El príncipe Harry y Meghan Markle. /
Cuando el príncipe Harry salió de su Reino Unido natal, se iba también simbólicamente de una institución, la monarquía, y rompía con su familia, los Windsor. El británico elegía a su mujer, Meghan Markle. Atrás quedaba su abuela, Isabel II; su padre, Carlos III; y su hermano mayor, Guillermo. Hubo una escisión irreparable, pero dos años después hemos visto sus frutos en un documental : mucho dinero, relevancia social y amigos poderosos.
Los duques de Sussex, de 41 años, tomaron la decisión de mudarse a California (Estados Unidos) a principios de 2020. «Tenemos la intención de dar un paso atrás como miembros «superiores» de la Familia Real y trabajar para llegar a ser financieramente independientes, sin dejar de apoyar plenamente a Su Majestad la Reina», anunciaban en su cuenta de Instagram.
En enero de ese año querían el «espacio necesario» para centrarse en su «nuevo capítulo». Y en marzo se hicieron estrenaron a todas luces esa primera etapa; concedieron una entrevista a la famosa presentadora estadounidense Oprah Winfrey. Allí se sentaron las bases del documental que se acaba de estrenar en Netflix, Harry y Meghan.
La ex actriz estadounidense reconoció que «no quería seguir viva» y que algún miembro de la familia real le planteó la duda de lo oscura que sería la piel del hijo de la pareja cuando naciera (las primeras insinuaciones de racismo). El hijo de Diana de Gales contó que su padre no le atendía el teléfono, se quedaron sin ayuda familiar.
Meghan Markle y el príncipe Harry se besan. /
El documental tira del hilo y trae recuerdos de sus momentos más traumáticos. Hay un enemigo indudable: los tabloides ingleses. Según el matrimonio royal, los paparazzi se ocuparon de engrandecer la figura del heredero y su mujer, Kate Middleton , mientras a ellos les empequeñecían. Algunos sí estaban bajo el amparo institucional.
Meghan y Harry decidieron contar su propia versión de los hechos, sin los medios implicados ni la Casa Real, pero sí con la aportación de amigos y familiares simpatizantes. Cada uno perdió a su familia paterna (Meghan cortó relaciones con Thomas Markle), pero ganaron algunas victorias.
La plataforma Netflix se lanzó, sin dudas, a hacer el documental más conflictivo para la familia real del Reino Unido. Según la revista Vanity Fair, es el primer proyecto de la productora de los duques, Archewell Productions, desde su firma de acuerdo en 2020.
A lo largo de cinco años, ese contrato general valdría entre 60 y 150 millones de dólares. El proyecto de los Sussex y Netflix sigue las reglas de la empresa: el dinero se materializa a lo largo del proceso y también cuando se presentan algunos trabajos. Es decir, aún no les han aportado la suma total.
Quien sí tuvo dudas fue Garrett Bradley, el primer director. Según aseguró una fuente de la serie a Page Six, no se ponían de acuerdo: «Garrett quería que Harry y Meghan filmaran en casa y no les gustó». Bradley renunció y se puso manos a la obra Liz Garbus, directora de documentales dos veces nominada al Oscar.
El príncipe Harry posa junto a Meghan Markle en un selfie. /
A pesar de tener a dos personajes que podían aportar información fidedigna y de primera mano, Liz se mostró escéptica al principio. La directora, que casi gana el gran premio del cine por The Farm: Angola, USA (en 1999) y What Happened, Miss Simone (en 2016) era experta en documentales, pero desconocía las entrañas de la monarquía.
Como cuenta Bunte, lo que le convenció para adentrarse en un proyecto de la familia real fueron las 15 horas de videos privados que los Sussex le enviaron. «Es muy personal e increíblemente poderoso», reconoció sobre las grabaciones: «Fortalecieron mi decisión de averiguar cómo se produjo este cambio histórico».
El gran triunfo del documental ha sido su relevancia social. El día del estreno, los reportes de audiencia anunciaban que 2.4 millones de personas en el Reino Unido habían puesto a los duques el día de su lanzamiento, el pasado 8 de diciembre.
Esta gran cifra significaba una cosa: más personas estaban interesadas en la historia del príncipe Harry y su mujer que en la exitosa serie The Crown (tuvo 1.1 millones de espectadores el 9 de noviembre, día del estreno de su temporada 5; según informaba Metro).
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En los capítulos, el matrimonio hizo alarde del gran círculo de allegados que le respaldaba. Entre ellos, algunos personajes de la élite. Descubrimos la conexión con Serena Williams, considerada la mejor tenista profesional de la historia con cuatro medallas olímpicas. La deportista, que aparece en el documental, reconoce que Meghan supo aportar su punto personal hasta el día de su boda, cuando representó «su cultura». « Rompía barreras sin estridencias», concluye.
Aparecen multimillonarios como, Vicky Tsai, dedicada al mundo de la belleza y fundadora de la firma Tatcha. O el príncipe Seeiso Bereng Seeiso, quien es jefe de Matsieng. Es parte de la monarquía africana, segundo hijo de los reyes Moshoeshoe II y Mamohato de Lesoto, y gurú espiritual del príncipe Harry.
Pero el momento culmen es una escena en la que Meghan suelta: « Beyoncé me ha escrito, ¡no puedo creer que sepa quien soy!». Entonces, procede a leer el mensaje de la famosísima cantante delante de su marido (y la cámara). «Quiere que me sienta segura y protegida. Dice que admira y respeta mi valentía y vulnerabilidad y que cree que fui seleccionada para romper el curso generacional».
20 de enero-18 de febrero
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