AMOR DE MADRE

Así educó la reina Sofía a Felipe VI: favoritismo, una conexión muy íntima y severa disciplina

El rey Felipe acaba de conceder a doña Sofía el Toisón de Oro, la máxima condecoración real «por su dedicación y entrega al servicio de España». La reina ha logrado tejer una gran complicidad con su hijo desde su infancia.

La reina Sofía junto a su hijo, Felipe VI, en la década de los setenta. / GTRES

Elena Castelló
Elena Castelló

Felipe VI siempre ha tenido una relación especial con su madre, la reina Sofía . Quizá porque era su único hijo, quizá porque era el heredero y su tarea primordial fue ocuparse de su educación, o porque le recordaba a su padre, el rey Pablo, por su carácter reservado, cariñoso y disciplinado.

La concesión del Toisón de Oro le corresponde al Rey, y, doña Sofía es la primera reina española en recibirlo. Por eso, aparte del agradecimiento real por su servicio a España y a la Corona, don Felipe agradece, sin duda, a doña Sofía su apoyo constante como madre y su papel crucial para convertirse en el rey que es hoy.

Doña Sofía, madre ya de dos hijas, las infantas Elena y Cristina -–la primera nació el 20 de diciembre de 1963 y la segunda el 13 de junio de 1965–, era muy consciente de que su «deber» como esposa del entonces príncipe Juan Carlos era darle un heredero varón, imprescindible para el futuro de la Corona, que se regía (y se rige) por una variante de la Ley Sálica que otorga preminencia al varón a la hora de heredar el trono.

Sus esperanzas dieron fruto el 30 de enero de 1968. «Es machote, como su padre», le contó Don Juan Carlos a Franco cuando le anunció por teléfono la feliz noticia, desde la clínica madrileña Nuestra Señora de Loreto y tras brindar con champán con los periodistas. Don Felipe pesó cuatro kilos trescientos gramos. Tuvo como padrinos a su abuelo Don Juan y a su bisabuela, la Reina Victoria, que pisó suelo español por primera vez en casi cuarenta años para asistir al bautizo.

La tarea más importante de la reina Sofía con su hijo

A partir de entonces, la tarea más importante de doña Sofía fue la de educar al heredero, que se convirtió, según algunos testimonios, en su preferido. Pocas son las críticas que ha recibido como madre, a pesar de que hay quien la culpa de la falta de cohesión familiar que el tiempo ha puesto de manifiesto en la relación de los Borbón. Pero es, sin duda, una crítica injusta.

La reina emérita fue una víctima más de las infidelidades de su marido y, a pesar de todo, consiguió que su hijo fuera un hombre ecuánime, cultivado, serio y respetuoso, capaz de casarse por amor y formar una familia unida. Se ha dicho también que don Felipe fue un niño mimado por su madre.

Sin embargo, doña Sofía siempre tuvo en mente mostrarle el espíritu de sacrificio, desde muy niño. Nunca era el primero en recibir regalos y jamás se hicieron distinciones con él en el colegio Santa María de Los Rosales , el mismo en el que han estudiado la princesa de Asturias y la infanta Sofía. Doña Sofía le acompañaba siempre que podía.

Los reyes Felipe y Letizia, junto a doña Sofía en la cena de gala previa a la boda de Kate Middleton y Guillermo de Inglaterra. / GTRES

La filosofía educativa de la reina emérita se basaba en dos objetivos: que sus hijos «se encontraran a sí mismos» y que «pudieran valerse solos», según le contó doña Sofía a la periodista Pilar Urbano. Los reyes eméritos se dividieron los papeles y fue doña Sofía quien se ocupó de la educación diaria de sus hijos.

La reina se había formado como puericultora en Atenas y se ocupó personalmente de asear y alimentar a sus hijos. Siempre estaba pendiente de todos los detalles, especialmente con don Felipe, que, según sus órdenes, siempre estuvo acompañado por un ayudante en todas las actividades que realizaba fuera del Palacio de La Zarzuela.

Trataba de no aparecer como demasiado controladora y siempre apostó por la disciplina y el cariño, tratando que el entonces príncipe de Asturias comprendiera que su destino era diferente al del resto. «No olvides que tú no eres solo tú», le recordaba cuando un adolescente Felipe empezó a actuar con cierta rebeldía. Aplicó siempre a sus hijos la política de premio y castigo para inculcarles valores como la responsabilidad, la compasión y el respeto.

La estoicidad que la reina Sofía inculcó a sus hijos

El largo vagar de país en país durante el exilo de la familia real griega duró hasta que doña Sofía cumplió ocho años. De aquella época el desarraigo y las dificultades económicas. La Reina Federica, madre de doña Sofía , cuenta en sus memorias que, en Sudáfrica, las ratas se comían sus cremas y que, en ocasiones, tuvieron que recoger las hierbas del camino para hacer sopa. Eso forjó el carácter estoico de doña Sofía, que un estoicismo que aposentó también su paso por el prestigioso y elitista internado alemán Schule Schloss Salem, dirigido por su tía política, la princesa Sofía de Grecia y Dinamarca .

Despertares muy tempranos, ejercicio, disciplina, pero también una formación en el autoconocimiento y la independencia personal terminaron de formar su personalidad y sus valores. No es difícil imaginar a don Felipe requiriendo el consejo de su madre o compartiendo momentos de confidencias, a pesar de que el mundo que vivió doña Sofía es muy diferente al de hoy.

Doña Sofía de Grecia, en una imagen reciente. / GTRES

Doña Sofía era, además, muy consciente de las obligaciones que debe desempeñar una familia reinante. A principios de los años cincuenta la propia reina emérita se convirtió en un gran apoyo para sus padres y para la Corona griega. Empezó a acompañar a sus padres, los reyes Pablo y Federica, en sus viajes. Era todavía una adolescente, pero hizo algunos viajes sola, a veces caminando, otras al lomo de mulas o en jeep descubierto. Su papel fue, sin duda, un ejemplo para don Felipe.

Parece que su relación con doña Sofía fue siempre más íntima que la que tuvo con su padre, el rey Juan Carlos. Don Felipe heredó el temperamento y el carácter de los Grecia frente al de los Borbón, especialmente la personalidad de su abuelo, el rey Pablo, un hombre sereno y cariñoso, amante de la cultura, con el que doña Sofía tuvo una relación muy cercana.

El viaje a Canadá de don Felipe y el apoyo de su madre

Cuando don Felipe viajó a Canadá, para estudiar el Bachillerato, fue la reina quien le acompañó. Esa estrecha relación ha durado hasta hoy, a pesar de que hubo un tiempo en el que se comentó que la llegada de doña Letizia cambió las cosas y don Felipe se alejó de su madre. Sin embargo, fue doña Sofía quién averiguó primero que su hijo estaba enamorado de la periodista y quien le brindó todo su apoyo cuando Don Juan Carlos se opuso a la relación.

Parece que las diferencias entre doña Letizia y doña Sofía no hicieron mella en la relación madre e hijo. Y la concesión del Toisón de oro reconoce, sin duda, esa parte personal de la relación con su madre, además de su servicio y su lealtad a la Corona. Ya el día de su proclamación con rey, el 19 de junio de 2014 , don Felipe reconoció la labor de su madre ante las Cortes Generales, que le tributaron un cariñoso aplauso. Doña Sofía, emocionada, lanzó un beso a su hijo desde la tribuna de honor.

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