Quiénes son los apoyos de la reina Sofía en su familia: de su hermana Irene de Grecia a sus hijas, pasando por la infanta Margarita, hermana de Juan Carlos I

Irene de Grecia es, desde hace años, el bastón en el que se apoya, para todo, doña Sofía , hasta el punto de que la hermana de la Reina vive con ella en Zarzuela, desde hace más de treinta años. Con Irene de Grecia, doña Sofía viaja –a Londres y a Grecia– y pasa las vacaciones de Pascua y de verano, en Mallorca, junto a sus amigos íntimos, su prima, la princesa Tatiana Radziwill, a la que doña Sofía considera una segunda hermana, y su esposo, Jean Henri Fruchaud.

Pero es, sin duda, su hermana Irene la mayor confidente de doña Sofía. En ella sabe que puede confiar totalmente y es quien la ha acompañado a lo largo de todos estos años en los que doña Sofía descubría las amargas infidelidades de su esposo, el rey Juan Carlos, o debía enfrentarse a situaciones difíciles como el divorcio de la Infanta Elena, el proceso del caso Noós, que llevó a prisión a su yerno, Iñaki Urdangarín, las desavenencias de don Juan Carlos con doña Letizia o el exilio del rey emérito. Es evidente ahora que don Juan Carlos ya no cuenta con la reina emérita en sus planes de futuro.

Irene obtuvo la nacionalidad española hace dos años. Es la menor de los tres hermanos Grecia –tras Sofía y Constantino. Su infancia en el exilio fue dura. La familia real apenas tenía recursos. Su carácter es especialmente empático y leal, además de mostrarse casi espartana en sus necesidades.

A Sofía la une una complicidad especial, por su amor al arte, a la filosofía y a la música y por su fascinación con el mar mallorquín que les recuerda a ambas sus vacaciones de niñas en Corfú. Si alguien tiene esa palabra de consuelo o ese consejo cálido con la reina Sofía esa es ella.

Irene sabe que ella estará siempre un paso por detrás de su hermana, que es reina, y esa fidelidad y esa discreción las lleva a rajatabla. Además, admira profundamente a su hermana, por su disciplina y su resistencia en los momentos difíciles.

Su hermano Constantino es otro de sus apoyos. Pudo regresar definitivamente con su familia en 2013 a Grecia, tras un largo exilio que pasó en Londres. Desde entonces, él y la reina Ana María viven en Porto Heli, una tranquila localidad costera, en una gran casa frente al mar en la que suelen reunir a toda la familia –incluidas las hermanas de Constantino, la reina Sofía y la princesa Irene–. Constantino, cuya salud se ha deteriorado en los últimos años tras sufrir un ictus el año pasado, tiene ya más de ochenta años

Juntas Sofía e Irene también viajan todos los años a Londres, unos días antes de Navidad, para comprar los regalos de toda la familia. En Londres ha pasado largas temporadas con sus hermanos, mientras Constantino y Ana María vivían allí. Desde hace décadas, Constantino es el gran puntal de la reina Sofía, su consejero y gran apoyo.

Cuando tuvo lugar el accidente de caza del rey Juan Carlos en Botsuana, en abril de 2012, doña Sofía acudió rápidamente a Grecia, para vez a su hermano y refugiarse en él. Fue Constantino quien le dijo que debía volver a Madrid, dadas las delicadas circunstancias.

Las infantas Elena y Cristina también han prestado apoyo a su madre, aunque cada una a su manera. Doña Sofía ha mostrado desde el principio su protección al matrimonio de la infanta Cristina, a pesar del caso Noós y cuando se puso de manifiesto que Urdangarín podía ser infiel –por aquellos correos que salieron a la luz en plena investigación–.

Se dice que ella misma le aconsejó la separación matrimonial y que, en este momento, doña Sofía es la figura en la que más se apoya la infanta, al tiempo que doña Cristina es también un puntal para su madre. Ambas han sido víctimas de infidelidades y conocen el dolor que producen.

Doña Elena parece estar más del lado de su padre, con el que tiene una muy buena relación y comparte aficiones taurinas y gastronómicas, pero apoya igualmente a su madre. Las cosas han cambiado desde su adolescencia en que las infantas notaron cierta frialdad por parte de doña Sofía, entregada en cuerpo y alma a la educación del heredero, don Felipe.

En el círculo familiar hay otra figura en la que doña Sofía se ha podido apoyar en ocasiones: su cuñada, la infanta Margarita, duquesa de Soria. Se encontraron hace unos días en el concierto de clausura del curso de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, presidido por la reina emérita.

Es uno de sus actos favoritos y la hermana de Don Juan Carlos estaba allí. Su vida también ha estado muy ligada a la música. Debido a su ceguera, estudió piano. Doña Pilar fue la confidente de don Juan Carlos –comía cada cierto tiempo en su casa–.

En los primeros años de su matrimonio, la relación entre las cuñadas no fue buena. Con el tiempo la relación mejoró. La infanta Margarita y doña Sofía se ven poco, pero tienen una relación cariñosa.