que admitir que es mucha presión«, confesaba Charlène.
Y la pregunta de cómo afronta la vida como madre de gemelos, la princesa aseguraba que es «difícil encontrar tiempo para estar a solas con cada uno de ellos, pero es esencial cuando se es madre de gemelos. Las conversaciones que tengo con Jacques y con Gabriella son muy diferentes, al igual que el tiempo que paso con ellos«.