El rey Carlos III y la reina Camilla, en una aparición pública. /
La familia real británica está pasando por un momento delicado, pero es el rey Carlos III quien menos preocupación está suscitando, dentro de lo que cabe. Como es sabido, la semana pasada Buckingham Palace emitió un comunicado para anunciar que el hijo de la recordada Isabel II se iba a someter a un procedimiento quirúrgico a consecuencia de un crecimiento de la próstata. Aun así, la prensa de su país parece haber llegado a un pacto de silencio, como con su nuera, Kate Middleton, operada por un problema abdominal , para no publicar nada más allá que los comunicados que se emitan. De hecho, hay un gran vacío informativo desde hace días.
Se dejó claro desde el primer momento que su condición no revestía peligro alguno, el cáncer estaba descartado. De hecho, uno de cada tres hombres mayores de 50 años sufrirán algún problema de estas características a lo largo del tiempo. Que el padre de los ahora distanciados príncipes Guillermo y Harry lo haya hecho público ha sido considerado por algunos como un gesto destinado a fomentar la prevención. Sigue habiendo cierta resistencia por parte de un porcentaje de la población masculina a someterse a las pruebas diagnósticas.
El hecho de que no se vaya a convocar el Consejo de Estado durante su convalecencia es un gesto tranquilizador. Por cierto, que de este órgano forman parte su hijo más díscolo , el príncipe Harry, y su hermano más controvertido , el príncipe Andrés. Es una cuestión meramente formal que no se les haya expulsado, porque, de facto, están completamente apartados de los Windsor en términos institucionales. El duque de Sussex porque decidió emprender una nueva vida en California y el duque de York por sus vínculos con el fallecido convicto Jeffrey Epstein.
Buckingham Palace ha sido bastante transparente a la hora de abordar los problemas prostáticos del marido de Camilla Parker-Bowles ( ahora un valor en alza) , pero no ha especificado de qué manera van a abordar el problema. Hay distintos procedimientos disponibles en función de la magnitud de la dolencia. Sea como fuera, se esperan buenas noticias, que contrastan con las recibidas por parte de su excuñada, Sarah Ferguson.
La que fuera popularmente bautizada como Fergie sufrió un cáncer de mama hace un año y posteriormente se sometió a una reconstrucción. Hace unos días anunciaba que padece un melanoma bastante agresivo y que se está haciendo más pruebas para determinar si, como se cree, el cáncer está en una fase preliminar. Aunque ha pasado parte de su convalecencia en Austria, está recibiendo tratamiento en Londres, en el Royal Marsden Hospital.
La madre de Eugenia y Beatriz de York ha manifestado que este melanoma lo ha descubierto en una revisión rutinaria con su dermatólogo y ha subrayado la importancia de vigilar el tamaño y la forma de los lunares para evitar consecuencias mayores. Se muestra, como siempre, optimista, y también muy transparente a la hora de abordar las cuestiones relativas a su salud.
Momentos difíciles para Guillermo y Kate tras la hospitalización de la princesa de Gales. /
A la espera de la evolución definitiva del rey Carlos III, las miradas están puestas en su nuera, la princesa de Gales, que vive su segunda semana de convalecencia después de haberse sometido a una operación abdominal sobre cuya naturaleza no se ha proporcionado ningún detalle. Esta imprecisión ha dado lugar a numerosas especulaciones, pero, al parecer, diversos periodistas ingleses han hablado con Kensington Palace, que ha descartado el cáncer como posible afección.
Es relevante, por lo extraño de la situación, el silencio informativo que se ha producido en el Reino Unido, después de que los medios de comunicación, incluidos los tabloides, hayan tenido en cuenta la petición de la casa real inglesa de respetar su intimidad. Por el momento, solamente han publicado una fotografía del príncipe Guillermo llegando a The London Clinic, donde su mujer está ingresada. En su rostro se apreciaba cierta inquietud.
Una vez reciba el alta hospitalaria, Kate Middleton tendrá que seguir su convalecencia al menos hasta después de Semana Santa. Su agenda oficial no se retomará hasta entonces y la de su marido también estará mediatizada de alguna forma por su estado actual. Mientras tanto, en California, Meghan y Harry viven apartados de los Windsor y los cronistas más optimistas apuestan a que Carlos III hará todo lo posible por acercarse a su hijo menor. De momento, se sabe que han mandado mensajes de apoyo a su familia, lo que se considera un gesto muy positivo.