Todo ha quedado mucho más claro en la reciente visita del rey emérito Juan Carlos a España. Aunque lo esencial de las relaciones entre la familia real y la familia del rey sigue sin aclarase demasiado, si se puede confirmar ya lo obvio. Cristina de Borbón ha dejado claro, clarísimo, que no tiene ninguna intención de reencontrarse con el rey Felipe VI y la reina Letizia, sea cual sea la señalada ocasión que se produzca. De hecho, ni siquiera el retorno del rey emérito a España tras más de dos años de ausencia ha servido para acerca posiciones entre los hermanos, distanciados desde el juicio del caso Nóos que condenó a Iñaki Urdangarin a la cárcel, en un escándalo financiero que dio la vuelta al mundo. ¿Qué está pasando en la nueva vida post separación de la infanta?
El asombro por la decisión de Cristina de Borbón de no acudir a Zarzuela a saludar a su padre es general, pero ha sido subrayado por una agenda que parecía construida para eso mismo. La infanta Cristina pasó dos semanas en España justo antes del aterrizaje del rey emérito Juan Carlos, durante las que la vimos en varios actos públicos de lo más feliz, renovada y contenta. Más aún: el comentario general de los que compartieron con ella en una fiesta con el actor Antonio Resines y su mujer, Ana Pérez-Lorente, amiga del colegio de Cristina, coincidía en su rejuvenecido y alegre aspecto.
La periodista Pilar Eyre, muy próxima a fuentes cercanas a la infanta Cristina, acaso con línea directa con ella, ha revelado que este verano podría ser crucial para la hija menor de los reyes eméritos, con un cambio de aires en ciernes que le permitiría poner punto y a parte tras su polémico divorcio con Iñaki Urdangarín y su nueva relación con Ainhoa Armentia. Han sido 25 años de matrimonio que empezaron en su boda, en la catedral de Santa Eulalia de Barcelona.
Todo apunta a que Cristina de Borbón vivirá su s egunda soltería con ilusión y energías renovadas y que, quizá, planea hacerlo junto a sus amigos de toda la vida en Barcelona. Lo cierto es que poco le une ya a Ginebra, la capital suiza en la que la infanta Cristina lleva viviendo nueve años, desde que Iñaki Urdangarín fuera acusado, juzgado y condenado. Su hija menor Irene, de 16 años, termina sus estudios obligatorios este mes de junio y sus obligaciones laborales en la Fundación La Caixa no requieren que permanezca ya lejos de España. Además, sus hijos Juan Valentín, Miguel y Pablo Urdangarin viven ya independientes o independizados, en Madrid, Londres y Barcelona, respectivamente.
La ciudad condal sería el destino idóneo de Cristina de Borbón, licenciada en Ciencias Políticas, master en Relaciones Internacionales y una gran experta en su ámbito profesional, la financiacion en cooperación. No solo porque estaría más cerca de la Fundación La Caixa, donde trabaja, sino porque le permitiría mantener cierta distancia con Felipe VI y Letizia Ortiz, a los que no habría perdonado todo lo sucedido a propósito del caso Nóos. O, en el mejor de los casos, iniciar la conversación que tiene pendiente para resolver la tensión que continúa dividiendo a la familia.
Sea como fuere, han comenzado los rumores sobre una nueva relación sentimental de la infanta Cristina, quien debe prepararse para que su vida amorosa se convierta en el centro de atención de focos y flashes en los próximos meses. Parece que la pequeña de la familia Borbón no va a seguir los pasos de su hermana, a quien no se le ha conocido una nueva relación desde su divorcio con Jaime de Marichalar. A su 56 años, Cristina sí estaría decidida a rehacer su vida con una nueva pareja y, de hecho, Pilar Eyre ya avanza que podría estar en ello.
«La infanta está más guapa que nunca y sonríe como hace tiempo que no la veíamos. Quizás no esté así solo por sus hijos...», ha asegurado. Todo se verá, probablemente, este verano. No la veremos sin duda en las playas de Bidart, las favoritas de la familia Urdangarín, y acaso sí en Mallorca, junto a su madre, su hermana y la pandilla de verano entre la que se cuentan algunas de sus íntimas, entre ellas Rosario Nadal.