El giro radical de Kate Middleton como princesa de Gales en 2023 que la acerca más al trono británico

Desde su conversión en princesa de Gales, en septiembre de 2022, tras el fallecimiento de la reina Isabel y el ascenso al trono del rey Carlos , las obligaciones de Kate Middleton se han incrementado y con ellas también ha ido cambiando su estilo. Su actitud también se ha transformado. De forma paulatina y discreta, ha aparecido una nueva Kate, que trabaja incansable por la Corona.

Lo primero que llama la atención son sus estilismos. Por ejemplo, desde hace un año no hemos vuelto a verla con un complemento que le era muy cercano: las diademas. Con aderezos florales, en terciopelo, con lazos, Kate las combinaba a menudo con sus abrigos. Hoy, la actual princesa de Gales parece haberlas dejado a un lado y optar por complementos más formales, como sombreros y tocados. Kate parece haber sofisticado y refinado su estilo, volviéndolo de una elegancia más austera, más acorde con su título. Las diademas eran demasiado románticas y juveniles. Ahora Kate está en otra etapa de su vida, más cerca del trono.

Los estilistas más reputados de Gran Bretaña aseguran que el cambio de Kate en su guardarropa ha sido especialmente acertado. Quizá también ha influido su edad, cuarenta y un años, que es, según la versión británica de Vogue, la mejor edad para el estilo de una mujer, porque es en ese momento cuando acierta de pleno con lo que le favorece de verdad y se corresponde con su papel social y profesional.

La elegancia de Alexander McQueen y el corte impecable de Emilia Wickstead o Catherine Walker, tres de sus firmas de cabecera , han alcanzado su máximo esplendor en los últimos meses. Poco a poco, también ha ido reemplazando sus joyas cada vez con más frecuencia por piezas de gran valor pertenecientes al joyero de Isabel II .

Ha sido un camino largo, en el que la nueva princesa de Gales mostró una enorme disciplina. Todas las responsabilidades que fue asumiendo desde su matrimonio la han ido preparando para este momento, al igual que la atención pública que ha ido creciendo gradualmente estos años. El recuerdo de Diana la ha ayudado, pero no ha impedido que construyera su propio papel como princesa de Gales, esposa del duodécimo príncipe de Gales de la historia de la monarquía británica.

Ahora es la segunda mujer más importante de la familia real y sus «looks», su sentido del estilo y su juventud atraen a los focos mucho más de lo que posiblemente lo haga Camilla, la reina . Y Kate es muy consciente de ello, pero sabe que debe ser siempre «la que camina detrás». Kate ha sido también un elemento transformador para el propio Guillermo, cuya infancia, a diferencia de la de la princesa de Gales, fue infeliz y estuvo marcada por la separación de sus padres. La crianza de sus hijos ha reflejado ese afecto y esa naturalidad que ella pudo disfrutar.

Kate ha definido, también, en estos años, los temas que le interesan y con los que se ha comprometido: el desarrollo temprano de los niños, la salud mental, el arte, el deporte y la lucha contra las adicciones. Las demandas de patrocinios irán creciendo con el tiempo. Pero ella está preparada. Su capacidad para hablar en público ha ido creciendo y hoy se siente segura ante un micrófono, algo que antes no le resultaba fácil. Su seguridad creció y su ambición con ella: hace dos años, hizo una gira por todo el Reino Unido, para explicar su proyecto sobre el aprendizaje temprano.

Kate no quiere ser solo una figura decorativa o de apoyo, quiere dejar su propia huella en la sociedad británica. En esto, sigue la estela de Diana , cuya actitud frente los enfermos de sida y ante las minas antipersona supusieron una revolución que ya nadie olvida. Pero, sabe buscar el asesoramiento necesario y rodearse de equipos eficaces.

Muchos la comparan, sobre todo, con la reina Isabel II , por su falta de ostentación y su estilo de trabajo constante en la sombra. Su presencia, solida y firme, durante las ceremonias de despedida de Isabel, hablaban mucho sobre su actitud: siempre en su sitio. Aquellos primeros días como princesa de Gales fueron determinantes. Hablaban de cómo había aprendido a ser parte de un equipo, pero encontrando su propio brillo.

Hubo un tiempo en que tanto Kate como Guillermo parecían más aburridos y menos modernos o progresistas que los Sussex . Pero, la balanza de la opinión pública hace tiempo que cambio de dirección, tras los escándalos que protagonizaron Harry y Meghan y la decepción que causaron en quienes veían en ellos el futuro de una monarquía moderna.

Ahora es Kate quien incorpora ese papel. Su constante compromiso, su cercanía a la gente, su sonrisa fácil y su actitud activa han ido creciendo y dibujando una figura atractiva y adaptada a las exigencias de los nuevos tiempos. Los del privilegio, pero también los de la exigencia.