JOYERO ROYAL

La increíble historia de las perlas de Hannover: guerra entre royals, exilio y un vestido para esconderlas

Las perlas de Hannover, engarzadas con diamantes en unos espectaculares pendientes de lágrima, estuvieron casi dos siglos dando vueltas entre Londres y Hannover. Tras un siglo sin verse, la nueva heredera, Ekaterina Malyshava, decidió utilizarlas.

Ernesto Augusto de Hannover y su mujer, Ekateryna Malysheva con los pendientes de lágrima. / getty

Elena Castelló
Elena Castelló

Las grandes joyas históricas tienen siempre una gran historia detrás, pero la de las joyas de Hannover , y en especial sus perlas, es quizá una de las más movidas. Las perlas reales de Hannover, engarzadas como pendientes, son dos espectaculares perlas en forma de pera suspendidas de un arco de diamantes y otra pequeña perla rodeada también de diamantes. Son dos de las perlas más grandes del joyero de la realeza europea.

Su procedencia es incierta: se cree que podrían haber sido adquiridas por los príncipes de Hannover antes de heredar el trono británico en 1714, según explica The Royal Watcher. El primer monarca Hannover del Reino Unido fue el rey Jorge I, que también ejercía como rey de Hannover, y sucedió a la reina Ana I de Inglaterra. El hijo de Jorge I, Jorge II, recibió las joyas cuando fue coronado como rey de Gran Bretaña en 1720. Jorge II las mandó, sin embargo, de vuelta a Hannover para protegerlas de las revueltas jacobitas –los herederos de María Estuardo que reclamaban el trono inglés– , en 1745.

En 1760, el tesoro de Hannover fue llevado a Inglaterra de nuevo tras la ascensión al trono del rey Jorge III. El nuevo rey se lo compró a su tío, Guillermo Augusto, duque de Cumberland, que también las reclamaba, y las restauró y se las regaló a su esposa, la reina Carlota, que adoraba las perlas. La reina fue retratada en numerosas ocasiones con ellas. En su testamento, ésta dejó sus joyas a la «Casa de Hannover y a sus descendientes».

Pasaron de rey a rey británico, primero al rey Jorge IV, en 1818, luego a su hermano, el rey Guillermo IV, en 1830, y finalmente a la reina Victoria, en 1837, que ya no fue soberana del reino de Hannover, por ser mujer. El reino alemán fue heredado por su tío, Ernesto Augusto I de Hannover, y duque de Cumberland y Teviotdale, que se las reclamó a la joven reina.

La lucha por las perlas de Hannover

Se nombraron expertos para estudiar esta reclamación, pero la reina Victoria continuó luciendo las joyas de la corona de Hannover y también encargó que se utilizaran varias piedras para otras piezas, como su diadema real o su tiara oriental, aunque no existen retratos de Victoria con las famosas perlas de Hannover.

Finalmente, en 1857, la comisión de las joyas dio la razón al rey de Hannover, en ese momento, su primo, Jorge V de Hannover, y la reina Victoria le entregó las joyas. Entonces pasaron a manos de la reina María de Hannover, esposa de Jorge, que lució los pendientes de perlas en varios retratos, durante la segunda mitad del siglo XIX. Parece que las llevó en una gala de disfraces que se celebró en el castillo de Windsor, en 1863.

Cuando el reino de Hannover fue anexionado por Prusia, en 1866, la Familia Real huyó al exilio en Austria. Las joyas de la corona de Hannover fueron escondidas, enterrándolas, para evitar que fueran confiscadas, pero fueron descubiertas y rescatadas por la condesa de Kielmannsegg, que las llevó de vuelta a Londres, donde las depositó en el Banco de Inglaterra. Se cuenta que la condesa realizó el viaje por media Europa con las joyas cosidas en su vestido y la corona de Hannover escondida bajo su sombrero.

Los Hannover recuperaron las joyas al cabo de un tiempo. Sin embargo, la princesa Victoria Luisa de Prusia , duquesa de Brunswick y princesa de Hannover –abuela materna de la reina Sofía–, no parece haber usado las perlas, y tampoco se las cedió a su nuera, la princesa Ortrud, por lo que no volvieron a aparecer en público durante casi un siglo. Tampoco Carolina de Mónaco , actual princesa de Hannover y duquesa de Brunswick, las ha lucido nunca.

La perlas de Hannover reaparecen en la boda de los York

Sin embargo, en 2018, estas maravillosas perlas fueron utilizadas por Ekaterina Malysheva, casada con el hijo mayor de Ernesto de Hannover, Ernesto, y por tanto princesa heredera de Hannover, en la boda de la princesa Eugenia de York, celebrada en Windsor.

Los expertos no tienen dudas de que se trata de las perlas de la corona de Hannover. Se cree que hoy la familia conserva un conjunto de joyas antiguas, entre ellas las de la Corona, en una caja fuerte de un banco británico y no en Alemania, y que esa podría ser la razón de que se hayan usado tan poco.

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