Felipe y Letizia en Holanda. /
Último acto del viaje de Estado que los reyes están haciendo en Holanda y, como era de esperar, doña Letizia ha querido cerrarlo por todo lo alto. Después de llevar uno de los mejores looks de gala que le hemos visto con este precioso vestido azul y de robar todo el protagonismo a Máxima con este vestido naranja , la monarca se ha propuesto sacar su versión más elegante.
Esta vez, Felipe y Letizia han visitado la exposición de arte contemporáneo en el Straat Museum de Ámsterdam y han participado en una recepción en honor de los reyes de los Países Bajos, Guillermo y Máxima. Esta es una cita habitual en este tipo de viajes y doña Letizia ha vuelto a sacar un diez.
Ya sabes, la reina Letizia no da puntada sin hilo y a la hora de vestir lo hace todo con un por qué. Por la mañana se vestía de naranja, color característico de Holanda y hacía un pequeño guiño al país que tan bien le ha acogido durante estos días. Por la noche, más de lo mismo, pero con un nivel mucho más alto que nos ha dejado sin palabras.
Doña Letizia aparecía a la cita acaparando todo el protagonismo. Esta vez, ni el vestido dorado con lazo XL de Máxima ni la reaparición de una Amalia elegantísima han conseguido que no nos fijáramos en la maravilla de vestido escogido para esta ocasión.
Amalia, Máxima, Guillermo, Felipe VI y Letizia en la visita al museo. /
La reina se ha decantado por este impresionante diseño que hablaba por sí solo. Se trata de una pieza perfectamente escogida para esta cita que tiene como objetivo agradecer la hospitalidad y el recibimiento a los reyes de Países Bajos. Y sí, era un look a la altura de lo que pedía un evento como este.
En una mezcla de arte y protocolo, la reina ha escogido una pieza de Mohamed Bechellal, un diseñador marroquí que reside en Holanda, con el que ha querido hacer un guiño a este país. Se trata de una firma que también ha llevado la reina Máxima, por lo que podríamos decir que doña Letizia ha querido rendir también un pequeño homenaje a la monarca con la que ha pasado gran parte del día.
El diseño en cuestión es un modelo en color azul petróleo protagonizado por una especia de chal rígido que cubría sus hombros y caía a un lado de la prenda. Un drapeado en la cintura de la falda y un tejido grueso y armado componían este vestido de estilo arquitéctonico que, sin lugar a dudas, es una de las pauestas más originales que ha llevado.
Pero la cosa no quedó ahí. Si el vestido era una auténtica maravilla, la manera de combinarlo no se quedó atrás. La reina volvió a recurrir a sus zapatos aliados: unos salones destalonados de tacón bajo. Esta vez escogió unos azules de Carolina Herrera que combinó con un clutch a juego de Magrit.
Sin emabrgo, el complemento más especial eran unos pendientes de diamantes que pertenecían a la reina Sofía. Se trata de una pieza súper especial y muy llamativa en forma de pluma y que fue un regalo que la emérita recibió por parte del sultán Omán. El accesorio que un look como este necesitaba. Una vez más, de diez.