
diccionario de lujo
diccionario de lujo
El cashmere se ha convertido en uno de los tejidos más preciados para las amantes del lujo silencioso . Ese 'if you know, you know' que resume a la perfección la filosofía del quiet luxury se materializa en prendas de diseños minimalistas en las que la calidad es la absoluta protagonista. Pero, ¿por qué es tan caro y en qué se diferencia un jersey o una chaqueta de cashmere de una de lana de oveja?
Más allá del precio, que puede ser diez veces mayor, la calidad de la materia prima es la clave. El cashmere es un tejido de lujo famoso por su elevado coste pero, también, por su suavidad, su ligereza y la máxima calidez que ofrece. Procedente de la cabra de Cachemira (y no de una oveja) que vive en el Himalaya a temperaturas de hasta -40 grados, sus finas fibras son aislantes y, por tanto, perfectas para el invierno.
Además, el cashmere puede presumir de ser uno de los tejidos más suaves que existe, y la explicación también hay que buscarla en las remotas praderas de Mongolia: para protegerse del frío helador de su hábitat natural, la cabra de Cachemira desarrolla dos capas de pelo, una de pelo grueso y alambrado y un subpelo muy suave, brillante y con un característico rizado del que se extraen las finísimas fibras de cashmere con las que luego se elaborarán estas preciadas prendas.
La exclusividad de la materia prima es otra de las razones que justifica el elevado precio de una prenda de cashmere respecto a otras similares a la vista: si de una oveja se pueden sacar entre tres y cinco kilos de lana, de una cabra de Cachemira apenas se obtienen 100 o 200 gramos. Además, solo se pueden esquilar una vez al año y el posterior trabajo de selección, limpieza y tratado es minucioso y muy laborioso, encareciendo por tanto los costes de producción.
Y ahí, en ese proceso de producción artesano y minucioso es donde nos hemos adentrado de la mano de Falconeri, que nos ha llevado desde el corazón de Mongolia a los fondos de armario más exclusivos, en un viaje de lujo que hace parada en Milán. Allí, en la capital de la moda, el tiempo se detiene y se envuelve en prendas que van más allá de las tendencias.
Con una propuesta minimalista pero cargada de sofisticación, la firma traduce los códigos del lujo silencioso en piezas extraordinarias de las fibras naturales más preciadas, elaboradas con la mejor manufactura italiana y los métodos de producción más innovadores y respetuosos con el medio ambiente.
El mejor cashmere de Mongolia viaja en bruto hasta Biella, en el Piamonte italiano, para ser hilada y terminar su viaje en Avio, sede de la fábrica Falconeri. Allí, las bobinas toman la forma de las prendas que diseñan sus directores de estilo, Giulia Sartini y Pierangelo Fenzi: una novedosa propuesta que aboga por elevar la calidad y la calidez del tejido a través de prendas sencillas hechas para perdurar.
El resultado es una colección tan sublieme y sorprendente como el propio desfile en la Fonderia Macchi el que se presenta, una experiencia inmersiva en la que el cashmere se reconceptualiza en una búsqueda incesante de la belleza atemporal.
Looks del desfile de Falconeri en Milán. /
En esta nueva colección, aplaudida desde el front row por iconos de estilo como Chiara Ferragni, Philippine Leroy-Beaulieu, Sara Carbonero, Sassa de Osma o Susi Rejano, los tonos neutros se alternan con colores vibrantes como los fucsias, los morados y los azules intensos y la suavidad del cashmere convive en armonía perfecta con los acabados más sofisticados, creando looks elegantes y contemporáneos perfectos tanto para el día como para la noche. Moda lenta en su máxima expresión.