Parece que el príncipe Harry ha traspasado algunas barreras en la redacción de su autobiografía, «Spare» –algo así como «impar», aunque en España se titulará «En la sombra»–, que se publicará en enero. Tras saberse que ha suavizado algunos pasajes para no entrar en conflicto con la familia real británica, justo después del fallecimiento de su abuela, la reina Isabel, algunos detalles se van conociendo a cuentagotas sobre la redacción del libro.
Uno de los más sorprendentes, publicado por la prensa inglesa, es quizá el hecho de que pidió a sus exnovias y amigos, incluso a sus relaciones fugaces, que participaran en su elaboración. Pero la respuesta de todos ellos fue la misma: no. Todos ellos se quedaron de piedra y declinaron educadamente la invitación. Muchos se lo tomaron de manera irónica, porque la realidad era que Harry se hubiera subido por las paredes de haber hablado sus más íntimos con la prensa hace años.
Ninguna de sus novias habló nunca con la prensa, su lealtad al príncipe fue total. El papel de sus parejas ha sido, sin embargo, crucial en su vida. Una de las relaciones que más le influyó fue la que mantuvo con la aristócrata y actriz Cressida Bonas con la que estuvo saliendo dos años, entre 2012 y 2014.
Fue Cressida quien le aconsejó que visitara a un terapeuta e iniciara una terapia, según la periodista Tina Brown. El príncipe Harry tenía accesos de ira frecuentes, como las rabietas de un niño. Le confesó a su entonces novia que había empezado a boxear porque se sentía siempre al borde de pegar a alguien.
Cressida empezó a preocuparse seriamente sobre su salud mental y fue ella quien consiguió que aceptara que tenía problemas y que debía visitar a un especialista. Cuando rompieron, él le escribió una carta dándole las gracias. La carta, según un amigo de la pareja, terminaba diciéndole que la admiraba y le agradecía, sobre todo, que le hubiera ayudado a enfrentarse con sus demonios y buscar ayuda.
El príncipe Harry y Cressida Bonas. /
Harry y Cressida rompieron porque ella quería centrarse en su carrera de actriz, aunque también se especuló con la idea de que Cressida no soportó por más tiempo el escrutinio de los medios. Al igual que Chelsy Davy, la primera novia oficial de Harry, Cressida mantuvo una buena amistad con Harry y asistió, como Chelsy, a su boda con Meghan Markle, en 2018. Cressida se casó con Harry Wentworth-Stanley, hijo de la marquesa de Milford Heaven, en 2020.
La relación con Chelsy Davy fue más larga. Duró siete años, entre 2004 y 2011. Fue su primera novia oficial y, tal y como confesó al The Times, su relación con Harry fue una constante lucha para sobrevivir a la persecución de la prensa. Chelsy fue su acompañante en todo tipo de actos, durante años. «Fue algo de locos, intimidante e incómodo», explicó. «Era muy joven y no podía lidiar con ello. Solo quería ser una chica normal». Poco después de la boda de los príncipes de Gales, Chelsy tomó la decisión de romper la relación. Hoy es d iseñadora de joyas y tiene un niño de nueve meses con el hotelero Sam Cutmore-Scott.
Sus excompañeros en Eton, el exclusivo colegio en el que estudió el bachillerato junto con su hermano, Guillermo, estarían también entre los íntimos contactados por el duque, como Tom Inskip, camarada de correrías durante la adolescencia y la primera juventud, aunque parece que la relación se enfrió cuando Inskip le aconsejó que fuera más despacio con Meghan. Otra de las personas con las que se puso en contacto Harry fue Mark Dyer, caballerizo del rey Carlos III, durante los años noventa, y oficial de la guardia galesa, consejero y mentor del príncipe. Parece que nadie aceptó.
Fuentes de la familia real han expresado su temor a que la autobiografía haya sido «aderezada» con detalles y revelaciones escandalosas sobre la familia real para hacerla más atractiva. Todos coinciden en que este libro será el punto crucial en la relación de los Duques de Sussex con los Windsor, el ahora o nunca. Parece que el borrador hizo varios viajes de ida y vuelta entre el príncipe, su escritor, JR Moehringer, y la editorial, Penguin Random House. Se dice que incluso el príncipe se ha sentido incómodo con algunas peticiones de la editorial.
Parece que el libro es mucho peor de lo que todos esperan, en su familia y en su entorno, lo que llevaría a los Sussex a la ruptura total con los Windsor. Su petición a su círculo más íntimo para que colaboraran con el libro –parece que fue a lo largo del verano– es vista como una prueba más de que Harry ha perdido el rumbo y no dice nada bueno sobre el contenido del libro.
Parece que la familia real habría invitado a los Duques a pasar unos días de navidad en familia, pero que Harry y Meghan habrían declinado la invitación. No tienen planes de viajar próximamente, salvo por razones comerciales, ya que Harry promocionará su libro personalmente en enero, en el Reino Unido.