ENVIDIA REAL
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El diagnóstico de la situación desde fuentes reservadas de Buckingham Palace es inequívoco: la relación ha terminado. No habrá paz entre el futuro rey Guillermo y el príncipe Harry, del que aún se esperan más cargas de profundidad críticas en las memorias que se publican en enero. El pequeño acusa al mayor de no protegerle y este tiene miedo de que cualquier cosa que diga puede terminar en un documental o un escandaloso libros. La desconfianza es máxima.
Indudablemente, lo pero de esta guerra entre hermanos sucede con la llegada de Meghan Markle a Londres. Ya conocemos la historia, que termina en 2020 con una pelea a gritos enfrente de la mismísima Isabel II. Sin embargo, la actriz estadounidense no promovió discordias que no hubieran arraigado ya entre los hijos de Diana de Gales. De hecho, las divergencias entre Guillermo y Harry vienen de lejos y hasta pueden ser, debido a la idiosincrasia de la monarquía británica, inevitables.
La situación de partida entre el príncipe Guillermo y Harry no puede ser más trágica: todos recordamos la triste estampa de aquellos dos niños vestidos de negro, tras el funeral de su madre, la princesa Diana, en agosto de 1997. Solo tenían 12 y 15 años, pero aquella muerte prematura e injusta creó un vínculo aparentemente irrompible entre ellos.
«Guillermo y yo podemos separar nuestra vida en dos partes: los años bendecidos junto a nuestros padres y la década que ha pasado desde el fallecimiento de mi madre», explicó el príncipe Harry en el discurso con el que conmemoró el décimo aniversario de su muerte. «Era nuestra guardiana, nuestra amiga y protectora. Jamás dejó de demostrarnos su amor. Más allá de su brillo mediático, era sencillamente la mejor madre del mundo».
Los 'insiders' de la monarquía británica sostienen que, con la falta de Diana, Guillermo adoptó el papel protector al respecto de su hermano pequeño. Su manera de ejercer de padre putativo de su hermano aún sostiene el amor y la tragedia que, inevitablemente, les une. «Quiero a Guillermo a morir», admitió Harry en la polémica entrevista con Oprah Winfrey. «Es mi hermano. Hemos estado en el infierno. Pero ahora recorremos caminos distintos».
La buena relación entre hermanos perduró mientras Guillermo ejerció de padre y Harry se sintió respaldado, protegido y sostenido por su hermano. De hecho, en el documental se desvela la razón por la que se produce el cisma definitivo entre hermanos: se rompe la promesa que se hacen de no utilizar a sus respectivos equipos de relaciones públicas para librar una guerra por la reputación. Algo que, probablemente, era un 'modus operandi' habitual para los Windsor.
El príncipe Harry se jugaba mucho en el mantenimiento de esta promesa, pues todos los resortes y poderes de 'The Firm' (así se conoce a la monarquía británica) funcionan para la protección y mayor gloria del jefe de Estado y de su heredero. El resto de miembros de la familia pasan a segundo plano y se espera de ellos discreción y servicio en favor de los protagonistas absolutos de la línea de sucesión.
Eso explica que durante la problemática juventud de los príncipes, las andanzas y aventuras sentimentales de Guillermo fueran protegidas con celo por Buckingham Palace. Poco o muy poco se sabe de la vida privada del futuro rey, más allá de su romance universitario con Kate Middleton. Casi nadie habla de cómo ella llegó a dejarle por no presentarse en la fiesta de su 21 cumpleaños o de que, según el escritor Andrew Morton, la trataba «como a una criada».
La agitada vida nocturna de Harry era sin embargo tema de portada casi cada semana. Él deba contenido, eso es innegable: fiestas, borracheras, peleas, juergas en Las Vegas, morreos en público, un polémico disfraz de nazi en Halloween o su costumbre de quitarse la camiseta le convertían en una golosina viral, antes de la viralidad. La maquinaria 'royal' protegía al príncipe, aunque estuviera evidentemente descontrolado.
La primera gran pelea entre los hermanos tiene que ver con esta diferencia, que no por casualidad es la misma que se repite en el caso de Meghan Markle, también ofrecida como 'cebo' para los medios de comunicación amarillos, mientras los duques de Cambridge disfrutaban de una total protección y tranquilidad. De hecho, Harry era aún adolescente cuando llega a recriminarle a su hermano que le utiliza «como señuelo».
«Las fiestas de Harry terminaban en las portadas con razón, pero en muchas de ellas también estaba Guillermo. Sin embargo, nunca le mencionaban», reveló el periodista Simon Vigar en 'Princes at War', un documental emitido en Channel 5 en 2021. «Ese fue el primer problema serio al que se enfrentaron los hermanos, porque Harry aparecía siempre como el único culpable y que cargaba con la peor reputación», coincidió Katie Nicholl, experta en casas reales. «De hecho, estuvo un tiempo sin hablar con Guillermo por este motivo».
La situación volvió a la normalidad con la entrada del príncipe Harry en el ejército en 2005: la disciplina militar y el sentido de misión estructuraron la vida del hijo pequeño de Diana de Gales, que pasó a ser percibido como el héroe militar de los Windsor (estuvo dos veces en Afganistán). La periodista Tina Brown, autora de 'Los papeles de palacio: dentro de la Casa Windsor', señala el final de la carrera militar de Harry en 2015 como el segundo momento de gran tensión entre los hermanos.
«Rondaba por Buckingham Palace sin saber quién era realmente», explicó Tina Brown a 'The Telegraph'. Efectivamente: había perdido lo que hasta la fecha estructuraba su existencia y, como aún no estaba casado, no había recibido ni la casa ni el personal (secretario privado, caballerizo mayor...) que se le concede a los príncipes Windsor. Además, Brown suma otra dificultad: «La verdad es que el príncipe más carismático era Harry, lo que hacía más urgente encontrarle un destino en el que contenerlo».
«En vida, Diana de Gales insistía mucho en que se tratara a los dos hermanos por igual», explicó Brown al diario británico. «Pero sus destinos jamás fueron equiparables, ese es el problema. Gradualmente, la tensión fue creciendo entre ellos. Guillermo sabía perfectamente quién debía ser. Harry solo era 'el tío Harry'. Y no lo soportaba». Andrew Morton, biógrafo de Diana, desveló en 'US Magazine': «Su relación era muy estrecha, pero también muy competitiva».
Entonces, Guillermo, Harry y Kate Middleton formaban un trío formidable y prácticamente tenían una misma agenda oficial en común. Sin embargo, el papel de carabina, siempre un pasito por detrás de la pareja, terminó por pasar factura. ¿Por qué, si su popularidad era incluso mayor que la de su hermano, debía estar siempre en segundo plano?
En esas llegó Meghan Markle a su vida, y Guillermo le advirtió: «Creo que te estás precipitando. Todo va muy rápido». Pero Harry ya no necesitaba una figura paterna. Y se aferró a su nuevo y rebelde amor.