MEGHAN MARKLE polémica Por qué los británicos odian a Meghan Markle, la duquesa de Sussex, caída en desgracia

Todos parecen odiar a Meghan Markle en Reino Unido (y la docuserie de Netflix no lo ha mejorado). ¿Por qué no perdonan la actitud de los Sussex con la familia real?

Meghan Markle en el entierro de Isabel II / gtres

Elena Castelló
Elena Castelló

Desde el llamado «Megxit», que se produjo en 2020, la popularidad de Meghan Markle está bajos mínimos en el Reino Unido. Según una encuesta realizada en abril de 2022 por Ipsos, uno de cada dos británicos asegura no apreciar a la duquesa de Sussex. Y el estreno de la docuserie de Netflix «Harry y Meghan» parece que ha empeorado las cosas.

Los apoyos de Meghan Markle se han hundido desde 2018, cuando muchos vieron en ella un soplo de aire fresco y de modernidad. Pero hoy, básicamente, lo que ve el pueblo británico es que la esposa del príncipe Harry ha hecho saltar por los aires la norma no escrita que rige a los Windsor: «no quejarse, no dar explicaciones».

Los tabloides británicos no pierden la ocasión de disparar contra ella, aún a costa de lanzar bulos infantiles como que guardaba una cámara bajo su ropa mientras salía a saludar, en compañía de su marido y de Kate Middleton y el príncipe Guillermo , a la gente congregada ante el palacio de Windsor, tras la muerte de Isabel II.

Cada vez que pone un pie en el Reino Unido, todos los gestos de Meghan Markle se convierten en polémica, como su ausencia de Balmoral, por ejemplo, a la cabecera de la reina Isabel, poco antes de su falecimiento.

La prensa popular la criticó por supuestamente «escapar», cuando la realidad era que en esas horas de tensión la entonces duquesa de Cambridge tampoco estuvo presente. Para añadir más literatura, algunas publicaciones recogieron los supuestos gestos de desdén de algunas mujeres hacia Meghan cuando los duques de Sussex y los de Cambridge salieron a agradecer a la gente su apoyo.

La foto de la polémica entre Meghan Markle y Kate Middleton en el funeral de Isabel II. / DR

Por qué los británicos odian a Meghan Markle

Pero, ¿a qué se debe esta hostilidad tan sostenida de los británicos? ¿Por qué detestan tanto a Meghan Markle? ¿Racismo latente? ¿Venganza? Puede ser una mezcla de todo ello y parece difícil que la situación cambie. Mucho menos ahora que los duques de Sussex han cumplido con sus objetivos financieros y hablan de sus tensiones con la familia real británica en Netflix al tiempo que narran su primer año juntos y el nacimiento de su hijo Archie.

Hay equivocaciones cometidas por Enrique de Sussex y Meghan que no les perdonarán, y nada parece que vaya a mejorar con el siguiente desplante de la pareja a los Windsor: la próxima publicación del libro autobiográfico del príncipe , «Spare».

La entrevista que concedió Meghan Markle a la revista americana Variety tampoco contribuyó a rebajar la tensión, sino todo lo contrario. La mayoría de los británicos mayores de 30 años se indignaron al verla opinar desde California sobre la difunta reina Isabel II sin respetar el tiempo de luto.

Mike Tindall, marido de Zara Tindall, hija de la princesa Ana, también lo hizo, pero lo que en uno es considerado una expresión de espontaneidad y de respeto en la ex actriz es juzgado como una muestra más de hipocresía.

¿Cómo se atreve –se preguntan– a decir que está agradecida de haber pasado tiempo con la reina y de haber podido conocerla cuando es la causante de una de las mayores crisis de la familia real británica?

De nuevo, son muchos los que lamentan esa diferencia entre lo que dice y lo que hace. Muchos comunicadores ven en ella un gran talento para crear un personaje empático, comprometido, amable, respetuoso con los valores de la familia y del matrimonio. Pero no puede esconder su incoherencia: en la entrevista de Variety Meghan Markle posa con vestidos de firma que cuestan varios miles de euros, al tiempo que asegura que «es una madre como cualquier otra, a la que le gustan las hamburguesas y las cookies».

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Tampoco resulta creíble cuando dice que lo que importa es el amor de su marido y de la familia. Los británicos se indignan. ¡Una mujer que no se hablaba con su propio padre! Su forma de hablar, consideran, es impostada y falsa. Meghan Markle ha quedado reducida a su papel de estrella de la televisión.

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Muchos incluso la responsabilizan de la ruptura de Enrique de Sussex con la familia real. Fue ella, afirman, quien lo impulsó a romper las normas, a buscar una mayor notoriedad, a hacerle frente a su hermano Guillermo, el heredero de la Corona.

La desconfianza no ha hecho más que crecer con los proyectos mediáticos que la pareja tiene entre manos, en particular el documental de Netflix que forma parte de un acuerdo suscrito por los Sussex por el que habrían percibido 100 millones de dólares.

Meghan Markle ya no está libre de sospecha: su objetivo es monetizar todo lo relacionado con su familia política y la responsabilidad de esta decisión recae para la opinión pública sobre ella y no tanto sobre Enrique.

Él está enamorado y eso es una disculpa que funciona. Al fin y al cabo, para el pueblo británico él sigue siendo aquel chico cabizbajo que caminaba tras el féretro de su madre, Diana de Gales. Forma parte de Reino Unido y de la corona, no así su esposa, una norteamericana desprejuiciada, que se lo llevó a California.

Los fantasmas de la familia y de los propios ingleses han salido de debajo de la alfombra: Meghan Markle se parece demasiado a aquella otra norteamericana, divorciada y ambiciosa que provocó la abdicación de un rey, también enamorado. Una nueva versión de Wallis Simpson, pero con un discurso feminista y progresista.