MISTERIOS SIN RESOLVER

Carolina de Mónaco y la infanta Elena, dos mujeres sin suerte en el amor: rupturas, rumores y soltería

Hay una enorme opacidad en torno a la vida sentimental de la princesa Carolina de Mónaco y no se ha podido confirmar ninguna relación a la infanta Elena.

Carolina de Mónaco y la infanta Elena. / MH

Juanra López
Juanra López

El 13 de noviembre de 2007 fue un momento muy disruptivo y complicado para la casa real española. Tuvieron que comunicar la ruptura de la infanta Elena con Jaime de Marichalar. Para no incluir una serie de términos que concretasen la separación en medio de una institución tradicional como la monarquía se acuñó un eufemismo que siempre será recordado «cese temporal de la convivencia».

En el caso de la princesa Carolina de Mónaco la ruptura con Ernesto de Hannover se llevó aún más lejos para no abordar la situación. Se separaron de manera oficiosa en 2009, diez años después de su boda. Incomprensiblemente, no se llegó a sustanciar en ningún comunicado. Más significativo aún es que, a día de hoy, siguen sin divorciarse. Es más, la hija de los recordados Rainiero de Mónaco y Grace Kelly sigue firmando como princesa de Hannover .

En este caso, la explicación que se da por hecha, pero nunca se ha manifestado, es que Carolina de Mönaco no ha querido perder este título por matrimonio, pues el de los Grimaldi es de un rango inferior. En el caso de haberse divorciado hubiera pasado a ser simplemente Su Alteza Serenísima, como sus hermanos, el príncipe Alberto y Estefanía.

Durante todos estos años no ha habido ni una sola fotografía ni una sola información sobre la vida sentimental de la princesa monegasca. Así como desde su nacimiento supimos hasta el más mínimo detalle sobre su vida, durante ya casi quince años ha habido un enorme vacío informativo al respecto. De hecho, desde que la primera dama es la mujer de su hermano, Charlène, sus apariciones públicas son mucho más espaciadas.

La infanta Elena no ha tenido una relación sentimental conocida desde su separación de Jaime de Marichalar. / GTRES

El paralelismo con la infanta Elena es notorio en este sentido. Desde ese «cese temporal de la convivencia» se le han atribuido algunas relaciones, pero ninguna ha podido confirmarse. Siempre se ha dado por hecho que su gran amor ha sido el jinete Luis Astolfi, con quien comenzó su relación sentimental en 1984 y con quien se la fotografió por primera vez dos años más tarde.

Emprendieron caminos separados: Astolfi se casó con Isabel Flórez, con quien tuvo dos hijos, y rompieron en 2012. Aunque han coincidido en numerosas ocasiones en exhibiciones y competiciones hípicas y algunos han apuntado a una hipotética relación sentimental, los hechos parecen acreditar que lo que ha prevalecido durante todos estos años han sido unos sentimientos de amistad.

Simplemente amigos y la foto de un beso

Precisamente por esa mencionada sequía informativa, los rumores se fueron sucediendo, pero nada se pudo confirmar. Fue en 2009 cuando se puso en el foco mediático al jinete Jaime Zuleta, casado con la abogada Rocío Martín. Ésta, a su vez, es sobrina de Alfonso Díez, viudo de la duquesa de Alba. Solamente era su entrenador. Lo mismo puede decirse del jinete Alberto Fernández-Durán: simplemente eran amigos.

Toda regla tiene su excepción y fue la revista 'Lecturas' la que llevó a su portada un beso de la hermana de Felipe VI con el monitor de esquí Carlos Ruiz-Velasco, en aquel entonces instructor de sus hijos, Victoria Federica y Froilán. Nos tenemos que remontar a febrero de 2008, en Baqueira-Beret, lugar tan frecuentado por la familia real antes de que se viera salpicada por numerosos escándalos relacionados con el rey Juan Carlos. Efectivamente, aparecían esquiando y había un beso, pero no una relación.

Carolina de Mónaco, una reina de la elegancia. / GTRES

Ya entrados en 2024, no caeremos en la expresión tan manida de «no han rehecho sus vidas», pero sí diremos que tanto la infanta Elena como la princesa Carolina de Mónaco no han vuelto a tener de manera pública una pareja. La duquesa de Lugo sigue centrada en su trabajo en la Fundación Mapfre, sus hijos vuelan solos, y va con regularidad a ver a su padre en Abu Dabi .

La princesa Grimaldi, por su parte, sigue siendo una de los grandes reclamos para la proyección del principado en los medios. Asimismo, continúa realizando algunas actividades humanitarias como toda royal que se precie y no parece que nadie le haya quitado el título oficioso de reina de la elegancia internacional. Es incombustible.