La infanta Sofía posa con su madre, la reina Letizia. /
El desfile del Día de la Hispanidad no es de los actos más queridos ni por la familia real ni por las autoridades públicas (recordemos las declaraciones de Mariano Rajoy en 2008). Pero sí se ha convertido en una de las pocas ocasiones en las que podemos disfrutar de la infanta Sofía en solitario.
En un mundo, el de las monarquías europeas, donde cada vez se restringe más quién forma parte de las familia real y quién no, auguramos que la infanta Sofía va camino de convertirse en algo más que la «segundona» de la princesa Leonor : para muchos ya es el arma secreta de nuestra casa real.
Nació por cesárea y «más morenita» que su hermana hace 15 años y, sin pretenderlo, es una auténtica robaplanos. La hemos conocido ante los focos siempre de la mano de su hermana, porque ella, que debería estar en un discretísimo segundo plano, desfila codo con codo con la futura reina (aunque en la fotos se coloque religiosamente donde el protocolo dicta).
En el ceremonia de abdicación de 2014, con tan solo siete años, la infanta Sofía ya demostró ante los atentos ojos de los cronistas royals que poseía una capacidad innata para caer bien. Cuando su madre les hizo un gesto para que las hermanas cerraran las piernas, Leonor se tensó, pero Sofía continuó sonriendo tan tranquila.
Años después repitió la hazaña de ser nuestra royal más sonriente: era la única con ataque de risa mal disimulado (con mirada a cámara al estilo The Office) en aquel vídeo extraño que divulgó Zarzuela cuando el rey Felipe VI cumplió 50 años y que incluía una confusa sopa con acelgas.
La infanta Sofía en el documental por el 50 cumpleaños del rey. /
Ahora las niñas ya son adolescentes y la complicidad que manejan entre ellas es no sólo evidente, sino también agradable de contemplar e inaudita en el mundo de los posados borbónicos de todas las eras, completamente vacíos de naturalidad.
La infanta Sofía siempre está al quite para aplaudir, abrazar y dar un apretón de manos furtivo y a tiempo a su hermana, esa hija de reyes que a punto de cumplir los 17 está obligada a hablar ante políticos en todos los idiomas posibles.
Tras el fiasco de saber cuál es el verdadero papel de las infantas en España ( recordemos que Cristina está desaparecida en Ginebra y Elena confirma día tras día por qué es la favorita del emérito), se puede decir que la infanta Sofía no lo tiene fácil, pero no parece estar agobiada por ello, al contrario que la ultra solemne Leonor.
Mirándola llevar moños de influencer y vestidos cortos y étnicos, completamente fuera del alcance de la princesa Leonor, podemos asegurar que el plan de la reina Letizia de no sobreexponer a sus hijas para que formen sus personalidades al margen de lo que quiera la sociedad ver en ellas está funcionando de maravilla con Sofía.
Vídeo. Los tacones de la reina Letizia: lujo, elegancia y sencillez
El desenfado, la cercanía y la personalidad que está mostrando la infanta Sofía es, hoy por hoy, la que más atrae a los españoles. O al menos así lo manifestaron las personas que votaron en una encuesta de El confidencial en la que los lectores decidieron que Sofía era más simpática que Leonor por 13 puntos de ventaja.
Sofía riéndose con el personal de la Casa Real, Sofía hablando con su chófer, Sofía riéndose mientras estrecha manos y dice «qué bonito», Sofía estudiando Arte Dramático y jugando al fútbol… Lo poco que sabemos de ella nos gusta. Hasta que esté condenada de por vida a llevar zapato plano porque ya es más alta que su madre y su hermana.
El hecho de que acuda en solitario (bueno, con los reyes) el próximo 12 de octubre hace que volvamos a tener una oportunidad de ver a la infanta en activo más simpática de nuestra monarquía, y eso en una familia real que se resiste a las redes sociales y la cercanía como la nuestra, vale su peso en oro.