ATAQUE FAMILIA REAL
ATAQUE FAMILIA REAL
A pesar de que jamás se habían visto en persona, y en plena crisis mundial por la pandemia del coronavirus, Enrique de Sussex, su esposa Meghan Markle y su hijo Archie huyeron de Canadá para refugiarse en una mansión de Beverly Hills valorada en 18 millones de euros. La finca y la casa eran propiedad de un hombre al que no habían visto jamás en persona: Tyler Perry.
Como le sucedió a Diana de Gales con Mohammed Al-Fayed en aquel primer verano que pasó en el yate de la familia de Dodi porque su divorcio la dejó sin escolta y a merced de los paparazzis, los duques de Sussex encontraron su propio multimillonario misterioso para proteger a su familia tras ser expulsados del organigrama Windsor.
Pero en su caso el viaje no les llevó a las aguas del Mediterráneo, sino hasta un soleado jardín en Los Angeles financiado por el todopoderoso productor y actor, productor y guionista Tyler Perry.
Su generosidad con los caídos en desgracia Sussex obtuvo un premio inesperado cuando le anunciaron que deseaban que fuera el padrino de su hija Lilibet Diana, la misma a la que su bisabuela la reina Isabel II no conoció hasta un año después de su nacimiento. ¿Pero quién es este hombre que apadrina royals en suelo americano?
Una de las tramas peor resueltas de la docuserie de Netflix sobre los Sussex es la relación que une al productor afroamericano con los duques. Sabemos por la docuserie de Netflix que fue Tyler Perry quién decidió contactar con Meghan Markle antes de su boda. Lo hizo a través de una nota.
Quién le hizo llegar esa nota a la mujer destinada a casarse con un príncipe británico días antes de su boda (cuando la propia Meghan Markle había sido incapaz de hacerle legar una carta a su propio padre) es todo un misterio. Igual de misterioso es que los Sussex decidieran confiar ciegamente en un completo desconocido cuando les resultó obvio que no podrían vivir en paz en Canadá.
¿Puede permitirse este actor y productor convertirse en mecenas? En realidad, si quisiera podría apadrinar a varios Windsor más. Tyler Perry tiene el raro honor de formar parte del selecto grupo de los multimillonarios a la altura de Oprah Winfrey (otra íntima de los Sussex) y pesos pesados de la industria del cine como George Lucas y Steven Spielberg.
El actor de 53 años nació y creció en Nueva Orleans y tuvo una infancia traumática a merced de un padre abusivo y maltratador. Su nombre real es Emmitt Perry Jr., pero se lo cambió para distanciarse aún más de su padre. Como el propio Tyler Perry revela en Netflix, uno de los mayores apoyos de su vida fue su madre, Maxine, que falleció en 2009.
Tras la muerte de Maxine, Tyler se atrevió a confesar en los medios el infierno que vivió su madre a manos de su padre. Ahora, en Netflix, Tyler Perry relaciona esos malos tratos que padeció su progenitora con el maltrato que sufre Meghan Markle a manos de la prensa sensacionalista y la propia familia real. Observar el vapuleo constante a Meghan Markle le motivó a ofrecerse como «salvador» de la pareja.
Se lo puede permitir de sobra. Hoy Tyler Perry ya no es un niño asustado que recibiría el menosprecio y las palizas de su padre sino un magnate del cine. La revista Forbes cifra su imperio en mil millones de dólares.
Posee incluso su propio estudio en Atlanta y una carrera exitosa como actor, dramaturgo y productor que comprende 22 películas (entre ellas es el productor de la famosa Precious), 24 obras de teatro y más de 1200 capítulos de televisión.
Por supuesto, la villa que cedió a los Sussex en Los Ángeles no es única propiedad. Por tener posee hasta una isla privada en las Bahamas, una mansión enorme en Atlanta y una cabaña en Jackson Hole
Los Sussex tampoco fueron la primera buena obra de su vida. En 2019 se ofreció a pagar la hipoteca y los estudios de cuatro niños que quedaron huérfanos cuando el novio de su madre la asesinó. En 2020 trascendió que pagó cientos de facturas de compras de alimentos realizadas por personas mayores en 70 tiendas de Nueva Orleans y Atlanta.
También donó una furgoneta a una organización de mujeres y se ofreció a pagar el funeral de Rayshard Brooks, asesinado por la policía, y pagar la educación universitaria de los hijos de este. Cuando finalmente los Sussex abandonaron su casa para instalarse en Montecito, Tyler Perry les regaló un piano de cola. Seguramente no será la última intervención económica del padrino de Lilibet Diana.