NO ES PAÍS PARA DOS REINAS Noor de Jordania, la gran perdedora de la subida la poder de Rania y los 24 años de reinado de Abdalá, el rey que no quería reinar

Abdalá II cumple 24 años en el trono. La imagen del rey y su familia es impecable en el exterior. Pero en su reino, las conspiraciones están a la orden del día. La más perjudicada: su madrastra, la reina Noor.

Noor de Jordania vestida de azul. / gtres

Elena Castelló
Elena Castelló

Abdalá II de Jordania acaba de cumplir 61 años, (lo hizo el pasado 30 de enero), y hoy, 8 de febrero, cumple casi un cuarto de siglo en el trono: 24 años lleva el hijo de Hussein como rey (y casi treinta junto a su esposa, Rania). Es el monarca que ha modernizado Jordania, tanto económica como socialmente, que ha combatido la corrupción y constituye uno de los mayores frentes contra el Estado Islámico.

El monarca de la dinastía hachemita ha formado una familia junto a una reina muy atractiva y de talante contemporáneo, comprometida con los más desfavorecidos y con los refugiados sirios que atraviesan las fronteras, y que ha sido madre de cuatro hijos educados en los mejores colegios europeos, pero que, al mismo tiempo, sabe apreciar la tradición.

La imagen de la familia real jordana en el mundo es una imagen de compromiso, modernidad y armonía. Abdalá es el líder árabe que más años ha permanecido en el poder. Son elogiados sus esfuerzos por promover el diálogo entre religiones. Además, disfruta montando en su Harley Davidson, saltando en paracaídas o buceando

Cómo conoció Abdalá a Rania de Jordania y por qué estuvo a punto de no ser rey

Abdalá Bin Al-Hussein es descendiente directo del profeta Mahoma, como toda la dinastía hachemita a la que pertenece y que reina en Jordania desde 1921. Nació en Amán y es hijo del rey Hussein y de su segunda esposa, la reina Muna, de origen británico. Se educó en Gran Bretaña, en Oxford, y en Estados Unidos, en Georgetown, y se enroló en la academia militar de Sandhurst. Desarrolló una brillante carrera militar.

En 1993 conoció a Rania Al-Yassin, hija de un médico palestino, en una cena de amigos comunes. Seis meses más tarde se casaron. Tienen cuatro hijos (Hussein, Imán, Salma y Hashem) y a lo largo de los años, antes de convertirse en reyes, vivieron una vida discreta, bastante alejada de los fastos de la realeza jordana. Hoy Abdalá es el hombre más poderoso de Jordania.

Ranía y Abdalá de Jordania han formado una extensa familia formada por dos hijas (Iman y Salma) y dos hijos (Hussein y el pequeño Hashem que acaba de cumplir 18 años) familia / INSTAGRAM

Sin embargo, el rey de los jordanos no estaba llamado a ocupar el trono. Cuando nació, el heredero era el príncipe Hassan, hermano de su padre, Hussein. Pero, pocos días antes de morir, Hussein lo nombró sucesor. Abdalá, era el primero de sus descendientes varones, pero su hijo favorito, era Hamzah, el primogénito de su cuarto matrimonio, con la reina Noor. Abdalá ha contado que nunca había querido ser rey, pero que obedeció el mandato de su padre, por disciplina.

Sin embargo, esa decisión abrió una crisis en la familia jordana. La reina Noor dice que nunca deseó la corona para su hijo Hamzah, pero Abdalá le prometió que este sería el siguiente heredero, según había dejado dispuesto Hussein. Hussein murió en Ammán el 7 de febrero de 1999 a causa de un linfoma.

Hamzah fue nombrado heredero y así ejerció durante seis años, hasta que el 28 de noviembre de 2004, Abdalá decidió romper su promesa y cambiar la sucesión. En un comunicado oficial, el rey afirmó que «el puesto simbólico» que había tenido Hamzah había «restringido su libertad para confiarle ciertas responsabilidades para las que está plenamente cualificado para asumir».

Por qué Hamzah de Jordania es el peor enemigo del rey Abdalá

Abdalá nombró entonces heredero a su hijo mayor, Hussein. Las relaciones con Hamzah se tensaron al máximo y éste se convirtió en uno de los mayores críticos del régimen. Hace dos años, fue acusado de un intento de golpe de Estado, que le llevó a ser mantenido bajo arresto domiciliario, en el que parece que todavía permanece.

Aún arrestado, Hamzah habló, en un vídeo difundido por la BBC, de «desgobierno y nepotismo» en Jordania. Los acontecimientos fueron confusos: Palacio prohibió seguir informando sobre el asunto. Según el rey, le había dado la oportunidad a Hamzah de reflexionar, pero «nunca va a cambiar», aseguró más tarde.

Noor de Jordania posa en la boda de su hijo Hamzah con Basma Bani junto al rey Abdalá. / GTRES

Quién ha sufrido más estas crisis es la madre de Hamzah, Noor de Jordania, que se sintió traicionada cuando su hijo fue apartado del trono y mantiene una difícil relación con Abdalá y Rania. En Jordania no hay sitio para dos reinas. Rania pronto hizo valer el derecho de su primer hijo varón, Hussein, al trono. Noor decidió a alejarse de Jordania y fijar su residencia entre Nueva York y Londres.

Cómo ganó Rania la batalla contra Noor, y las consecuencias de esa derrota

Siempre ha contado que nunca presionó a Hussein para que nombrara heredero a su hijo y que apoyó plenamente la decisión de que Abdalá fuera el siguiente en sentarse en el trono. Supuestamente, prefería que su hijo llevara una vida normal, fuera a la Universidad, encontrara su vocación y se dedicara a ella. Sin embargo, los hechos han desmentido esta versión. Las luchas de poder en la familia real jordana son constantes. Y Noor ya no es la que manda.

Hoy vive lejos de Jordania, dedicada a tareas solidarias. No suele aparecer en los medios, prefiere dejar todo el campo a la reina Rania. Ambas mantienen una complicada relación. Según los conocedores de la casa real jordana, fueron ellas las que mantuvieron una dura batalla en secreto para que sus respectivos hijos fueran los sucesores. La guerra la ganó Rania. Pero Noor no renunció a defender a su hijo. «Mi hijo sigue esperando justicia», escribió en sus redes sociales cuando fue arrestado.

Las consecuencias de aquel intento de golpe han sido muy destructivas para Noor y su familia. Hamza renunció el pasado mes de abril a su título de príncipe. Parece que sigue en arresto domiciliario, a pesar de haber pedido disculpas al rey Albadalá. Pero todo el asunto ha sido cubierto por el silencio. Es la derrota de Noor.