Marta Gayá en una imagen de archivo. /
Las imágenes de la fiesta por el 87 cumpleaños del rey Juan Carlos en Abu Dabi nos han dejado bonitas estampas familiares del emérito junto a sus hijas y sus nietos. Allí destacaba sobre todo la presencia de las parejas de varios de los hijos de la infanta Cristina: Irene acudió con su novio, Juan Urquijo , cuñado del alcalde Almeida; Pablo con Johanna Zott; y Miguel se llevó a Olympia Beracasa . Pero también ha llamado mucho la atención alguien que no aparece en las fotos: la mallorquina Marta Gayá.
Existe la duda de si las instantáneas, firmadas por la biógrafa del monarca, Laurence Debray , ocultan estratégicamente la presencia en la fiesta de la que ha sido durante los últimos 35 años su amiga más especial, leal y discreta. A diferencia de otras mujeres con las que se ha relacionado al padre de Felipe VI a lo largo de los años, como Bárbara Rey o Corinna Larsen, ella nunca ha hablado en público sobre Juan Carlos I.
Recientemente, y en una entrevista con el programa de '¡De Viernes!', era la antigua vedette la que aseguraba que el propio emérito le había reconocido su noviazgo con la socialité mallorquina. « La única relación que él me ha confirmado es la de Marta, por otras personas sí he sabido que él ha tenido escarceos con otras mujeres«, afirmaba Bárbara Rey .
Si hay una mujer que ha ocupado y ocupa un lugar muy especial en el corazón del emérito es Marta Gayá . Los dos se conocieron en el verano de 1990 en Palma, en una fiesta organizada por el príncipe georgiano Zourab Tchokotua , que había sido compañero de internado del emérito.
Con esta hija de un conocido industrial y divorciada tras un corto matrimonio, la relación duró largos años de forma intermitente y el royal pudo contar siempre con su absoluta discreción. En unas grabaciones del CESID, efectuadas por aquella época, el monarca declaraba, en una conversación con su amigo Josep Cusí, que no estaba dispuesto a rectificar en su actitud porque nunca había sido «tan feliz».
El rey Juan Carlos con sus hijas, las infantas Elena y Cristina, y tres de sus nietos en la boda del alcalde de Madrid con Teresa Urquijo. /
El pódcast de investigación 'XRey' aportaba nuevos detalles sobre cómo fue aquel primer encuentro entre ambos. Fue Tchokotoua el que, durante un sarao en el Club del Mar en Palma de Mallorca, se acercó a Gayá y le dijo «hay un amigo mío que te quiere conocer». Previamente, el rey Juan Carlos ya se había fijado en ella, preguntando a su compañero: «¿Quién es esa morena?».
Averiguado el nombre de aquella alta y atractiva morena en cuestión, al día siguiente ambos tendrían su primera cita. Fue en el hotel Formentor, según publicó en su día el diario 'El Mundo'. A la pareja la acompañaba Pepe Oliver, responsable del Club del Mar, y Vicky Flores Estrada, que estaba casada con Fulgencio Batista, el hijo del dictador cubano. Aquel fue el inicio de una intimidad que ha sobrevivido incluso al exilio del emérito .
A partir de entonces, los encuentros entre ambos fueron tan constantes como discretos, para gran alarma del entonces jefe de la casa real, Sabino Fernández Campo. Según han publicado varios medios, el yate Fortuna e incluso el Palacio de la Zarzuela fueron testigos de sus citas.
Marta Gayá, en una imagen de archivo. /
Pero tuvo que ser lejos de nuestras fronteras cuando una de ellas estuvo a punto de provocar una crisis institucional en el gobierno de Felipe González. Cuando la firma de Juan Carlos I fue necesaria para el cambio de un ministro y este no aparecía por ninguna parte, acabó saliendo a la luz que se encontraba en Suiza junto a Marta Gayá. Fue entonces cuando 'Época' publicó el famoso titular que la calificaba como «la dama del rumor».
Es precisamente en el país helvético donde Marta Gayá, a la que no se ha conocido ninguna otra relación sentimental sólida, vive ahora una acomodada, apacible y muy discreta existencia. La mallorquina está instalada en la ciudad de Gstaad desde 2007, donde el emérito ha acudido a visitarla en alguna ocasión, aprovechando sus viajes para ver en Ginebra a la infanta Cristina.