El tremendo cisma que ha dividido a los dos hijos del rey Carlos III y Diana Spencer tiene visos de eternizarse. No estamos ante una diferencia de criterio sin más, sino ante dos maneras radicalmente distintas de ver la vida. Y, en cierta forma, ante un desencuentro tan radical y trágico como el que separó a sus padres, los príncipes de Gales. Si el príncipe Guillermo se identifica con su padre el rey, Harry ( Enrique de Inglaterra ) se reconoce heredero del linaje de su madre.
No hay final feliz en la guerra de los Windsor contra los Spencer, eso ya lo sabemos. Por eso resulta tan significativo que el príncipe Harry , el atacante más duro que ha tenido la monarquía británica en este siglo, insista en posicionarse como un Spencer pelirrojo (y peligroso) más. Sostiene que obra «siguiendo «los dictados de corazón y no de la cabeza». Por ese motivo, la reina madre repetía: «Los Spencer son difíciles».
Isabel Bowes-Lyon llevaba razón: la familia Spencer ha protagonizado algunos de los episodios más escandalosos de la aristocracia británica. Muchos de sus miembros han puesto en una situación difícil a miembros varios de la familia real, incluidos reyes. El árbol genealógico Spencer rebosa de personajes seductores y disruptores, algunos con sangre real y otros, pastores de cabras. Una pesadilla para la estabilidad de la Corona.
Un dato significativo: Harry es descendiente no de uno, sino de dos hijos ilegítimos de Carlos II. Pero, además, existe una rama Spencer en California. De hecho, la bisabuela americana de Diana, Frances Ellen Work, se hizo famosa por divorciarse de su marido en 1891. No solo los hombres de la familia son alérgicos a los formalismos. Las mujeres, también.
Otros antepasados aún causan vergüenza en la familia por sus dobleces y traiciones. Robert Spencer, segundo conde de Sutherland, se las arregló con todo tipo de artimañas para ser consejero tanto de Carlos II como de Jaime II. «Era astuto, desvergonzado y escurridizo, con un temperamento inquieto y travieso y un espíritu abyecto», se dice de él en 'The Spencers: A Personal History of an English Family'.
«Los Spencer son famosos por ser franca, amantes de la acción y todo corazón», ha explicado la experta en la familia real Ingrid Seward al 'The Telegraph'. Harry no solo se ve a sí mismo muy Spencer, sino que subraya la herencia pelirroja de la familia y llama a sus tías Sarah y Jane sus 'tías rojas'».
Hubo un 'conde rojo'. John Spencer, al que Harry se parece bastante. Pero la antepasada más famosa del hijo de Diana de Gales es Sarah Churchill, duquesa de Marlborough, que aparece en la película 'La favorita' interpretada por Rachel Weisz. Comenzó como criada en la corte de Jaime II y se convirtió en la mujer más poderosa de la corte británica: tenía totalmente manipulada a la reina Anne.
Mucho antes del arreglo matrimonial que selló el destino trágico de Carlos y Diana, y después de casar a su hija favorita con un Spencer, trató de pactar el casamiento de su nieta favorita, una Diana de la época, con el príncipe de Gales. Puso sobre la mesa 100.000 libras de dote, una fortuna en la época, pero el rey Jorge II se opuso. Quería para su hijo «una esposa que fuera menos peligrosa».
La duquesa de Devonshire, Georgiana, hija del primer Conde Spencer, fue la sensación en el Londres del siglo XVIII. Casada con un aristócrata mucho mayor, era fiestera, aficionada al juego y adicta al láudano. Las deudas se comieron su patrimonio, pero terminó expulsada de Francia por quedarse embarazada del primer ministro, Charles Grey.
La tendencia de las mujeres Spencer al favorecer la pasión sobre las propiedades no solo se hizo carne en las antepasadas de Diana y Harry, sino en Frances Roche, abuela del duque de Sussex y madre de la princesa de Gales. Roche, aburrida de la vida en el campo, se escapó a Londres en 1960 y comenzó un romance con un heredero vividor llamado Peter Shand Kydd.
Retrato de duquesa de Marlborough, antepasada de los Spencer. /
La abuela de Harry perdió la custodia de sus hijos Diana y John, Sarah y Jane en el divorcio, en parte porque su propia madre, la baronesa Fermoy, testificó contra ella. Sarah y Charles abandera la herencia rebelde y salvaje de los Spencer. De hecho, el único hijo de Frances Roche, el único tío de Harry, dio la medida del linaje familiar en su discurso en el funeral de su hermana.
«Nosotros, tu familia de sangre, haremos todo lo posible para continuar guiando a estos dos jóvenes excepcionales a tu estilo imaginativo y amoroso, de forma que sus almas no se limiten a sumergirse en el deber y la tradición, sino que puedan cantar alegremente, tal y como tú deseabas». Parece que lo ha logrado, al menos con uno de ellos.