El nombre de Inès de la Fressange está indefectiblemente unido al de Carolina de Mónaco para todos aquellos que son consumidores de la crónica social y la prensa del corazón. Ahora su hija, Violetta D'Urso, ha dado un paso al frente en su debut como escritora en un libro cargado de emotividad que ha generado una gran expectación en Francia.
Carolina de Mónaco y su amiga Inès de la Fressange han tenido unas vidas bastante paralelas, sobre todo en lo que a la muerte y el dolor se refiere. En el imaginario colectivo están grabadas las imágenes de ambas mujeres abrazadas en el interior de un coche después de un accidente de off-shore en la bahía de Montecarlo del empresario Stefano Casiraghi , el 3 de octubre de 1980. Dejaba viuda y tres hijos, Andrea, Carlota y Pierre Casiraghi.
Una situación parecida vivió Inès de la Fressange cuando falleció su pareja, el historiador y empresario italiano Luigi D'Urso, a consecuencia de un infarto fulminante. Tenía solo 52 años y dejaba huérfanas a dos niñas, Nine, en la actualidad una consumada modelo, y la ya mencionada Violette. Ambas hermanas han tenido una gran vinculación con Chanel, firma para la que ya desfilara su madre, quien fuera musa del director creativo de la maison, Karl Lagerfeld .
Modelo ocasional, Violette D'Urso se ha decidido a dar el salto a la literatura con Même le bruit de la nuit a changé (Incluso el ruido de la noche no ha cambiado), que ha publicado una editorial de muchos quilates, Flammarion, que tiene, en su catálogo al controvertido Michel Houellebecq o a Stendhal, artífice de la mítica Rojo y Negro. No podemos perder de vista tampoco que su amiga Carlota Casiraghi también publicó un libro de filosofía Archipiélago de pasiones, que incluso vino a presentar a España. Por lo que, insistimos, los paralelismos son cosas de familia.
No le ha costado a Violette D'Urso concebir a su padre en un personaje literario, no en vano apenas le dio tiempo a conocerlo. Su vida, llena de avatares, también daba para una novela. Si no, juzguen ustedes mismos… Cachorro de la alta burguesía de Bolonia, se vio envuelto en las revueltas estudiantiles de los años 70, fue muy amigo del cineasta Bernardo Bertolucci , artífice de El último emperador y El cielo protector, y simpatizó con las Brigadas Rojas. Simpatizante comunista, tuvo problemas con las drogas. Veinte años después de su muerte, ha llegado el momento de ajustar cuentas con la historia familiar y lo hace con valentía.
Cuando tenía seis años y tuvo que despedir a su padre fue un baño de realidad. Ver a su padre en el ataúd, cuando le introducían en un coche fúnebre fue el momento en el que se dio cuenta que no lo volvería a ver más. Un recuerdo muy gráfico que tiene muy guardado, como los que pueblan su novela, que ha sido una de las grandes sorpresas editoriales de la temporada.
Aunque afirma que el duelo no se termina de cerrar nunca, la hija de Inès de la Fressange, sí vivió cierta catarsis al escribir este libro en Marsella, donde se sintió muy cómoda y liberada de la ajetreada vida parisina. El Sur le atrae en general y especialmente Argentina, donde su famosa madre sigue conservando muchos familiares. También le encanta la Provenza, aunque sin embargo fue Marsella donde encontró acomodo los dos años que duró el proceso de la escritura. Un proceso, por cierto, que le ha ayudado a madurar.
Ahora la idea de Violette D'Urso es viajar dos años a Nueva York para acabar sus estudios de Historia y Filosofía y, según ha anunciado, ya ha comenzado a escribir su segunda novela. La primera ya es un best seller, pese a tratarse de un texto intimista que habla de sentimientos, de pérdida y de dolor.
Nacida el 6 de agosto de 1999, la hija de Inès de la Fressange ha crecido rodeada de glamour, ha frecuentado las front rows de la Semana de la Moda de París , y ha brillado en la pasarela. Ha crecido rodeada de intelectuales y de la alta sociedad, al igual que su hermana Nine, objeto de deseo de las revistas femeninas por su elegancia y sofisticación.
La familia es el epítome del chic y Violette vuela muy alto bajo la alargada sombra de Inès de la Fressange, de padre francés, corredor de bolsa, y madre argentina, modelo, ha sido diseñadora ocasional, portada de Vogue, musa de Lagerfeld y, sobre todo, la precursora de un mundo marcado por la belleza y la elegancia. A sus dos hijas se les puede aplicar el tan manido refrán «de tal palo, tal astilla».
20 de enero-18 de febrero
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