Ha muerto Borja Moreno Santamaría, segundo marido de Matilde Solís , ex mujer del duque de Alba y madre del heredero del título, Fernando Fitz-James Stuart. Un infarto de miocardio ha acabado con su vida de forma repentina a los 55 años en la finca que su familia posee cerca de la localidad de Nerva (Huelva).
El ex marido de Matilde Solís saltó a la fama cuando la pareja se casó, de forma inesperada, el 26 de diciembre de 2003, hace casi 20 años. Tras un divorcio traumático para ambas partes, Matilde Solís y Borja Moreno Santamaría manetenían una comunicación mínima y siempre por el bien de su hijo en común, Borja, que este año cumplió la mayoría de edad.
Superados los años en los que la prensa sensacionalista se fijó en la pareja, en la actualidad Borja Moreno Santamaría vivía muy tranquilo en Sanlúcar la Mayor, la misma localidad sevillana en la que se casó con Matilde Solís y en la que se celebrará una misa funeral en su memoria en los próximos días.
Cuando Matilde Solís, hija de los marqueses de la Motilla y condes de Casa Alegre, se casó a los 25 años y enamoradísima de Carlos Fitz-James Stuart (en aquel momento duque de Huéscar y actual duque de Alba) nadie podía prever cómo discurriría posteriormente el futuro amoroso de la aristócrata. Siempre arropada por sus dos hijos, su propia familia numerosa (es la décima de 11 hermanos) y la mismísima duquesa de Alba, un intento de suicido fallido marcaría el principio del fin de su primer matrimonio.
Se comentaba en el momento de la separación que Carlos Fitz-James Stuart siempre deseó la reconciliación con la mujer que fue su esposa, una idea a la que tuvo que renunciar por la vía de los hechos dos años después: Matilde Solís estaba embarazada de otro hombre.
El elegido como padre de su tercer hijo y nuevo esposo era un joven gestor de fincas sevillano que tenía 10 años menos que Matilde Solís llamado Borja Moreno Santamaría.
La noticia del enlace entre la ex duquesa de Huéscar y Borja Moreno fue tan sorprendente como el anuncio del embarazo extramatrimonial. Como el orden de los factores sí alteraba el producto en la estricta casa de la que provenía Matilde Solís (sus padres eran miembros destacados del Opus Dei) ni sus progenitores ni sus hermanos acudieron a la discretísima ceremonia civil que se celebró el 26 de diciembre de 2003 en el Ayuntamiento de la localidad sevillana de Sanlúcar la Mayor con la novia embarazada de seis meses
Paradójicamente en toda esta historia quién mejor se tomó las nuevas circunstancias vitales de Matilde Solís fue su ex suegra Cayetana, la duquesa de Alba, que declaró en los medios: «La quiero muchísimo y quiero lo mejor para ella. Si es feliz, me alegro mucho. Además, Matilde siempre quiso tener otro niño». Genio y figura.
Del segundo esposo de Matilde Solís se sabía poco antes de la boda y lo que se conoció después fue confuso. En principio era un joven de 27 años que se casaba enamorado y enfundado en un traje gris.
Borja Moreno Santamaría era huérfano de padre y madre desde los 17 años, tenía siete hermanos más y afirmaba poseer tres trabajos, todos relacionados con la gestión y explotación de olivares, fincas y ganaderías.
La pareja se conoció en el bar de un hotel y tras una larga conversación fue evidente para ambos que se sentían muy a gusto juntos. Años más tarde (en 2011) Borja Moreno confesaría en televisión que el embarazo de Matilde Solís fue buscado y una alegría para la pareja.
El deseado Francisco de Borja nació de forma prematura en marzo de 2004 y propició que su padre conociera por primera vez a su suegra, la marquesa. Posteriormente la pareja celebró una boda religiosa en Madrid (tras la nulidad del matrimonio anterior de Matilde Solís) a la que los familiares de la novia sí le dieron el visto bueno.
Pero la alegría duraría poco, el divorcio llegaría en 2008, tras cuatro años de unión matrimonia, y con una serie de demandas y contrademandas confusas entre ambos cónyuges: los medios se hicieron eco de hasta 20 incursiones en los juzgados.
Beatriz Cortázar en las páginas del ABC describía la separación matrimonial de la pareja como «tensa», lo que a la vista de los hechos documentados posteriormente es quedarse corto.
«La ruptura no es un plato agradable y ha motivado algunas escenas de lo más tensas, como la que sucedió días atrás cuando, según me cuentan, Moreno quiso entrar en su casa y se encontró con que no podía», explicaba Cortázar.
No era la única periodista que destacaba este episodio de la separación de Matilde Solís y Borja Moreno Santamaría (cuando ella cambió las cerraduras de la casa sin avisar antes de interponer la demanda de divorcio) porque servía para retratar a la perfección el torbellino de peleas que sufría la pareja especialmente desde que sustituyeron la tranquilidad de la casa del Paseo de la Habana madrileño por las estancias en una finca en Sevilla.
Cuando se hizo oficial que la pareja se separaba los rumores se desataron y retrataban a una mujer sensible y frágil y un marido «mantenido» y con problemas con la fiesta y el alcohol.
Los programas de cotilleo quisieron sacar partido a este filón dramático de la alta sociedad y años más tarde lo consiguieron. En 2011, en el programa ``Dónde estás corazón'' de Antena 3, Borja Moreno consiguió el altavoz que necesitaba para hablar de su ex mujer a la que retrató como una mujer extremadamente sensible, buena madre, pero rodeada de un ejército de gente destinada a protegerla, incluyendo tres enfermeras que convivían con la pareja a turnos de ocho horas.
En la entrevista televisiva Borja Moreno Santamaría intentó despejar las dudas sobre su oficio y beneficio y quitarse encima el sambenito de «mantenido», pero su historia no debió de convencer a los medios o no tuvo suficiente tirón: no volvió a conceder más entrevistas. Lo que sí trascendió a los medios es que poco después incumplió una orden de alejamiento y asaltó la finca sevillana en la que se encontraba su hijo dispuesto a llevárselo.
«Llevaba un año y medio sin verle», afirmó Borja Moreno de nuevo en televisión. El jurado le condenó en aquella ocasión a 18 meses de prisión por allanamiento de morada y a pagar 800 euros por haber roto la cancela de la puerta de la casa con su todoterreno.
Tras el divorcio nunca se volvió a ver a Matilde Solís con el padre de su tercer hijo. Queda por ver si el hijo de ambos acudirá a despedir a su padre, el mismo que por fin parecía haber encontrado la tranquilidad en la ciudad donde sus padres se habían casado.
20 de enero-18 de febrero
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