Joaquín de Bélgica, el príncipe con (supuesta) novia española que le roba el protagonismo a su hermana María Laura de Bélgica el día de su boda

Hoy se casa en Bruselas María Laura de Bélgica, una princesa de triste pasado (con acoso escolar incluido) que parece que está gafada en todas las facetas de su vida. Su enlace quedará deslucido por dos eventos, la inesperada muerte de Isabel II (a la que le dedicarán un recuerdo en la misa) y la presencia entre los invitados de dos personajes de su familia más interesantes que ella misma.

La ceremonia doble (civil, íntima y de acceso restringido en el ayuntamiento de la ciudad a primera hora de la mañana y religiosa, con 500 invitados y en la catedral de Bruselas a las dos y media de la tarde) se celebra entre dudas sobre la asistencia de royals extranjeros pero con dos confirmaciones que dan para salseo: la de la princesa Delphine y el príncipe Joaquín de Bélgica.

La princesa Delphine consiguió en 2020 que el rey belga reconociera su paternidad y desde entonces se la ha podido ver en varios actos oficiales de la familia real belga (aunque esta es la primera boda a la que asistirá). Joaquín de Bélgica, por su parte, es famoso en nuestro país por varios factores y ninguno tiene que ver con su realeza.

Joaquín de Bélgica, Archiduque de Austria-Este es el último hijo varón del archiduque Lorenzo y la princesa Astrid de Bélgica (hermana del actual rey belga Felipe). Un partidazo que durante mucho tiempo ha tenido una novia española: la cordobesa Victoria Ortiz, perteneciente a una de las mejores familias andaluzas, formada en el extranjero, incipiente diseñadora y amiga de Claudia Osborne.

En 2020 la pareja tuvo un momento de gloria mediática cuando el príncipe belga, saltándose todas las restricciones nacionales e internacionales, viajó de Bruselas a Córdoba para reunirse con su novia española y celebrar su 30 cumpleaños.

El resultado de aquella visita fue un brote de covid que afectó a 27 personas, entre ellas el propio príncipe, y una serie de titulares en la prensa poco halagüeños para la pareja. Al final la multa con la que se les amenazaba nunca fue efectiva porque el príncipe no había acudido a una fiesta, sino a dos, pero de 15 personas cada una, con lo cual, todo legal.

La novia española del príncipe, Victoria Ortiz Martínez-Sagrera, había organizado los festejos dividiéndolos sabiamente entre la finca que su familia posee en Hornachuelos y el chalet familiar en la urbanización de lujo cordobesa de El Brillante en la que al final acabaron todos los familiares infectados pasando la cuarentena.

El idilio entre la española y el príncipe belga será otro de los puntos fuertes de la boda de María Laura porque la asistencia o no de la cordobesa dará por finiquitada o resucitada su relación. La pareja debutó oficialmente en la prensa rosa belga al acudir juntos en 2017 a otra boda de postín aunque su relación ya era conocida desde 2014.

Durante cuatro años la pareja convivió de forma confusa con estancias en España y Sudáfrica y durante un tiempo el nombre de Victoria Ortíz se barajaba muy seriamente para convertirse en la nueva Paola de Bélgica. No olvidemos que Joaquín forma parte de la línea de sucesión del trono gracias a que en 1991 se derogó la ley sálica que evitaba que los hijos de su madre, la princesa Astrid, pudieran acceder al mismo.

Pero llegó el 2021 y dos primos del príncipe Joaquín celebraron sus enlaces sin que Victoria Ortiz apareciera en ninguna de las dos ocasiones. ¿Habían dejado atrás su relación? Ni siquiera el periodista especializado en la familia real belga Wim Dehandschutter se atrevió a asegurarlo por completo.

Mucho nos tememos que en la boda de María Laura de Bélgica los periodistas del cotilleo belga van a estar más interesados en buscar a Victoria Ortiz entre los invitados que en escribir sobre la tiara que escogerá la princesa para la ocasión. Bodas reales hay muchas, pero príncipes europeos con futuribles esposas españolas no tantos.