La combinación de esquí y miembros de la realeza es una que nos transporta a amargos recuerdos. Alfonso de Borbón , duque de Cádiz, fallecía en 1989 mientras bajaba por una pista en el Beaver Creek Resort de Colorado, Estados Unidos. Y el príncipe Friso de Holanda murió en 2012 tras quedar sepultado por una avalancha de nieve cuando esquiaba en Austria. Afortunadamente, menos trágica, aunque el drama pudo ser mucho mayor, fue la experiencia que vivieron el rey Juan Carlos y su hija, la infanta Cristina, en la Navidad de 1990.
Padre e hija se dirigían precisamente a la estación de Baqueira Beret para reunirse con su familia y pasar la Nochevieja esquiando, como era su costumbre desde hace años. Allí los Borbón se reunían cada año por esas fechas en La Pleta, un chalé de montaña aranés de tres pisos y 200 m2 que era el refugio favorito de los ahora monarcas eméritos y sus tres hijos. Recientemente, saltaba de nuevo a los titulares después de que Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia pasaran allí un fin de semana romántico.
Aquel trayecto que tuvo lugar el día de los Santos Inocentes de 1990 pudo acabar en tragedia por la afición a la velocidad del ahora exiliado monarca, algo que traía de cabeza a sus escoltas. Más allá de las leyendas urbanas de un rey Juan Carlos que llegaba en su moto a socorrer a automovilistas accidentados por toda España, lo cierto es que poseía un envidiable garaje con modelos deportivos de lo más exclusivo.
Era uno de esos deportivos, concretamente un Porsche 959 valorado en unos 40 millones de pesetas que le había regalado dos años antes el empresario Javier de la Rosa, en el que circulaban padre e hija camino a los Pirineos.
Según la versión oficial que se publicó en aquel momento, tras haber salido de Madrid con la infanta Cristina, el deportivo que conducía el monarca derrapó en una curva a la entrada de un puente, estrellándose a continuación contra las vallas de protección debido a unas placas de hielo. Al contrario que en aquel fatídico accidente protagonizado por Carolina de Mónaco y su hija Estefanía , en esta ocasión no hubo que lamentar víctimas mortales.
Poco después llegarían los escoltas que, tras comprobar que el rey y la infanta Cristina estuvieran en buen estado, dieron el visto bueno a proseguir el viaje, ya con un chófer al volante del vehículo. Años después, en la revista 'Car', un antiguo escolta de don Juan Carlos relataba cómo aquel accidente pudo acabar realmente siendo mucho más grave. Al parecer, el monarca circulaba a tal velocidad en aquel trayecto Madrid-Baqueira que en su empeño por seguirle incluso volcó un coche de seguridad y finalmente hubo que seguir su rastro con un helicóptero.
No sería aquel el último susto del monarca en Lleida, ya que al año siguiente sufrió un accidente cuando esquiaba en las pistas de la estación invernal. A consecuencia del mismo, el emérito sufrió el hundimiento de la tibia derecha tras ser arrollado por otro esquiador.
Más de tres décadas han pasado ya desde aquel gran susto y la infanta Cristina aborda ahora esta Navidad tras un año 2024 que ha sido clave para ella. El pasado mes de enero trascendía que la hermana de Felipe VI había firmado el divorcio con Iñaki Urdangarin, poniendo fin definitivamente a su relación tras 26 años de matrimonio.
Después de un verano discreto, que no fue la esperada explosión de soltería de la royal, ahora afronta una Navidad que los Borbón volverán a celebrar separados. Pese al clima de deshielo entre ellos de los últimos meses, todo apunta que en el Palacio de la Zarzuela, solo serán seis personas las que celebren la Nochebuena. «En la casa de Letizia y Felipe: el matrimonio real, sus dos hijas y la madre de Letizia acompañada de su novio, con el que reside en Murcia», apuntaba la periodista Pilar Eyre en las páginas de 'Lecturas'.
¿Y qué pasa con las hermanas del monarca? Según la experta en la familia real, ambas pasarán las fiestas junto a su padre en Ginebra, la ciudad suiza donde reside desde hace años la infanta Cristina. «Será una reunión numerosa: las infantas, sus hijos, las parejas y quizás… Marta Gayá. Al fin y al cabo, las hijas conocen la relación que la une a su padre desde hace años y comprenden que es su auténtica y leal compañera y la mujer que lo hace feliz», son las palabras de Pilar Eyre al respecto de sus planes navideños.
22 de noviembre-21 de diciembre
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, independientes y aventureros. Les encanta viajar y se les dan los deportes de maravilla. No pierden jamás la curiosidad por cómo funicona el mundo, pero a veces pecan de salvajes e indomables y tienden a la incosistencia vital. Ver más
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