Por qué James Hewitt fue el amante de Diana de Gales más perjudicado: perdió su trabajo, confesó su relación con la princesa (y ahora ayuda a los ucranianos)

James Hewitt fue el amante que más años compartió con Diana de Gales, incluso llegó a decir que moriría por ella. Desde entonces, ha vivido todo tipo de desgracias y ha fundado una ONG para ayudar a los ucranianos que sufren la invasión rusa.

Diana de Gales y James Hewitt en 1989. / gtres

Claudia Vila
Claudia Vila

Parecía que habían obrado un milagro con Diana de Gales , pero había sido el cariño de James Hewitt. Paradójicamente, su relación con el joven oficial del ejército le supuso una tregua con su marido, el príncipe Carlos . La pareja encontró su armonía gracias a sus amantes.

El idilio fue a finales de 1986. Ella tenía 25 años, él 28. James era como si lo hubieran creado a conciencia, a medida para la ex mujer de Carlos III. Como cuenta Ana Polo en La reina, era atractivo, agradable, de una familia acomodada y con educación elitista.

Sus modales y su físico (era delgado, pálido y pelirrojo) encandilaron a la princesa Diana la primera vez que lo vio, en una reunión donde preparaba un desfile militar. Pocos días después del primer encuentro, ella jugó sus cartas: pidió a una de las damas de compañía que organizara una fiesta para algunos oficiales de palacio.

Ese día, se acercó con disimulo a conversar. Él dijo que le encantaban los caballos y ella le comentó que siempre había querido volver a montar. Enseguida, él se presentó voluntario para darle clases. «Al cabo de unos días, Diana, que en su vida había mostrado interés por la equitación, apareció en el cuartel donde servía Hewitt perfectamente ataviada con pantalones y botas de montar». La princesa estaba decidida.

Cómo fue el romance de James Hewitt y Diana de Gales

Las sesiones de aprendizaje fueron la excusa perfecta para Diana, quien muy poco tiempo después se hizo amante de James. Se veían en Kensington, en Highgrove o en una casa de la madre de él. La princesa no dejó punta sin hilo: avisó al servicio de que aquel joven le iba a dar clases a sus hijos. Nadie la creía, pero el príncipe Carlos parecía darle igual. Es más, llegó hasta a darle el visto bueno.

Ese fue el momento en el que Diana de Gales volvió a brillar, consiguió sortear su trastorno de la conducta alimentaria y ganó aplomo y seguridad. La aventura fue la más larga de la princesa, le duró cinco años.

Solo logró separarles la distancia. Él fue destinado a Irak durante la guerra del Golfo, en 1991. El romance se hizo público en 1992, justo cuando Diana acabó su relación con él y su matrimonio con Carlos III (aunque la separación oficial con la corona llegó cuatro años después).

James quedó tocado de por vida. En 1993, se lo confesó a una periodista de 26 años llamada Ana Pasternak. Como ella contó en The Thelegraph, se encontró con un hombre «a la deriva». El motivo de su pena era que, según unos informes, había sido cesado del ejército después de 17 años, en 1994. Le perjudicaron los rumores sobre él y la princesa.

Con el beneplácito de James, Ana comenzó a escribir una serie de artículos para The Daily Express. James accedió a hablar solo porque la princesa Diana se lo pidió. Jamás insinuó que hubiera pasión entre ellos, se describió como un amigo con el que la princesa podía hablar. Su mejor compañía.

La escritora se centró en la relación de la princesa caballero pelirrojo, pero puso límites: no quería ser una espectadora que se adentraba en el mundo que los enamorados habían creado. Él se prestó a dejarle las cartas de la princesa y ella se negó. En cambio, insistió en sus escritos en lo que él había aportado: cómo le ayudó a superar su dolorosa bulimia, su ira por la aventura de Carlos III con Camila Parker Bowles y su desaire con los personajes de palacio.

la princesa Diana de Gales quería que se escribiera un libro que defendiera su amor por James Hewitt.

Lo que el amigo de Diana no tenía en cuenta era que la princesa se había convertido en alguien manipulador para sobrevivir, como cuenta la periodista. Charles admitió en su entrevista televisiva de junio de 1994 que su matrimonio se había «roto irremediablemente».

James llamó ese mismo día a Ana. A Diana le preocupaba que, tras estas declaraciones, el segundo libro del escritor Andrew Morton (se publicaría ese otoño sin su visto bueno) criticara y expusiera la aventura de ambos.

Necesitaba un contrapunto, y ahí entraba Ana. Según la autora, Diana quería que el mundo viera que su amor era genuino. Su plan era la visión de los espectadores fuera la siguiente: Carlos le había dado la espàlda con Camilla y ella había tenido que consolarse, peor no con un rollo, sino con unos encuentros puros. Quería seguir interpretando el papel de la princesa enamorada.

Por ello, le encargaron escribir su novela, Princess in love. Tenía que ser algo rápido, en menos de cinco semanas, para publicarse antes que el de Morton. El resultado fue catastrófico: a la periodista le llovieron críticas. El público consideraba que era una fantasía de ella, nada real.

Por su parte, Andrew contó que la princesa utilizaba un apodo en sus cartas, Julia, y que de no haberse casado con Carlos, James habría sido el hombre de su vida. El joven amante, que bebía vientos por la madre de Guillermo y Enrique, hizo todo lo que ella le pedía. «Hubiera muerto por Diana», le llegó a confesar a la periodista: «En cambio, he muerto un millón de veces por dentro».

Por qué James Hewitt fue el más perjudicado

La vida de James Hewitt se arruinó. Tuvo que lidiar con otro problema: su parecido con el príncipe Enrique. Lo negó en numerosas ocasiones, hasta reconoció lo evidente, que tenían el mismo color de pelo. Se defendía en lo ya mencionado, que se conocieron después del nacimiento del duque de Sussex, pero eso no era suficiente para acallar los rumores.

Vídeo. Diana de Gales y sus hermanas: la complicada relación de la princesa con lady Sarah y lady Jane

Lo que vino después fueron desvaríos de un hombre despechado. Menos de una década después, declaró que quería vender las cartas de Diana con la esperanza de recaudar 10 millones de euros, aunque no lo terminó cumpliendo. Tuvo un romance con la vidente Aramís Fuster y lo detuvieron por posesión de cocaína en 2004. Además, ha sufrido un ataque al corazón y un derrame cerebral.

Las últimas noticias que se saben de él son más alentadoras. Aunque el Daily Mail ha recogido que vive con su madre en un pequeño piso de la localidad inglesa de Devon, ha intentado dejar las desgracias en el pasado y aportar su granito.

Ha creado una ONG con la que hace viajes a las zonas de Ucrania, HOP (Humanitarian Online Payments). La organización traslada a los afectados del país invadido por Rusia desde el Reino Unido. Después de tantos años, James ha vuelto a la guerra.