La infanta Cristina pierde la partida con Iñaki Urdangarin: desgaste en la negociación del divorcio y sus cuatro hijos en Vitoria para Nochevieja

La Navidad traza la línea del afecto cierto entre los miembros de nuestra familia real, un clan desestructurado que parece decidido a sanar sus recientes heridas. No hubo celebración conjunta en Nochebuena ni la habrá en Nochevieja, con reuniones separadas en Ginebra y Zarzuela. Una situación de cisma que vive especialmente mal la infanta Cristina, a punto de dar doloroso carpetazo a su matrimonio con Iñaki Urdangarin . Sus últimas Navidades han sido un drama.

Cristina de Borbón no vive unas Navidades felices desde 2011, cuando comenzó su infierno personal a raíz del caso Nóos. Aquel diciembre, Iñaki Urdangarin fue imputado por el juez Castro y se supo que se le investigaba por evasión de impuestos, fraude fiscal, prevaricación, falsedad documental y malversación de caudales públicos. En diciembre del año siguiente, se pidió una fianza de más de 8 millones de euros al ex olímpico y su socio.

En diciembre de 2014 se dictó el auto de apertura de juicio oral, que comenzó el 11 de enero de 2016. En febrero de 2017, fue condenado a seis años de cárcel. En 2018, el Tribunal Supremo ratificó una condena de 5 años y 10 meses. En junio de 2018, Iñaki Urdangarin entró en prisión. Saldría en marzo de 2022. Tras más de una década de zozobra y sufrimiento por la situación procesal y posterior castigo judicial, las Navidades de 2022 iban a ser definitivas.

Para la infanta Cristina, las entrañables fechas que debían constatar la reanudación de la felicidad conyugal rota por la condena se convirtieron en todo lo contrario. La hija pequeña de los seres eméritos no llegó a pasar las Navidades de 2022 con Iñaki Urdangarin, quien desde enero ya disfrutaba abiertamente de su nueva pareja sentimental, Ainhoa Armentia. Por primera vez en muchos años, Cristina no viajó a Vitoria para pasar su Nochebuena con su familia política. Comenzó a experimentar lo que significa estar divorciada .

Un año después de aquella primera Nochebuena amarga, la situación no parece solventarse a la velocidad esperada. Casi todo el mundo daba por hecho que el divorcio se firmaría rápidamente para cerrar una herida peligrosa. Sin embargo, a doce meses vista continúa sin resolverse la ruptura, ni en los términos económicos ni en los sentimentales. Urdangarin se muestra rocoso en su negociación, mientras que la infanta Cristina aparece aferrada a su alianza de casada , en público y en privado.

Aunque la firma del divorcio se ha anunciado en varias ocasiones, no parece llegar la disolución definitiva del matrimonio entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. Estamos, sin duda, ante una guerra de desgaste. De hecho, algunos confidenciales adelantan que el rey emérito Juan Carlos está dispuesto a ceder allí donde sea necesario para finiquitar por fin la disputa económica que continúa vinculando a su hija con el ex duque de Palma. Monarquía Confidencial publica que es Cristina la que se resiste a hacerlo .

Así las cosas, el pulso entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin continúa, aunque esta ya no cuenta con la comprensión de su padre en su decisión de no ceder ni un milímetro ante el ex deportista. Esta circunstancia muestra la firmeza de la posición de este, convencido de que debe obtener lo que pide, dadas sus dificultades para reiniciar su vida profesional y, probablemente, debido a otras consideraciones que se escapan a los que observamos la cuestión desde fuera.

En lo sentimental, la infanta Cristina también parece perder pie, sobre todo en lo que se refiere a la relación de sus hijos con su padre. Según publica 'Vanitatis', los cuatro se mantienen inflexibles al respecto de su decisión de no conocer a Ainhoa Armentia, la nueva pareja sentimental de Iñaki Urdangarin. Sin duda, es un gesto de apoyo puntual a su madre, aunque a nadie escapa que difícilmente puede mantenerse en el tiempo.

Aunque la infanta Cristina pueda sentirse reconfortada por la decisión de sus hijos, todos renuentes a conocer a Ainhoa Armentia , lo lógico es que terminen departiendo tranquilamente con ella conforme el tiempo vaya cerrando las heridas causadas. Ahora mismo, Juan Valentín, Pablo, Miguel e Irene aún tienen presente el sufrimiento de su madre debido a aquellas fotos de Iñaki Urdangarin en las playas de Bidart y la posterior ruptura. Pero lo lógico, lo habitual, es que esa percepción del daño se supere y la nueva relación se integre con normalidad.

La actitud de Iñaki Urdangarin ante la decisión de sus hijos prueba, además, la inteligencia con la que el ex deportista está manejando el divorcio, tanto en lo económico como en lo sentimental. Si se muestra inflexible en cuanto a sus demandas económicas, con sus hijos muestra toda la flexibilidad del mundo, facilitando espacio y tiempo para que puedan ir digiriendo su nueva vida con Ainhoa Armentia . Difícil, muy difícil levantar una guerra contra alguien que no pretende hacerla. Y mucho menos si son los propios hijos los que pueden terminar como rehenes.