El upgrade de Kate Middleton: ha nacido una reina y es una copia mejorada de Isabel II con el tirón de la princesa Diana de Gales

La primera aparición de Kate Middleton como princesa de Gales ha confirmado todas las sospechas: Camilla es una consorte de transición y Kate la eclipsa con su porte de reina.

Kate Middleton con la tiara Cambridge Lover's Knot. / getty images

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

De aquí al 6 de mayo, cuando Carlos III y la reina Camilla sean coronados, Reino Unido vivirá una interesante situación. Aunque un trono jamás queda vacante, y la muerte de un soberano automáticamente supone el reinado de su sucesor, aún no se visualiza totalmente la era del nuevo rey, ya formalmente investido con las joyas de la Corona. Es algo que favorece intuiciones como la que se disparó esta semana, en el primer acto oficial de Kate Middleton como princesa de Gales: aunque deba esperar turno, la corona ya la lleva ella y promete llevarla con la solvencia con la que nuestra reina Letizia lleva la suya.

La evidencia quedó sobre la mesa en el primer banquete de gala desde la proclamación de Carlos III, con motivo de la visita de Estado del presidente de Sudáfrica, Cyrul Rampahosa. Camilla Parker Bowles y Kate Middleton lucieron al máximo de su potencia para fijar sus respectivas posiciones, con joyas históricas de sus respectivas predecesoras y vestidos épicos. Pero la presencia es algo más que adorno, y en este terreno la princesa de Gales arrasó.

Pese a la fuerte campaña de comunicación que ha logrado lavar su imagen de cortesana, Camilla Parker Bowles no termina de resultar convincente como reina consorte. Se cubrió con el conjunto bautizado Victorian Suite, uno de los juegos de joyas más imponentes y preciosos de Isabel II: tiara, collar brazalete, anillo y pendientes de diamantes y zafiros, regalo de boda del rey Jorge VI. Además, lució la banda azul de la Orden de la Jarretera y la banda y la estrella de la Gran Cruz de la Real Orden Victoriana.

Vídeo. Los looks más favorecedores de Kate Middleton

El despliegue, impresionante como decimos, no pudo contener el desborde de Kate Middleton como princesa de Gales y futura monarca. Le decisión de vestirse de blanco, casi como una novia, fue un golpe de efecto brutal que combinó con una selección de joyas muy significativas. Llevó la tiara Cambridge Lover's Knot, encargada en 1913 por la reina María, la abuela de Isabel II y esposa de Jorge V, y fue una de las favoritas de la princesa Diana.

Carlos III, el presidente de Sudáfrica, Cyrul Rampahosa y Camilla Parker Bowles. / GETTY

Debió haber mucho de marcar territorio en esta cena de gala: no recordamos un despliegue de poderío estético de este calibre en mucho tiempo. Kate Middleton se desmarcó con un vestido blanco con capa de pedrería incontestable (de hecho, una versión de un diseño de novia Jenny Packman) y una selección de joyas que envía un mensaje claro: ella se propone recoger el testigo tanto de Isabel II como de la princesa Diana, la reina que pudo ser.

Kate Middleton jugó sus cartas a la perfección: además de la tiara, llevó los pendientes de perlas y diamantes de los Mares del Sur de la princesa Diana y su anillo de pedida, el mismo que usó Diana Spencer al comprometerse con Carlos de Inglaterra. De Isabel II escogió un brazalete de perlas. Completó el estilismo con la orden de la familia real y la estrella, además de la Gran Cruz de la Orden Real Victoriana.

Kate Middleton barrió en su aparición en el banquete de Buckingham Palace toda esperanza de que Camilla pueda ser visualizada como reina, incluso más allá de la coronación. La reina consorte queda como presencia transitoria e intrascendente, al menos a efectos de su capacidad para impactar en comunicación. Se confirmó en esta cena de gala lo mismo que saltó a la vista en el acto de bienvenida al presidente Ramaphosa el día anterior: aunque su título sea el de princesa, Kate ya ejerce como si fuera reina.

Cuál es el la lucha de Kate Middleton

El problema para Buckingham Palace es mayúsculo; se encuentra con una reina consorte que no alcanza y una princesa de Gales que se viste, se mueve y posa como si ya fuera monarca. En su recepción al presidente Ramaphosa, Kate descartó presentarse al estilo «celebrity» habitual en princesas o monarcas modernas como la reina Letizia o Máxima de Holanda y optó por un look heredero del clásico set abrigo vestido y sombrero a juego de Isabel II. Un diseño granate de Emilia Wickstead.

La referencia, directísima, a los looks monocromáticos de Isabel II marca el despegue de Kate Middleton como heredera directa de la prestancia de la fallecida jefe del Estado, pero con la capacidad de calidez y ternura que caracterizó la princesa Diana. Dificilísimo batir esa combinación. Camilla, además, no se limita al estilo que caracterizó a Isabel II y que Kate recoge a la perfección. Su debilidad por los sombreros y tocados grandes, las plumas, los estampados y los brillos, es importante.

La princesa Kate Middleton sigue los pasos de Isabel II y Diana de Gales. / @THEROYALFAMILY

Uno de los legados de estilo más potentes de Isabel II es su uso del color: todos los tonos del arco iris estuvieron en su armario y a todos acudió, pero sin mezclarlos. Durante las últimas décadas de su reinado, practicó insistentemente looks monocromos que hicieran destacar su pequeña figura entre la multitud. «Para que me crean necesito que me vean», decía la reina. Vestida de amarillo, azul o verde de cabeza a pies, era inevitable hacerlo.

Kate Middleton ya ha presentado las credenciales que la confirman como la mujer que está dispuesta a seguir los pasos de la reina Isabel II, al menos en este sentido del estilo. Consciente de la importancia de destacar e imponerse en cada acto oficial, es capaz de dejar atrás sus preferencias personales para utilizar la mejor herencia a su disposición: una técnica del vestir que se demostró útil durante décadas. No es casual que la reina Letizia esté acudiendo a ella de manera insistente durante los últimos dos años. No basta con ser designada reina. Una monarca debe ser percibida como tal.